EPILOGO.
MARCORespiré el aire fresco de mi casa, las lagrimas se desbordaron de mis ojos y lloré como no habia hecho en meses. Mi padre y mi madre estaban conmigo, los policias se ocupaban de que la prensa y los curiosos no se acercaran a mí. La nueva muchacha de servicio se llevó las maletas que mis padres me habian dado cuando estuve en el C.S.N, me habian internado ahí durante tres meses; haciendome examenes de todo tipo (desde neurologicos hasta de mis uñas de los pies), las pesadillas eran frecuentes, veía diariamente a un psicologo pero no sentía que me ayudara lo suficiente, solo podía ver las bestias, los protervos y a Charlotte en mis sue&ntild
Extra¿Qué pasó con Charlotte?Aparecí en el C.S.N, mi rostro con cables que conectaban a una maquina, el frio me entumecia los pies y tenia puesta una bata transparente que estaba segura dejaba ver mi trasero. La luz intensa aturdía mis ojos, supe desde ese instante que habia logrado salir de la isla, claro que luego me enteré que habia estado inconciente por más de cuatro meses –más que el tiempo que estuvo Marco- me dieron en estado de coma. Durante los meses que habia estado encerrada ahí supe que nadie sabía de mi existencia, las noticias me dieron por
Retrocedí unos cuantos pasos, la suela de mis zapatos hacían un extraño crujido contra el suelo en el silencio del callejón, solté un suspiro intentando que el dolor de mi cuerpo no me desanimara, y miré hacia el muro que quería saltar; Si lograba cruzarlo, lograba mi objetivo; entrar al barco.Tu puedes vamos.Necesitaba respuestas, atraparlo en el acto.Tomé aire y me impulsé hacia adelante corriendo y salté hacia el muro, mi cuerpo se estampó contra el frio concreto dejándome sin aliento, mis manos lograron aferrarse de la cima, sin embargo comenzaban a resbalarse.Joder.JODER.Mis uñas se incrustaron en los huecos de los ladrillos e ignorando el dolor; recargué mi peso en ellos hasta que logré elevarme y montar la mitad de mi cuerpo en el muro, ahora solo necesitaba elevar mi pie y…
Caminé entre las mesa hasta poder orientarme por un costado mezclándome entre las personas, aunque claro, mi vestimenta de jeans y camisetas desentonaba mucho con las personas de aquí que estaban vestidas de gala, casi me hizo recordar al titanic…No, muy mal momento para recordar eso montada en un barco.Salí del restaurante intentando buscar la recepción, tenía que cumplir mi objetivo; preguntar si él estaba aquí e irme, era simple. Subí las escaleras llegando al primer piso, había varias tiendas, necesitaba saber dónde rayos estaba la recepción, caminé hacia una de las pantallas táctiles colocadas en lugares específicos del camino e intenté guiarme por las instrucciones; ‹‹sexto piso a la derecha››, caminaba hacia las escaleras hasta que el sonido de una fuerte bocina me congeló en mi lugar.
Grité con todas mis fuerzas antes de que mi cuerpo impactara contra la helada agua y me sumergiera por completo, nadé a la superficie y chapotee en busca de la balsa, el hombre había caído en ella sin ni siquiera mojarse.—Toma mi mano —dijo pareciendo asustado de que me comiera un tiburón.Joder, yo estaba más asustada de que eso sucediera.Tomé su mano y a duras penas logré subirme nuevamente a la balsa, por amor a Dios, el agua estaba demasiado fría, por lo menos sabía nadar; había tomado clases cuando era pequeña.Miré hacia el barco de donde habíamos caído alejándose más
Me detuve cuando él gruño y se volteó del otro lado, sentí mis mejillas encenderse de vergüenza, joder, ¿pero qué estaba haciendo? Ni siquiera lo conocía.Hormonas, debían de ser las hormonas revueltas.Me levanté tomando la linterna de Marco y fui a la cocina para volver a mojarme en el agua, solo cuando me sentí nuevamente fresca, decidí devolverme a la habitación, mis pasos se volvían torpes y tropecé un par de veces, pero cuando estaba por entrar, presentí que alguien me observaba.Voltee iluminando con la linterna todos los lugares de la casa, pero no encontré nada, tragué saliva y caminé a paso rápido a la habitación, m
El muchacho nos miró y soltó una pequeña risita extraña; casi tímida, sus ojos de un lindo color azul.—Están casi desnudos —se encogió de hombros y soltó otra ligera sonrisa que mostraba sus dos dientes delanteros, sus mejillas se sonrojaron cubriendo parte de sus pecas, ese sujeto no era normal, parecía demasiado alegre.Me intenté cubrir colocándome detrás del cuerpo de Marco sintiéndome totalmente incomoda.— ¿Qué está pasando? —me atreví a decir con voz temblorosa. ¿Cómo es que todo había cambiado en cuestión de horas?, ¿seguía soñando?—Soy Bijin. Bienvenidos a la Isla de Zen. Aquí están los documentos y papeles de la casa —extendió las carpetas hacia Marco, pero él no los último parec&iacut
-Tenemos que irnos –Marco se levantó del suelo y dio vueltas por la habitación buscando algo con la mirada, me imaginé que era la ropa, pero eso no; la habitación estaba otra vez destruida, polvorienta, olvidada.Todo se había vuelto mierda; como la encontramos.Marco soltó un gruñido de frustración y comenzó a tirar las mesas, gabinetes, tomó el colchón y lo tiró con todas sus fuerzas contra la pared, tuvo la intención de lanzar tambien el soporte de la cama, pero como era una madera pesada no pudo alzarla; no obstante comenzó a darle patadas.Me hizo recordar a los ataques de ira que le daban a mi madre a veces cuando se molestaba con mi padre, siempre creí
Abrí los ojos poco a poco, la oscuridad destilaba en mi visión como pequeños puntos o estrellitas, el dolor en mi cabeza era realmente intenso…¿Qué había pasado?Mis últimos recuerdos se asomaron en mi cabeza; estaba intentado huir del pueblo, estaba en el bosque, una persona con olor a excremento me golpeó, pero yo no estaba sola,Marco…¿Dónde —coños— estaba Marco?Me senté con lentitud, mi espalda crujió al igual que todos mis huesos, había estado acostada sobre una suave y delgada sabana color ciruela que me separaba del duro suelo de piedra, pude ver alrededor que se trataba com