Punto de Vista de Briana

“¿Por qué no peleaste? ¿Por qué firmaste el divorcio sin decirme nada sobre los bebés?”.

Mis ojos se pusieron en blanco con fastidio.

“¿Cómo puedes culparme a mí? Tú querías el divorcio. Amenazaste con demandarme por asesinato si no aceptaba tus términos. ¿Por qué se ha convertido en mi culpa ahora cuando solo quería proteger a mis hijos de su padre despiadado?”, le respondí, sin entender a dónde nos dirigíamos con esta conversación.

“Pudiste haberme contado sobre ellos. Pudiste haber dicho la verdad en ese entonces”. Él estaba enojado, pero yo estaba más enojada.

¿Cómo podía lanzarme esas palabras como un cañón suelto cuando él nunca estuvo en mi lugar?

Yo era madre, y mi primer trabajo como madre era proteger a mis hijos.

“Siempre elegiré la seguridad de mis hijos por sobre la tuya en cualquier momento”, le gruñí en la cara.

Yo no lo entendía.

Él fue quien inició el divorcio, pero ahora estaba tratando de insinuar que fue mi culpa que los niños no co