Miro la pantalla de mi ordenador con atención, es una foto muy comprometedor, por lo que es normal que estén haciendo una entrevista a éstas alturas, el hecho de que la madre de Hugo sea una señora muy famosa y la más reconocida por tocar con tanta pasión el piano, es la razón por la que he rechazado salir en fotos con ella, todos me conocen por ser una Ortega y no quiero una mezcla, de hecho no quiero nada que tenga que ver con fama ni persona importante en la sociedad.Me interesa salvar vidas.—La celebridad es mi madre, sólo quiero dejar claro que la única mujer que amo y seguiré amando es mi pequeña Carmen —después de decir aquello él se retiró.Cierro mi laptop bufando, meto mis cosas en mi mochila y me paro del escalón, me voy sin siquiera despedirme de los chicos, quiero aprovechar que él no está ahí para ir a la casa.Tomo un taxi y como la universidad está cerca de la casa llego muy rápido.Nerviosa aprieto las tiras de mi mochila, juego con la llave en mi mano libre y miro
—Lo sé, sólo no quiero que me tengas de enemigo, siendo tu padre.—Oh claro, entiendo —digo sarcástica.—No es por conveniencia —se defiende.—No —alzo las manos. —. No he dicho nada de eso —me paro del sofá. —. Si va a esperar a Mateo, puede hacerlo, yo tengo cosas que hacer.Ni siquiera volteo a verlo, sólo me encamino hasta mi habitación. Me tumbo de espaldas sobre la cama y siento una acidez en la garganta, no he comido nada fuera de lo normal.La madre de Hugo me ha estado llamando pero le dejé en claro que no quiero hablar con ellos, y que no pienso ir a verlos, no estoy para lidiar con la familia de mi novio, que tal vez ni mi novio es ya, no quiero estar en una situación incómoda respondiendo preguntas o que intenten reconciliarnos.Más tarde cuando llega mi hermano salgo de la habitación, ayudo a su novia con algunas cosas y regreso de nuevo a mi habitación al sentirme mal.POV: HUGO. No tengo la capacidad de aguantar tanto dolor, no la tengo, pero entiendo que debo dejar qu
A duras penas conseguí que mi hermano me dejara en frente de la casa de Mary, pues lo que parecía ser un simple acidez pasó a ser un malestar que no se me quita.Toco el timbre y espero pacientemente a que alguien venga a abrir, la chica de servicio es quien lo hace, cuando estoy en la sala veo a Mary con su bebé. Hugo disfrutaba más de los hijos de su mejor amigo que de él, así como era loco con su sobrina.¿Por qué todo tenía que recordármelo?Ella se para al verme y me abraza aún con la bebé en brazos. —No pensabas hablarme —reprocha.—Sólo ha pasado una semana desde lo sucedido, tenía que asimilarlo —explico quitándole a la niña.Me siento sobre el sofá y ella me acompaña, empiezo a redactarle todo mientras juego con la niña, ella desea tener un varón, se ha tomado muy en serio en eso de no tener una sola hija.—Hugo vino aquí como loco ese día, se veía desesperado —me dice mirándome a los ojos. —. Por cierto, Manuel salió de la cárcel.—Sí, lo supe.—¿Por eso estás así? —pregunt
Sus labios bajan lentamente a mi cuello, siento sus fríos dedos tocar mis hombros y descender las tiras de mi vestido, el cual es simple, de color negro, me queda a dos dedos sobre la rodilla y deja al descubierto mis hombros, tiene un escote algo largo que deja ver pequeñas partes de mis senos.Mis piernas chocan contra la cama y termino acostada de espaldas con él encima de mí, no lo detengo, no soy capaz, cuando de amarlo se trata, debo confesar que soy débil.Desciende sus labios entre mis pechos y besa mi vientre sobre el vestido, jadeo estremeciendo debajo de él, siento su mano subir de mi pierna a mi muslo y colarse debajo de mi vestido hasta tocar mis bragas.Vuelve a unir nuestros labios colocándose a mi altura, alzo los brazos y rodeo su cuello besándola necesitada, con el corazón latiendo dentro de mi pecho como loco, porque eso era lo que me provocaba al tocarme.Bajo una mano a su pecho y empiezo a quitar los botones de su camisa blanca. Jadeo de la impresión al sentir su
—Lo voy a llamar —intenta alejarse pero la detengo.—No lo hagas, por favor —le pido.Ella no se va y se sienta colocando mi cabeza sobre sus piernas.—Carmen yo te quiero, eres la hermana del hombre de mi vida y te protegería como a una hermana.—Estoy bien, Diana, en serio.—Hablemos de algo bonito, de lo que sea —pasa su mano por mi cabello una y otra vez.—Cuando me pidió matrimonio —fue lo primero que se me ocurrió. —. Fue una noche hermosa, pero lo rechacé, y sabes que hizo, me hizo pagar ese no con gritos de placer —suelto una pequeña risa. —. ¿Crees que él es capaz de haberme hecho algo así? Dios, digo, siempre demostró amarme más que a nada.—A veces la gente cambia, pero si nunca mostró ningún cambio, puedes pensar que sólo no quería que no sospecharás pero que lo haya hecho así de repente, es raro.Froto mis nariz sollozando. —Lo amo tanto que no me imagino una vida sin él, que a pesar del dolor que siento no pienso en tenerlo lejos, para mí aún somos una pareja, sólo que m
“Quería que supieras que estoy embarazada”¿Fui muy directa?Sus ojos se clavan en los míos pero no logra objetar nada, lo entiendo, yo aún no lo puedo creer, en medio de este rollo lo que menos me esperaba era esto, aquello que él tanto quería justo cuando estamos en una situación tan complicada.Pasa su mano por su cabeza, su rostro está blanco, no tiene ninguna expresión.—¿Estás segura? —pregunta con miedo en la voz.—Sí —contesto alejando mis ojos de los suyos, esto es incómodo y extraño.—¿Segura? —vuelve a preguntar.Ruedo los ojos. —Hugo, estoy embarazada, yo... no bromearía con algo así.Me da la espalda y pasa nuevamente su mano por su cabeza bufando.—Dios —jadea.Agacho la cabeza jugando con mis dedos angustiada. —Yo lo siento por soltarlo así, pero...—Carmen —me interrumpe. —. Estás embarazada —repite como si quisiera hacérselo creer.Voltea a verme, avanza y me abraza, creo que tardó en hacerlo.—Vamos a tener un hijo —susurra con ilusión.—Parece que sí —murmuro contra
La llamada nunca llegó, ni un mensaje ni nada, lo que me trae loco, he estado llamando a su hermano pero éste aún no me toma la llamada.El zumbido de mi celular capta mi atención, lo tomo inmediatamente sobre el escritorio y contesto.—¿Hola?—No está en casa de sus amigos, ya no sé a quién ni donde más preguntar, y no contesta el celular —farfulla sin siquiera saludar, y no es que quisiera un saludo en estos momentos.—No entiendo, ayer estuvimos hablando, teníamos cita de terminar una conversación hoy, es raro que se haya desaparecido así nada más —digo frustrado.—Seguiré buscando, cualquier cosa te aviso —me dice y nos despedimos.Apoyo ambas manos sobre el respaldo de la silla y pienso pero no se me ocurre ninguna respuesta a esto, ella no nos daría ese susto así.Tomo mi saco sobre el asiento y con mi celular en mano salgo de la oficina.POV: CARMEN. Enderezo mi cuerpo y trato de mover mi cuello, siento mi cuerpo arder de dolor, es claro que no estuve dormida en un lugar nada
POV: HUGO. Un día, un día completo sin saber nada de ella, todos con el alma en la boca desesperados, no querrán saber cómo me encuentro yo.Estamos todos en la casa de sus padres, al pasar las veinticuatro horas inmediatamente la declaramos desaparecida, recién se acaban de ir los policías, todos estamos en suspenso. Deseamos que se haya ido así nada más para estar sola, pero en realidad, ya no podemos esperar lo mejor, algo muy malo está pasando.El zumbido del celular del padre de Carmen interrumpe el incómodo silencio entre todos, éste se disculpa y se aleja a contestar.Paso mi mano por mi cabeza levantándome del reposa-manos del sofá donde está sentada mi madre, todos me han pedido que me calme,pero no puedo,tal vez ellos ni siquiera saben que Carmen está encargada.Todos pusimos nuestra atención en el señor Ortega cuando regresa.—Era Manuel —dice nervioso, y a mí se me escapa el alma.—No —niego.Él asiente a duras penas. —Él la tiene —informa.—No —exclamo zapateando, me ale