Nicolás dejó de caminar y golpeo con sus manos el escritorio moviendo las piezas del mobiliario con su acción.—Me vas a decir, o continuarás diciéndome las cosas a cuentagotas.Valentino, estaba observando todas las reacciones de Nicolás, tratando de descifrar cuanto más podía revelar. Seguía pensando si su cuñado era confiable.—Cuando regrese a la casa, Alex estaba a punto de salir a buscarme, estaba desesperado porque su mamá tenía una crisis. Subí corriendo las escaleras y la encontré divagando, al principio no entendía lo que estaba pasando. Solo repetía frases sin sentido, algo sobre lentejas, pies y que había tenido tres hijos, que Maritza se las había llevado ayudada por un tipo.—¿Cómo es posible eso?, ¿Maritza estuvo en la sala de parto?—Al parecer fue así, y fue ella quien arrojo a Alex al tacho de basura.—Maldita loca. Si hubiera sabido que ella estaba a tras de todo eso, te juro cuñado que la hubiera detenido, pero solo supe que ella era tu esposa el día que le di mi s
Valentino se paró de su asiento y se acercó a una pared, presiono un botón y la pared dejo a la vista una inmensa ventana desde la que se podía observar el bungaló, estaba en silencio mientras su mente trabajaba a mil por hora.¿Qué debería hacer? ¿Sería Avalos el tipo que ayudo a Maritza a quitarle a las niñas?—¿Hace cuánto tiempo lo conoces? —Pregunto Valentino sin mirar a Nicolás,—Lo conozco hace más de diez años — Se quedó un rato pensando y luego confirmo — Ya son doce años.—¿Cómo lo conociste?—La primera vez que lo vi fue en el hospital, me trajeron al hospital de emergencia debido al corte que me hizo mi padre, había sido tan profundo que termino afectando mis órganos internos. — Nicolás emitió una ligera sonrisa — Y todo, ¿para qué?, solo para complacer el sadismo de uno de sus clientes. Avalos estaba haciendo sus prácticas en el área de emergencia, de inmediato supo lo que me estaba pasando. —Nicolás se quedó callado recordando toda la ayuda que Avalos le había brindado d
Luana abrió los ojos, estaba sumamente molesta, miro el reloj en su muñeca, eran las dos de la mañana y Valentino estaba recibiendo llamadas ¿Quién sería?, su corazón latía con fuerza debido a la molestia que sentía.Se sentó en la cama y observo atentamente el lugar, nada le era conocido, miro hacia el buró que estaba a su derecha y vio un teléfono celular, lo levanto, presiono el botón de encendido, pero el aparato le pedía contraseña, por casualidad puso su dedo en el lateral, y el equipo reconoció su huella digital, ya estaba dentro.Empezó a revisar el contenido, vio fotos de ella misma, fotos con Nicolás, su hermano. Al verlo sintió que algo más faltaba. Se levantó en silencio de la cama y se dirigió a la puerta, justo cuando estaba por salir, Valentino abrió la puerta del baño.Luana lo quedó mirando mientras su corazón palpitaba con fuerza y su parte baja se retorcía produciéndole un ligero escozor. El agua aún corría por el cuerpo de Valentino, él solo llevaba una toalla alre
Luego de unas cuantas rondas más, ambos se durmieron exhaustos, uno en brazo del otro.Valentino abrió los ojos, embargado por todas las emociones que aún no salían de su pecho, sentir a la mujer que amaba desnuda contra su pecho, lo llenaba de algo que no podía describir. El olor de ella se había impregnado en todo su cuerpo.Apenas estaba ingresando la luz a la habitación, cuando ella empezó a moverse, señal de que estaba despertando, pero ¿Quién despertaría? ¿Cuál de ellas?, luego recordó que ni siquiera sabía con cuál de ellas había hecho el amor, su cuerpo se tensó, aún más al sentir que las manos de ella recorrían su pecho muy tiernamente.—¿Luana? —pregunto tímidamente, no queriendo asustarla.Luana, escucho que alguien la llamaba a lo lejos, aún se sentía adormecida y ligeramente adolorida, ¿adolorida?, se repitió en su mente, ¿adolorida, por qué? Se incorporó inmediatamente en la cama, mientras las sabanas caían y dejaban al descubierto su cuerpo desnudo.—¿Qué diablos paso a
—Tranquila, amor, todo lo que te estoy diciendo tiene una explicación, permite que te la dé por favor.Luana lo miro indignada, pensaba que él trataba de engañarla. Trato de calmarse y lo miro con furia — Te escucho, habla, si tu explicación no me satisface me levantaré de aquí, cogeré a mi hijo y me iré de esta casa.Valentino la miro tiernamente, le gustaba ver su rostro indignado, siempre era igual, levantaba el rostro tornándose altiva, su mirada verde era fría y a la vez caliente, levantaba los labios formando un morrito, era mucho más tierna cuanto más trataba de parecer fiera.Movió su cabeza tratando de ordenar sus ideas mientras consultaba su celular. Pronto le respondieron, en media hora tendría el resultado que estaba esperando.—Como te explico. — Dijo suavemente.—Sin mentiras y empieza por el principio.Valentino se quedó callado por unos minutos, puso sus manos cruzadas sobre su escritorio de madera de nogal y apoyo su barbilla entre sus manos, miro hacia abajo tratando
—¿Entonces aceptaste, que tuviste tres hijos?—Eso no quiere decir que tus hijas sean las mías. — Luana se quedó callada luego de decir esas palabras, ¿y si fueran sus hijas? ¿Y si realmente esa loca, hizo pasar a sus pequeñas por sus propias hijas? — Suéltame, dijo Luana tratando de liberarse de los brazos de Valentino. — Suéltame y termina de explicar.Luana se sentó nuevamente en el mueble frente al escritorio.—Bueno, continuo entonces. Luego de hablar con Alex y dejarte a su cuidado, fui a ver a mis hijas, para comprobar que ellas siguieran durmiendo y que no se hubieran enterado de nada de lo que estaba pasando.—¿Dejaste a un pequeño a cargo de una mujer que terminaba de tener una crisis? ¿En serio eres un adulto?—Tranquila, estabas sedada. Así que lo único que harías sería dormir por un buen rato. Me acerqué a la habitación de Gia.—¿Gia? ¿Quién es ella?—Es mi hija más pequeña. Ya no interrumpas. Me acerqué a su habitación, sus pies estaban fuera del cubrecama y pues vaya so
La otra niña la miraba desde una esquina, sus ojitos abiertos de par en par mientras miraba la interacción entre ellos.Su corazón se llenó de ternura al verla tan alejada de todos ellos, se acercó a su lado y toco suavemente sus cabellos. — Y tú, pequeña, ¿Cómo has amanecido?—Bien tía, dormí bien. — El corazón de Luana se encogió un poquito al escuchar como la llamó Gis, pero tenía que entender que la niña, no sabía quién en realidad era ella. Se tranquilizó, le tomo de la mano y la condujo hacia el comedor.La mesa estaba llena nuevamente, avena con leche, tortillas de verduras, gofres con salsa de chocolate y unas deliciosas papitas smile.Los niños se sentaron emocionados alrededor de la mesa, listos para empezar a desayunar.—Chicos, ¿lavaron sus manos?—Mamá tenemos hambre, podría ser después, ¿por favor? — Dijo Alex.—No, es importante lavarse las manos antes de tomar los alimentos, apresúrense y lávense las manos antes de que todo se enfríe.—Pero mami, mi papito no siquiera
—Bueno, nuestro padre, está en Lima, lo vi ayer en la Clínica Mayo, llego a visitar a Maritza.—¿Por qué visitaría a Maritza? No entiendo.—Maritza, tú y yo somos hermanos, para ser más exactos somos trillizos.—Nooo, estás loco, te has fumado de la mala. — Se burló Luana.—Calma Lu, deja que termine de hablar. —Dijo Valentino de manera tranquilizadora.—Tino, es imposible, eso querría decir que mi mamá también es madre de los tres, y hasta donde yo sabía, Nicolás era mi medio hermano. Mi madre no es su madre.—Luana —Dijo Carmen con voz muy tranquila. —Nena, yo no soy tu madre, soy tu tía. Tu madre se llama Isabela y tu padre Gerardo, yo soy la hermana de Isabela.—Mientes, ¿por qué harías eso mamá?. ¿Por qué criarme para luego decirme que no eres más que mi tía?—Lu, escúchame, esto es muy complicado. Nuestro padre es un maldito desgraciado que está metido en la trata de blancas, nosotros fuimos víctimas de su negociado. Cuando mamá Carmen se enteró de que éramos víctimas de abuso,