—Solo está dormida —Indico el doctor —A mi parecer es producto de una crisis conversiva, ¿ya le ha sucedido antes? — pregunto mirando a Valentino.—No lo sé, es la primera vez que la veo así.—¿Algún familiar que sepa sobre estas crisis?—Déjame buscar a su mamá, ella podría orientarnos mejor. — respondió mientras salía apurado a la recepción, dejando a Luana acostada en la camilla cuidada por una enfermera.—Carmen necesito que vengas conmigo, es urgente — le dijo mientras la empujaba hacia el consultorio y dejaba a Alex al cuidado de Diana, esta lo observo y vio una preocupación inmensa, jamás lo había visto en ese estado ni cuando Maritza estaba en sus peores momentos.—Debe amarla como un loco — se dijo, mientras lo observaba partir.—Quezada, aquí está la mamá de Luana, ella sabe todo el historial médico.—Señora, ¿la joven ha tenido estos episodios antes?—Si doctor, ella sufre de crisis conversivas, pero hace más de tres años que no tenía una.—¿Ha sucedido algo que la alterara
Valentino, se sentó frente al doctor, quien lo miraba de manera interrogativa, pasaron unos minutos ninguno se atrevió a hablar.El doctor Quezada, temía que esta situación afectara la salud de su paciente, que afectara su pronta recuperación, pero no podía hacer nada, el hombre, frente a él, estaba completamente nervioso, como si su esposa hubiera sido la que estuvo en esa camilla.Finalmente hablo.—Valentino, ¿puedo llamarte Valentino?—No hay problema, dime—Sabes que hace poco tomé el caso de tu esposa, su doctor anterior falleció y tuve que hacerme cargo de todos sus pacientes, pero hay algo que me preocupa mucho.—Dime, habla sin rodeos.—Está bien, ¿Por qué no extirparon el útero de Maritza?—Tengo una nota del médico anterior que dice, que ella se negó debido a que tú querías más hijos y por eso accedieron al tratamiento de quimioterapia, lo que no entiendo es por qué tomaron esa decisión, cuando lo más fácil hubiera sido erradicar por completo el tumor.—¿Cómo?, ¿por mi culp
—Este mocoso es demasiado inteligente para mi gusto — pensó Valentino mientras lo miraba de reojo y notaba el gran parecido que tenían ambos. Incluso en la manera de sentarse y de hablar eran idénticos.—¿Qué diablos había sucedido hace ocho años? —se preguntó, toda la situación era un caos, pero solo tenía que encontrar la punta de la madeja y desenmarañaría todo.Siguió mirando hacia la puerta, jamás le había gustado esperar, pero recordó la primera vez que fueron juntos al ginecólogo con Luana.Habían estado hablando sobre tener relaciones sexuales, pero el miedo más grande de ella era quedar embarazada y no poder realizar sus sueños, ella quería terminar su carrera, viajar y luego después de varios años recién tener un hijo. Él estuvo de acuerdo, aunque moría por verla embarazada de un hijo suyo, por ver un hijo desarrollarse dentro de su vientre.Sonrió al recordar la cara sonrojada de ella cuando el médico les pregunto para qué habían ido a la consulta.—Queremos empezar nuestra
Valentino lo miro mientras le abría la puerta del coche y le ayudaba a ponerse el cinturón de seguridad.—Es la madre de mis hijas, la persona a la que vine a ver.—¿Te estás divorciando de ella? Por mamá Lu—No cariño, no me divorcio de ella por tu mamá, Maritza aún es mi esposa, pero tiene cáncer y le queda poco tiempo de vida, por eso no puedo divorciarme de ella, no puedo dejarla porque está muy enferma.—¿Qué pasará con mi mamá? Tú dijiste que la querías.—La amo, pero no puedo abandonar a mi esposa. Por eso tú estarás al lado de Luana y la cuidarás por mí. ¿Estás de acuerdo?—¿Pero y si mi mamá se enamora de otra persona?—Entonces tú me contarás y evitaremos que lo haga, para poder algún día ser una familia. ¿Qué dices? ¿Me ayudarás?—Voy a pensarlo, yo quiero que mamá Lu sea feliz.—Yo también deseo eso —respondió Valentino mientras arrancaba el auto y salía de la clínica en dirección a su casa.Al llegar a la casa, Valentino bajo del auto y lo rodeo para abrirle la puerta a A
Luana estaba cansada de estar sentada en esa banqueta de la notaria, esperando que los atendieran, le preocupaba que Alex estuviera solo en la casa de Valentino, ¿y si lo trataban mal?, ¿y si esas niñas lo molestaban?, ¿y si lloraba porque recordaba lo que había sucedido con sus padres?Su cabeza no dejaba de dar vueltas al respecto y a cada minuto que pasaba su cuerpo iba descompensándose, el dolor en su corazón empezaba a irradiarse a todo su cuerpo, empezó a asustarse porque sabía lo que venía luego.Recordó el desmayo que tuvo, no podía continuar así era peligroso si quería conservar a Alex con ella. Miro a su madre, que estaba sentada unos asientos más allá, escribiendo por el celular.Un rato después su celular vibro con un mensaje de un número desconocido.* Desconocido: Hola hermosa* Luana: ¿Quién eres? ¿Te conozco?* Desconocido: Tal vez si o tal vez no.* Luana: Si no me dices quien eres, te bloquearé inmediatamente.* Desconocido: No te molestes, que cuando te molestas tu
—Ya estamos en el auto. El conductor me ayudo con Luana.—Qué bueno ¿Lu, ya despertó?—No, aún no. Me está preocupando lo seguido que están volviendo las crisis.—Tu tranquila Carmen, mañana hablaré con el psiquiatra y veremos cómo proceder. Te prometo que haré todo lo que este a mi alcance para que ella se recupere.—Gracias, hijo. Voy a colgar, te aviso cuando estemos cerca de la casa.—Está bien, ¿llevo al niño? O le tengo en mi casa hasta que ella se recupere un poco más.—Mejor trae al niño, tal vez su presencia la tranquilice un poco.—Okey, me avisas entonces — finalizo Valentino mientras colgaba el teléfono.Se sentó en el mueble de la sala, mientras pensaba en todo lo que había ocurrido hasta el momento, jamás pensó que su encuentro con Luana iba a terminar de esa manera, afectando a Luana de una manera tan terrible.Se sentía angustiado, confuso y preocupado, amaba demasiado a Luana, pero todos estos sucesos se escapaban de su imaginación. De pensar que ella estuvo embarazad
Minutos después, Valentino se encontraba sentado en la sala, de manera desgarbada, como si tan solo se hubiera dejado caer en el sofá, se sentía demasiado cansado, presiono sus sienes con la yema de sus dedos, era un dolor sordo al que se estaba acostumbrando últimamente, al menos ya no era ese dolor en la boca del estómago, que se incrementaba cada que tenía un disgusto, su médico le había indicado hace algunos años que su gastritis nerviosa era producto del estrés y que si no aprendía a relajarse esa molestia se incrementaría con el tiempo.—Bueno, Carmen, creo que me debes varias explicaciones —hablo Valentino mientras la miraba sentarse frente a él.—Valentino, no considero deberte una sola explicación, si mal no recuerdo, tú ya no eres mi yerno. Te agradezco todo lo que has hecho hasta el momento por nosotras estos días, pero también te recuerdo que si no fuera por tú apareciste de nuevo en la vida de mi hija, ella no estaría desequilibrada nuevamente.—Entiendo Carmen que piense
— Bebé, ¿Cómo has estado? — pregunto al ver a Alex sentado muy cerca de valentino, tendría que ser ciego para no darse cuenta de que esos dos eran padre e hijo.—Tío Nico, buenas noches —saludo el pequeño mientras se ponía de pie y se acercaba lentamente a saludarlo de mano.Nicolás en vez de contestarle el saludo lo cargo y lo abrazo apretándolo fuertemente contra su pecho, él lo había visto desde pequeño, le había cambiado los pañales, le había dado el tetero, ese pequeño también era hijo suyo.Sacudió el cabello del pequeño alborotándolo graciosamente.—Tío bájame por favor, ya estoy grande para que me cargues de esa manera.Nicolás sonrió mostrando su dentadura perfecta, la cual le formaba unos hoyuelos en la cara que le hacía ver muy guapo, no le hizo caso al instante, pero unos minutos después lo dejo en el piso y observo a Alex caminar en dirección a Valentino y sentarse al lado de Valentino como un perfecto caballerito imitando de manera innata la postura de este.—Es su clon