POV: HUGO. Toco mi cabeza parpadeando, giro de la lado jadeando del dolor, no me sorprende la resaca, es lo que pasa cuando te juntas con tus amigos, y ni hablar de si es una despedida de soltero.Muevo mi cabeza de un lado a otro acariciando mi cuello adolorido, no sé donde estoy pero de seguro Antony me trajo a algún hotel.Escucho un gruñido detrás de mí y giro de golpe a ver de quien se trata, abro los ojos de par en par al ver a una mujer enredada en las sábanas a mi lado, y no cualquiera. Ana.—No, Dios no —tapo mi rostro horrorizado. Esto no me puede estar pasando, no puede estar pasando, pienso en Carmen y se me hunde el pecho del dolor, un miedo inmenso crece en mi interior, yo renuncio a todo menos a ella, eso no.Me paro de la cama y busco mi celular como loco, lo encuentro en la mesita de luz pero está sin batería.—Mierda —escupo con rabia.—Hugo...Aprieto mis puños con fuerza y volteo a verla, tengo que controlarme sino quiero cometer ninguna locura.—¿Qué diablos está
Después de treinta minutos en suspenso, pude encender mi celular.Abro mi bandeja de mensajes y veo un mensaje de ella que me extraña.“Hugo, tú no bromeas con esas cosas”Abro su chat y veo el por qué envió ése mensaje.—Ana lo hizo a propósito —murmuro apretando el celular bajo mi mano. —. Ella usó mi huella digital para desbloquear mi celular, ya sé lo que pasó.—¿Recordaste? —pregunta Antony.—Sólo eso, que alguien tomó mi mano...—Pero no puedes asegurar que no la tocaste —reclama Mary.—Mary lo puedo jurar, yo de ninguna manera la tocaría, jamás —aseguro.—Tienes tus motivos después de todo, pero le mentiste a Carmen, ése es el rollo —suelta directamente.—No sólo eso —le muestro el mensaje.Ambos me miran atónitos.—Ella me debe una explicación —me paro del sofá mientras le marco a Carmen. ¿Cómo explicarle que ése mensaje no lo escribí yo sino mi ex?—Hugo no vayas a hacer ninguna locura, es mujer y te puede demandar —me dice Mary siguiéndome.—No, ella no es una mujer Mary —le
POV: HUGO. Mi pecho se hunde con cada lagrima que brota de su mejilla, me agacho y tomo su celular del suelo, la pantalla se ha roto pero se ve claramente la imagen que está abierta.No puedes cambiar lo que pasó, mejor asimiladlo ya, y si sigues tratando de humillarme te lo haré pagar, Hugo te juro que sí. Lo hizo.—Pequeña, yo quería explicarte —me acerco a ella y la abrazo.Ella patalea y forcejea conmigo.—¡Suéltame! —golpea mi pecho una y otra vez. —. Déjame, ya me hiciste daño, no era lo que querías, ya lo tienes —me empuja con fuerza pero no me doy por vencido.—Car no hagas esto —suplico. —. Vamos a hablarlo, por favor, ¿crees que te engañaría? ¿crees que me metería con ella? ¿con ella después de todo?—¡He dicho que me sueltes! —levanta la cabeza y me mira a los ojos. —. Eres igual que todos —escupe con rabia. —. Eras el único hombre en el que confiaba, pero resultaste ser igual que todos.Mi corazón duele con cada palabra, mis ojos se cristalizan amenazando con traicionarm
Por haber dormido casi toda la tarde, ahora no puedo dormir, y no es que mi hermano y su novia ayuden, creo que les saldrá un bebé antes de la boda a ese paso.No pensé nada, absolutamente nada, se suponía que eso iba a hacer, pero estoy demasiado fatal, y creo que aún es muy pronto para poder pensar que quiero hacer, si estoy lista para que hablemos de lo que pasó, estoy llena de coraje pero sé que debo actuar con madurez, él no había cambiado en nada conmigo y que esto sucediera de repente me golpeó muy fuerte.Miro el techo con mis manos sobre mi vientre, no vuelvo a dormir de tarde, eso lo tengo seguro. Mi celular se quedó con él, de hecho dudo mucho que sirva por cómo lo arrojé.Toda la noche no hago nada, ni siquiera pienso, sólo observo el techo hasta conciliar algo de sueño ya muy tarde.Al día siguiente me levanto ni mal ni mejor, despertar sola y en otra casa sólo me hace extrañarlo más, yo sé que cuando lo dejé así nada más él siempre trató de encontrar una explicación y qu
Miro la pantalla de mi ordenador con atención, es una foto muy comprometedor, por lo que es normal que estén haciendo una entrevista a éstas alturas, el hecho de que la madre de Hugo sea una señora muy famosa y la más reconocida por tocar con tanta pasión el piano, es la razón por la que he rechazado salir en fotos con ella, todos me conocen por ser una Ortega y no quiero una mezcla, de hecho no quiero nada que tenga que ver con fama ni persona importante en la sociedad.Me interesa salvar vidas.—La celebridad es mi madre, sólo quiero dejar claro que la única mujer que amo y seguiré amando es mi pequeña Carmen —después de decir aquello él se retiró.Cierro mi laptop bufando, meto mis cosas en mi mochila y me paro del escalón, me voy sin siquiera despedirme de los chicos, quiero aprovechar que él no está ahí para ir a la casa.Tomo un taxi y como la universidad está cerca de la casa llego muy rápido.Nerviosa aprieto las tiras de mi mochila, juego con la llave en mi mano libre y miro
—Lo sé, sólo no quiero que me tengas de enemigo, siendo tu padre.—Oh claro, entiendo —digo sarcástica.—No es por conveniencia —se defiende.—No —alzo las manos. —. No he dicho nada de eso —me paro del sofá. —. Si va a esperar a Mateo, puede hacerlo, yo tengo cosas que hacer.Ni siquiera volteo a verlo, sólo me encamino hasta mi habitación. Me tumbo de espaldas sobre la cama y siento una acidez en la garganta, no he comido nada fuera de lo normal.La madre de Hugo me ha estado llamando pero le dejé en claro que no quiero hablar con ellos, y que no pienso ir a verlos, no estoy para lidiar con la familia de mi novio, que tal vez ni mi novio es ya, no quiero estar en una situación incómoda respondiendo preguntas o que intenten reconciliarnos.Más tarde cuando llega mi hermano salgo de la habitación, ayudo a su novia con algunas cosas y regreso de nuevo a mi habitación al sentirme mal.POV: HUGO. No tengo la capacidad de aguantar tanto dolor, no la tengo, pero entiendo que debo dejar qu
A duras penas conseguí que mi hermano me dejara en frente de la casa de Mary, pues lo que parecía ser un simple acidez pasó a ser un malestar que no se me quita.Toco el timbre y espero pacientemente a que alguien venga a abrir, la chica de servicio es quien lo hace, cuando estoy en la sala veo a Mary con su bebé. Hugo disfrutaba más de los hijos de su mejor amigo que de él, así como era loco con su sobrina.¿Por qué todo tenía que recordármelo?Ella se para al verme y me abraza aún con la bebé en brazos. —No pensabas hablarme —reprocha.—Sólo ha pasado una semana desde lo sucedido, tenía que asimilarlo —explico quitándole a la niña.Me siento sobre el sofá y ella me acompaña, empiezo a redactarle todo mientras juego con la niña, ella desea tener un varón, se ha tomado muy en serio en eso de no tener una sola hija.—Hugo vino aquí como loco ese día, se veía desesperado —me dice mirándome a los ojos. —. Por cierto, Manuel salió de la cárcel.—Sí, lo supe.—¿Por eso estás así? —pregunt
Sus labios bajan lentamente a mi cuello, siento sus fríos dedos tocar mis hombros y descender las tiras de mi vestido, el cual es simple, de color negro, me queda a dos dedos sobre la rodilla y deja al descubierto mis hombros, tiene un escote algo largo que deja ver pequeñas partes de mis senos.Mis piernas chocan contra la cama y termino acostada de espaldas con él encima de mí, no lo detengo, no soy capaz, cuando de amarlo se trata, debo confesar que soy débil.Desciende sus labios entre mis pechos y besa mi vientre sobre el vestido, jadeo estremeciendo debajo de él, siento su mano subir de mi pierna a mi muslo y colarse debajo de mi vestido hasta tocar mis bragas.Vuelve a unir nuestros labios colocándose a mi altura, alzo los brazos y rodeo su cuello besándola necesitada, con el corazón latiendo dentro de mi pecho como loco, porque eso era lo que me provocaba al tocarme.Bajo una mano a su pecho y empiezo a quitar los botones de su camisa blanca. Jadeo de la impresión al sentir su