—Cuñadito, regresaste —comento en medio de risas Nicolás, pero la mirada seria de Valentino le dijo que tendría que hablar con él y decirle la verdad, pero aún no era tiempo, tenía que encontrar la manera de aplazar esa conversación hasta que hubiera confirmado sus sospechas.—Valentino, que bueno que regresaste. ¿Sabías que Nicolás es mi hermano?—Si cariño, me entere hace poco, tu hermanito es muy escurridizo. Luana volteo a mirar a Nicolás, quien miraba sus uñas de manera aburrida.—¿Por qué te escondiste tanto? ¿Tienes algo que ocultar?—Lu, no pienses tanto, solo soy un chico muy guapo, pero rebelde que huyo de su casa y no quería que sus padres lo encontraran, eso es todo — dijo Nicolás mientras encogía los hombros por enésima vez en el día.—Tino, no me siento bien. —Hablo Luana de pronto.—¿Sucede algo cariño? ¿Qué sientes? ¿Te duele algo?—Me duele mucho la cabeza, y siento que en cualquier momento me voy a desmayar, estoy tratando de mantenerme aquí, pero mi cuerpo ya está ca
El doctor tomó el rostro de las niñas con delicadeza mientras introducía el hisopo en la cavidad bucal de cada una de ellas, luego de unos ligeros giros, colocaba estos en el kit transportador.—¿Señor, usted también se hará la prueba? —Pregunto.—¿Cuántos kits te quedan?—Aún me quedan tres.—Está bien, procede conmigo y luego lo harás con la señora que está en mi habitación de descanso.—Como usted indique —respondió el médico nervioso, era la segunda vez que estaba frente al dueño de la empresa y creía que no estaba en buenos términos, luego de ver la mirada furiosa que le dio al verlo saludar a Luana, esperaba no estar frente a él nuevamente y lo que nunca imagino es que será llamado al piso superior para tomar las pruebas de ADN de la familia de su jefe. Estaba sumamente nervioso.Valentino se levantó de la silla giratoria luego de que el doctor terminara de realizarle la prueba y le indico que le siguiera para ingresar a la habitación oculta, Luana dormía profundamente y a pesar
—Nicolás, ¿seguirás aquí, tratando de defenderla? No tienes miedo de que él te descubra.—De que hablas.—Tic toc, tic toc — replicó Maritza—Está loca mujer, que estás hablando.—Ya llega, Nicolás. No podrás seguir escondiéndote.El corazón de Nicolás se aceleró, sus manos sudaban de manera incontrolable, tenía que salir de ahí, algo malo estaba llegando.Salió de la habitación, y se escondió detrás de una máquina dispensadora, trato de calmarse, no quería tener una crisis de pánico, era imposible, creía que ya lo había superado, pero solo de pensar en aquel hombre, su cuerpo temblaba de manera descontrolada.Sintió que una mano tocaba su espalda y dio un salto asustado.—Oye guapo, sucede algo — le p
—Hola —Contestaron del otro lado de una manera alegre.—Mamá. Junta todo lo que sea importante, estoy yendo a recogerte, no puedes quedarte más en esa casa.—¿Nico? ¿Eres tú? Que está pasando.—Si mamá, soy yo. No preguntes nada en este momento, solo has lo que dije y junta todo aquello que pueda hablar de nuestra existencia.—Si no me dices que está pasando no voy a moverme de aquí, esta es mi casa.—Mami, confía en mí, por favor. Tienes que irte de ahí. Estoy a veinte minutos de tu casa.Nico colgó la llamada.—Saca el chip del celular y rómpelo — dijo mientras giraba en una curva y trataba de mantener el control.Julieta, lo miraba asustado mientras hacía lo que Nicolás le había pedido, hizo pedazos el chip y lo tiro a la calle.Nicolás miraba por el espejo retrovisor y vio que un auto negro los seguía, no sabía si era su paranoia o era verdad lo que estaba sucediendo, cerró los ojos por un corto tiempo y los volvió a abrir, el auto estaba más cerca, al llegar a una esquina Nicolás
Las lágrimas seguían cayendo por sus mejillas, no debió enamorarse jamás, si hubiera sospechado que Manuel le había tendido una trampa, y que todo lo que le demostraba tenía una segunda intención, no hubiera accedido a ir ese día a aquella reunión.Las imágenes seguían pasando una y otra vez delante de sus ojos, no importaba si los abría o los cerraba, el recuerdo estaba ahí, y su cuerpo temblaba de impotencia.Llego a la casa de Manuel, su hermana había llegado antes, por lo que pudo suponer, el ruido de la música era muy alto, el olor a alcohol y humo inundaba sus pulmones, se sentía inquieta, buscaría a Manuel y luego se iría de la fiesta, sus entrañas le decían que algo malo pasaría.Isabela se acercó a ella y mientras le sonreía le alcanzo el primer vaso con alcohol, ella trató de negarse, ya que nunca en su vida había bebido, pero insistió tanto que termino cediendo, y después de eso llego el desastre.A pesar de que lloro y grito, de que rogó y suplico, no se detuvieron, ella t
Luana ingreso a la habitación, cerró la puerta con demasiada fuerza, se sentía molesta e indignada, ¿por qué debería quedarse ahí? Sabía que estaba haciendo un berrinche, pero la sola presencia de Valentino le incomodaba demasiado, era como si él absorbiera todo el aire de la habitación, lo cual la dejaba temblando y sin oxígeno.No era que a ella le interesara, era que él era demasiado intenso y eso le molestaba.Se sentó en el sofá de la habitación con la cara caliente por la vergüenza, se estaba comportando como una niña chiquita y a su edad eso era ridículo.Abrió su bolso y saco su celular, segundos después estaba tratando de comunicarse con Nico y luego con su madre, pero el teléfono de ambos estaba fuera de servicio, se sintió preocupada por esa situación, pero Valentino ya le había dicho que todo estaba bien y que estaban en camino.Subió sus piernas al mueble y empezó a revisar sus redes sociales, estaba aburrida, pero ni loca saldría de ahí a enfrentarse con la cara burlona
—¿Qué les tomo tanto tiempo? — pregunto Valentino, preocupado.—¿Luana está despierta? — replico Nicolás.—Si lo está.Nicolás camino de un lugar a otro mientras Carmen lo miraba ansiosa desde el mueble donde estaba sentada al lado de Julieta. No sabía, si debía llamar a Luana, para decirlo todo.Luego de unos minutos tomo la decisión que estaba alargando, sabía muy bien que Luana debía saber todo, para evitar que cayera en cualquier trampa. ¿Pero cuánto es todo? Se preguntó.—Necesito hablar con ustedes, es muy importante que sepan lo que está pasando, pero necesito que Luana esté presente.—¿Crees que sea conveniente? — Pregunto Nicolás, preocupado por que la noticia afectara la salud mental de Luana.—Francamente, no lo sé, pero también pienso que es necesario que ella esté alerta. Además, tenemos a Julieta aquí con nosotros, ella podría ayudarnos, ¿no crees?—No lo sé Nico, creo que mejor llamamos a Avalos y esperamos a que él llegue.—Avalos debe estar por llegar, lo llamé cuando
Su cara cambió automáticamente, sus rasgos duros cambiaron y una sonrisa fácil y sencilla se plasmó en su rostro.Muchas cosas habían cambiado en su vida en esos ocho años, se tuvo que volver duro para poder conseguir y mantener la posición en la que se encontraba en este momento. No podía darse el lujo de ser débil y mucho menos manipulable.Ingreso a la sala con una gran sonrisa en su rostro.Miro su reloj, ya eran casi las ocho de la noche.—¿Avalos puedes trasladarte a mi casa por una semana?—¿Estás seguro?, No habíamos quedado en que Luana sería internada en la clínica para el procedimiento. Necesito un ambiente controlado.—¿Qué debe tener ese ambiente controlado? ¿No se puede recrear?Avalos lo miro de manera molesta, sabía que por más que se negara, no podría ir en contra de la voluntad de Valentino Ordóñez.—Está bien, me mudaré a tu casa por un par de semanas, espero que en ese tiempo podamos lograr grandes avances.—Gracias Diego, pero no te sientas comprometido. Si es nec