XXVII

— ¡Maldita sea! - Owen Black grita malhumorado al no recibir contestación de parte de cierta mujer testaruda, desobediente y a la cual ya le permitió dos largos días de espacio.

— Owen es impresionante el nivel que tienes para ignorar a la gente a tu alrededor, hermanito - protesta un Andrew molesto ya que el Magnate se encuentra absorto en su teléfono nuevo.

Observa detenidamente el rostro de su hermano el cual tiene una expresión de enojo que no le importa ni un poco ya que él tiene otras ocupaciones, y localizar a esa mujer es prioridad en su vida en este momento. Su piel arde en llamas, las manos le pican por darle unos azotes y las ganas de atarla a la pata de la cama para que no escape o se esconda, están torturándolo en este preciso momento. Esa es la razón por la cual, en este momento la prensa, google y todos los blogs y páginas amarillistas le i

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