LA VIANDA

Los besos eran incontenibles, Mauricio quería absorber el alma de Reishel a través de ellos, y aspiraba su olor, y metía su nariz entre sus cabellos…

—¡Amor es muy probable que en tres días máximo salgas de este horrible lugar!—¡Besos y besos y más besos…!

—¡De verdad!..¡Dios del cielo gracias!—se miran a los ojos con un brillo de esperanza.

—¡Pero cuéntame!...¡Lo has pasado muy mal!... ¿verdad?...—Mauricio besa el reverso de sus dos manos.

—¡No tienes idea!...Hay unas guasonas, de aspecto horripilante, que tienen a todas sometidas; hasta murió recientemente una por un golpe en la cabeza, amaneció así, en la zona de los baños, ¡y no ha pasado nada!

—¡Que perro mundo!

—¡Con el perdón de esos inocentes, no los deberías comparar, pero vamos a decir que se trata de un nido de ratas!

—¡Eso está mejor!

—¡Y no te has duchado, no has ido al baño!

—¡Imposible!...¡Creo que si no me sacan cuánto antes, me voy a enfermar!

—¡Esa es una posibilidad amor, que te mantengan en enfermería, mientras te
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