—Mamá Lu, por fin viniste. ¿Se durmieron mis hermanitas?—¿Hermanitas? — pregunto Luana—Si — dijo feliz el niño — las considero mis hermanas, porque pienso que al vivir juntos todos nosotros somos una familia.—¿Cómo así? — pregunto curiosa Luana—Bueno, Valentino es el papá, tú serías la mamá y las niñas y yo seriamos los hijos, por cierto, al tener la misma edad y ser nuestro cumpleaños el mismo día, entonces eso indicaría que somos trillizos, ¿no crees?Luana sonrió, por la reflexión de Alex, pero su cerebro le decía que algo en esa idea podría ser cierto, movió la cabeza tratando de sacudir esa idea tan ridícula, ella jamás había tenido hijos, Alex era su ahijado y las niñas sus sobrinas. Era imposible—¿Entonces piensas que ustedes son trillizos?—Mami, ¿te has dado cuenta de que nos parecemos?—¿Cómo así?—Bueno, verás, ellas tienen tus ojos, la misma forma y hasta cuando miran se ven iguales, aunque Gia tenga el mismo color de tus ojos y Gis los tenga del mismo color que los m
—Duerme cariño, necesitas descansar.La niña se acostó, Luana acomodo las colchas y salió de la habitación.Bajo las escaleras, con los vasos, entro a la cocina, los lavo y los dejo secar.Valentino aún no regresaba, ¿seguirían hablando de lo mismo?, se preguntó.Fue a la sala y se paró frente al gran ventanal que cubría todo el frente dejando a la vista la inmensa piscina, la casa era todo un sueño, su sueño. Tal y como ella la había ideado en su mente y la había plasmado en la maqueta.Se sentía orgullosa de ver su sueño hecho realidad, la luz del bungaló se veía a lo lejos, ¿de qué hablarían ahora? Todo lo que escucho le dejo un mal sabor de boca, sentía todo tan lejano e improbable.Pero algo en su interior le decía, que nada era mentira, todo eso había sucedido y ella había sido víctima en ese entonces. ¿Pero por qué no podía recordarlo?La migraña se intensificó nuevamente, tuvo que sujetarse al mueble por miedo a caerse, luces intensas se veían frente a sus ojos, tenía que acos
Valentino estaba sentado en el piso abrazado a Luana, quien no paraba de llorar, trato de calmarla, mientras escuchaba cada cosa que decía.—Esa mujer robo mi vida, Valentino, se llevó a nuestros hijos.—Calma mi vida, tranquilízate, los encontraré para ti, confía en mí.—Déjame ir, tengo que buscarla y preguntarle, donde se llevó a mis hijas. — Grito Luana mientras intentaba salir de los brazos de Valentino.—Alex, busca a tu tío Nicolás, dile que traiga a Avalos.—Papá donde está mi tío,—Él está en el bungaló, es la casa a la izquierda de la piscina.Alex salió corriendo, a buscar a su tío, desesperado al ver que su mamá está en crisis.—Valentino, hay forma de reconocer a los niños, es la lenteja.—¿Cuál lenteja, mi vida?—Eran tres, yo di a luz a tres niños, un niño y dos niñas, pero ella llegó y los quito de mis brazos, yo grite, trate de pedir ayuda, pero nadie venía. Trate de levantarme, pero tenía las manos atadas a la camilla. Ella reía mientras levantaba al niño y lo soltab
Se quedó parado en la habitación, sosteniendo la manija de la puerta en un intento inútil de salir, pero sin salir, miraba a su pequeña hija dormir, tranquila, sin imaginar que su vida daría un cambio repentino.¿Cómo haría para explicarles a sus hijas que su madre no era su madre?, y que la joven, que estaba en su habitación cuidada por Alex, era quien les había dado la vida, que ellas habían sido arrancadas de su lado para ser obligadas a vivir con una mujer que escasamente sentía algo por ellas, todo por su codicia, por anhelar todo lo que le pertenecía a su hermana, porque nada le quitaba de la cabeza, que Maritza sabía quién era Luana, su presencia en su vida no era un hecho fortuito, era algo premeditado.Su cabeza daba vueltas, atando cabos, uniendo puntos, ahora entendía, porque Maritza era tan desapegada con las niñas, porque no les mostraba cariño y porque según se había enterado ahora último, las maltrataba físicamente. Y sus pobres hijas aguantando todo, por el simple hech
Nicolás dejó de caminar y golpeo con sus manos el escritorio moviendo las piezas del mobiliario con su acción.—Me vas a decir, o continuarás diciéndome las cosas a cuentagotas.Valentino, estaba observando todas las reacciones de Nicolás, tratando de descifrar cuanto más podía revelar. Seguía pensando si su cuñado era confiable.—Cuando regrese a la casa, Alex estaba a punto de salir a buscarme, estaba desesperado porque su mamá tenía una crisis. Subí corriendo las escaleras y la encontré divagando, al principio no entendía lo que estaba pasando. Solo repetía frases sin sentido, algo sobre lentejas, pies y que había tenido tres hijos, que Maritza se las había llevado ayudada por un tipo.—¿Cómo es posible eso?, ¿Maritza estuvo en la sala de parto?—Al parecer fue así, y fue ella quien arrojo a Alex al tacho de basura.—Maldita loca. Si hubiera sabido que ella estaba a tras de todo eso, te juro cuñado que la hubiera detenido, pero solo supe que ella era tu esposa el día que le di mi s
Valentino se paró de su asiento y se acercó a una pared, presiono un botón y la pared dejo a la vista una inmensa ventana desde la que se podía observar el bungaló, estaba en silencio mientras su mente trabajaba a mil por hora.¿Qué debería hacer? ¿Sería Avalos el tipo que ayudo a Maritza a quitarle a las niñas?—¿Hace cuánto tiempo lo conoces? —Pregunto Valentino sin mirar a Nicolás,—Lo conozco hace más de diez años — Se quedó un rato pensando y luego confirmo — Ya son doce años.—¿Cómo lo conociste?—La primera vez que lo vi fue en el hospital, me trajeron al hospital de emergencia debido al corte que me hizo mi padre, había sido tan profundo que termino afectando mis órganos internos. — Nicolás emitió una ligera sonrisa — Y todo, ¿para qué?, solo para complacer el sadismo de uno de sus clientes. Avalos estaba haciendo sus prácticas en el área de emergencia, de inmediato supo lo que me estaba pasando. —Nicolás se quedó callado recordando toda la ayuda que Avalos le había brindado d
Luana abrió los ojos, estaba sumamente molesta, miro el reloj en su muñeca, eran las dos de la mañana y Valentino estaba recibiendo llamadas ¿Quién sería?, su corazón latía con fuerza debido a la molestia que sentía.Se sentó en la cama y observo atentamente el lugar, nada le era conocido, miro hacia el buró que estaba a su derecha y vio un teléfono celular, lo levanto, presiono el botón de encendido, pero el aparato le pedía contraseña, por casualidad puso su dedo en el lateral, y el equipo reconoció su huella digital, ya estaba dentro.Empezó a revisar el contenido, vio fotos de ella misma, fotos con Nicolás, su hermano. Al verlo sintió que algo más faltaba. Se levantó en silencio de la cama y se dirigió a la puerta, justo cuando estaba por salir, Valentino abrió la puerta del baño.Luana lo quedó mirando mientras su corazón palpitaba con fuerza y su parte baja se retorcía produciéndole un ligero escozor. El agua aún corría por el cuerpo de Valentino, él solo llevaba una toalla alre
Luego de unas cuantas rondas más, ambos se durmieron exhaustos, uno en brazo del otro.Valentino abrió los ojos, embargado por todas las emociones que aún no salían de su pecho, sentir a la mujer que amaba desnuda contra su pecho, lo llenaba de algo que no podía describir. El olor de ella se había impregnado en todo su cuerpo.Apenas estaba ingresando la luz a la habitación, cuando ella empezó a moverse, señal de que estaba despertando, pero ¿Quién despertaría? ¿Cuál de ellas?, luego recordó que ni siquiera sabía con cuál de ellas había hecho el amor, su cuerpo se tensó, aún más al sentir que las manos de ella recorrían su pecho muy tiernamente.—¿Luana? —pregunto tímidamente, no queriendo asustarla.Luana, escucho que alguien la llamaba a lo lejos, aún se sentía adormecida y ligeramente adolorida, ¿adolorida?, se repitió en su mente, ¿adolorida, por qué? Se incorporó inmediatamente en la cama, mientras las sabanas caían y dejaban al descubierto su cuerpo desnudo.—¿Qué diablos paso a