Estar enamorado

Llevó su mano a la oreja y jugó con su arete, dándole varias vueltas entre sus dedos.

—Tu si sabes cómo sorprenderme, diciendo ese tipo de cosas tan de repente, ¿eh? Si querías impresionarme, debo admitir que lo has logrado.

—¿Por qué estás tan nerviosa? Acabo de decir lo que pienso y lo que quiero.

—Por esa misma razón. Al menos deberías hacerlo como se debe.

—¿Hacerlo cómo se debe? — por mi mente se cruzaron varias ideas, pero ninguna muy clara. ¿A qué se supone que se refiera?

Entre tanto pensar, opté por lo primero que se me ocurrió. Planeaba arrodillarme frente a ella, pero me sujetó el brazo para que no lo hiciera.

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