Imponente, elegante, seductor, pero peligroso... eso es Owen Black.
La chica da un paso atrás; tropieza, siente que cae y cierra los ojos para esperar el golpe que no llega, unos fuertes brazos la sostienen y un aroma amaderado le indican que es salvada por el personaje que no la ha dejado hablar por telefono en todo el día.
— ¡Te tengo! - sus ojos oscuros escudriñan el rostro femenino buscando algún rastro de miedo o incomodidad — ¿Podemos hablar? - pregunta aún con ella en brazos.
— ¿Si digo que no, me dejará caer? - esa pregunta lo hace sonreír y niega con la cabeza, Elena asiente — Puede que mis piernas sufran con esta posición porque la sangre no fluye normal ¿sabe? - asiente absorto en esos pozos color esmeralda que lo observan curiosos. Mueve su pequeña mano frente a su rostro perplejo.
XXVIII.—¡Pero solo si lo deseas por supuesto! - comenta Owen en voz casi susurradaElena se gira por completo hacia él con el seño fruncido y con una interrogante clara en el rostro. Él sonríe el asombro de la chica y le hace un guiño, sabe como manejarla y hacer que lo anhele como si fuese un dios ¿entonces, cómo es capáz esa chica de orillarlo a ser tan visceral?— ¿Es-es en serio? ¿me pide que sea su novia? - asiente con esa sonrisa que desarma todas las mujeres. Conoce perfectamente el efecto que causa en ellas y no duda en usarlo.— ¡Si Elena, te estoy pidiendo que seas mi novia, solo mía!— ¿Sólo tuya? ¿y de quien mas podría serlo?Owen sonríe de manera lobuna y abraza el voluptuoso c
XXIX.—¿Pero qué mierda es esta Owen? ¡Te acusan, por Dios... de acosador!El grito de Kevin se escucha por toda la sala de juntas del Consorcio BlackSport &Corporations, él junto a Harold, Mark, Serguey e incluso Irina, son accionista. Las fotografías pasan una a una por la gran televisión tipo Smart ubicada frente a la mesa de reuniones. Los presentes observan boquiabiertos la información que llevan las imágenes, un video llama la atención donde aparece claramente la afirmación de que el Magnate no lleva una relación con la chica sino que la acosa por las calles de Jackson Heights, el Ruso gruñe con su voz de trueno, sabe perfectamente que es mentira todo lo que afirman, ha visto a su amigo llegar destruido al ático de las chicas pidiendo una oportunidad a Elena, sabe que Owen no es de muy buen humor y aparte es muy orgullos
— ¡Esto es lo último Elena Valentina! ya no le aguanto una más al "papanatas-mentecato de tu-tu, mierda no se ni como llamarlo" - grita Yolanda de la Cruz en un perfecto español que nada más entienden Elena y Albert quien se carcajea ante los insultos propinados al Magnate de parte de la morena.— ¡Yolanda, sin insultos por favor! - regaña la rubia en voz baja.— ¿Y que quieres que haga? ¿sentarme a ver televisión? ¡no puedo mientras esa mierda seca te hace la vida cuadritos! ¿viste que estás por todas partes? ¡Elena reacciona por Dios! - vocifera la belleza latina con el rostro colorado y los ojos llenos de lágrimas frente a un público amedrentado tanto por sus gritos como por sus verdades ahora dichas en un inglés latino que a los chicos les parece muy sexy.— ¡Cálmate
— ¿Qué coño dices? - grita un Owen furioso a través del auricular del teléfono — ¡No me vengas con esa mierda, no pudo esfumarse! - reclama conteniendo su furia — ¡Rolland, nadie se pierde en un maldito ascensor, búsquenla o considérense despedidos! - lanza el tercer celular contra la pared haciéndose añicos.— ¡Owen cálmate por favor! - aconseja Kevin — Ya están buscándola - el Magnate toma su chaqueta y se dispone a salir de la oficina — ¿A dónde vas Owen? ¡no puedes salir, vuelve acá! - pero no lo escucha y sale de la oficina a toda prisa.Baja por el mismo ascensor y se dirige a la puerta del estacionamiento, pero lo intercepta un guardia deteniéndolo.— ¡Lo siento Sr. Black, no puedo permitirle la salida del edificio! - mira al sujeto con fastidio y trata de esquivarlo, se acerca otro y el Magnate cierra los ojos porque sabe que va a cometer un error.Toma la mano del primer sujeto que viene con ella arriba y la tu
Elena mira a Owen con tristeza y miedo dentro del Audi estilo Limusina, se siente agraviada y nerviosa por lo que acaba de pasarle, sin embargo no da crédito a lo que ve; él esté tan calmado mientras dicta órdenes a gritos por teléfono - relativamente por supuesto - a sus hombres de seguridad. No puede creer lo que le acaba de pasar, Stefan prácticamente la secuestró, jamás pensaría que fuese capaz de hacerlo y menos que el Magnate la rescatara con pistolas y demás, tal como un caballero ... negro.— ¿Como te sientes Elena? - un dejo de mal humor implícito no le pasa desapercibido en la pregunta, ella se encoge de hombros.— ¡Asustada, creo! - sus ojos se humedecieron.— ¿Te lastimó, te toco? - niega con la cabeza y observa como su cabello dorado se agita con el movimiento — Cuéntame que sucedió por favor - cierra los ojos y las lágrimas se desbordan viajando por sus mejillas, Owen se debate entre gritar, patalear o abrazar a Elena.
XXXIV.Sentada frente a Owen Black, se encuentra Elena incómoda, ya que la situación se torna muy íntima al estar desayunando en el balcón del espacioso y pomposo Ático de uno de los hombres más ricos de Manhattan; parece increíble la familiaridad con la que este hombre la trata. Por su parte: Owen se siente tan cómodo junto a ella que se encuentra totalmente relajado ojeando la prensa que cada mañana recibe de las manos del mensajero mientras que su bella acompañante apenas ha tocado el desayuno y se halla absorta jugando con su ensalada de frutas.— Deberías intentar comer un poco más - la chica sonríe avergonzada, solo piensa en que su piel arde cada vez que éste hombre se acerca — ¡Y creo que no deberías pensar en cosas que te hagan sonrojar! - abre los ojos como platos, no entiende como se da cuenta de lo que piensa.— ¿A que te refieres? - susurra con la vista en sus manos mientras las retuerce en su regazo totalmente sonrojada.
XXXV.— ¿Qué se supone, voy a hacer aquí? - piensa Elena mirando a su alrededor.A las diez y cuarenta de la mañana baja de la alcoba, aburrida de estar encerrada. En éstos últimos tres días a descansado y tenido más sexo que en sus dos años de noviazgo con Stefan MontBlanc, al llegar a la cocina se encuentra con una mujer que ostenta unos cuarenta años ataviada con un uniforme azul y el delantal de color blanco. La mira con asombro, pero sonríe cortés y agradable, parece muy dulce ¿será que lleva mucho tiempo conociéndolo?— ¡Buen día señorita! - ofrece un plato con fruta y un jugo de naranja recién exprimido.— ¡Buen día! - dice con timidez — ¡Gracias... ! - la señora sonríe.— Es una agradable sorpresa que se encuentre aquí, el señor no recibe muchas visitas - expresa con voz emocionada.Elena se siente cohibida por el comentario de la mujer y
— ¡Quieto millonario, no quiero dañar la alfombra con sangre! - su pulso se dispara y se entrecorta la respiración frente a las alarmas encendidas en su cabeza.Observa a Elena, su rostro está manchado por las lágrimas que aun brotan de sus esmeraldas y el pecho de Owen duele al verla tan desprolija y asustada. Se reprende por haber siquiera pensado mal de ella, al parecer se ha equivocado más con ella que con cualquiera en toda su vida y ahora estos idiotas vienen a robar para hacer las cosas más dificiles entre ellos.— ¿Qué quieren? si buscan dinero, aquí no lo encontrarán - dice enojado mirando el sujeto que lo apunta con el arma.De repente cae en la cuenta de que se encuentran en peligro y siente un frío recorrer su espina dorsal, el miedo lo golpea y comienza a transpirar, su respiración entrecortada amenaza con asfixiarlo, y al mirar a Elena a merced del sujeto que la observa como si fuese algo comestible esta al borde de lo