XXXVI

— ¡Quieto millonario, no quiero dañar la alfombra con sangre! - su pulso se dispara y se entrecorta la respiración frente a las alarmas encendidas en su cabeza.

Observa a Elena, su rostro está manchado por las lágrimas que aun brotan de sus esmeraldas y el pecho de Owen duele al verla tan desprolija y asustada. Se reprende por haber siquiera pensado mal de ella, al parecer se ha equivocado más con ella que con cualquiera en toda su vida y ahora estos idiotas vienen a robar para hacer las cosas más dificiles entre ellos.

— ¿Qué quieren? si buscan dinero, aquí no lo encontrarán - dice enojado mirando el sujeto que lo apunta con el arma.

De repente cae en la cuenta de que se encuentran en peligro y siente un frío recorrer su espina dorsal, el miedo lo golpea y comienza a transpirar, su respiración entrecortada amenaza con asfixiarlo, y al mirar a Elena a merced del sujeto que la observa como si fuese algo comestible esta al borde de lo

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