Me despido de los chicos en el restaurante y Stephen me detiene antes de que salga del restaurante
Me ofrece llevarme a casa, viendo que Jessie se ha quedado dormida y se me dificulta caminar con ella entre mis brazos.
Saben lo que me sucedió en la pierna durante el accidente. Algunos nervios no funcionan del todo y muy pocas personas han notado que cojeo de mi pierna izquierda.
Una de mis principales inseguridades.
- Puedo hacerlo. No te preocupes. Solo son dos calles – Me cuelgo la mochila en el hombro.
- Eres una necia, Ciara – Zaheera intenta arrebatarme a Jessie de los brazos para introducirla en el auto de Stephen.
- Los llamare cuando llegue a casa – No me espero para que me den una respuesta.
Salgo a la fría y oscura noche de noviembre. Mientras los escucho protestar a mis espaldas.
Los ignoro y camino por Greenwich, por la misma acera donde se encuentra el restaurante.
Jessie está agotada. Es pequeña, pero le ayudó a Elliot a servir los tragos de los clientes y él le ha dado una buena propina. Y ha caído profundamente dormida.
La abrazo, con fuerza y mi pierna comienza a doler.
No le prestó atención y sigo caminando.
No estamos solas. Nos tenemos la una a la otra.
Escucho pasos detrás de mí. No quiero alarmarme porque llevo a Jessie y claramente no puedo correr.
Me aferro a ella. Rezando que sea quien sea, pase de largo. Y así lo hacen un par de adolescentes, aparentemente ebrias, agarradas del brazo.
Respiro, tranquila y sigo mi recorrido hasta llegar a casa.
No es hasta cuando pasos firmes y fuertes vuelven a escucharse a mis espaldas. Se que esta mas cerca.
- Señorita – Me paralizo por un segundo al escuchar una voz masculina.
Aumento el paso y camino sin mirar atrás. Estoy a punto de despertar a Jessie y echarnos a corres
Pero un cuerpo se interpone en mi camino y choco contra él.
Arrojo un gritito. No importa si he despertado a Jessie.
M****a. Es el hombre del restaurante. Valentino.
- Permítame acompañarla hasta su casa – Dice sin más.
- No. Pero gracias. No falta mucho para llegar a mi casa – Rechazo su oferta.
¿Casi me mata del susto y quiere llevarme a casa?
No, gracias.
- Insisto. No debe estar en calle tan tarde y menos con su hija en brazos – Señala a una dormida Jessie.
Escuchar como él llama a Jessie, mi hija. Me hace sentir incomoda.
Definitivamente no tengo oportunidad con él.
Pero, ¿Por qué eso me preocupa?
Esta calle nunca me pareció peligrosa. Algunos comercios cierran hasta tarde. Pero hoy me lleve un buen susto.
Acepto su oferta. Valentino es un completo extraño y no puedo fiarme de él.
Pero por alguna extraña razón. Me hace sentir segura.
Subo con cuidado a su auto lujoso. Si mi visión no está mal, es un Ferrari. No creo que sea conveniente llevar a Jessie en mi regazo, al él no parece importarle.
- ¿Dónde vive? – Pregunta haciendo rugir el motor de su auto.
- En el 200 de Waberly – Le proporciono mi dirección. Un tanto insegura.
- No esta muy lejos – No dice más y comience a conducir por la calle.
Jessie se remueve y murmura:
- ¿Mamá? – Entreabre sus hermosos ojos azules. Y los vuelve a cerrar. Indicando que aún está dormida.
- Shhh … Duerme, Jessie – La estrecho más contra mi cuerpo y deposito un beso en su frente cubierta de castaños cabellos.
No taramos mucho en llegar a edificio y Valentino se baja para abrirme la puerta y ayudarme a cargar a Jessie para buscar las llaves en el bolsillo de mi saco.
- Gracias – Subimos la pequeña escalinata que da a la puerta principal del edificio. Meto las manos en ambos bolsillos y las localizo. Introduzco las llaves en la cerradura y esta se abre.
- Puedo acompañarla hasta su piso –
- No es problema. Con traernos hasta aquí es suficiente. Puedo encárgame – No quiero sonar borde, pero es lo que hago. M****a.
- Debe ser una gran responsabilidad – Creo que no se percata de mi tono de voz molesta o solo lo ha dejado pasar.
¿Por qué estoy molesta?
- Sí que lo es. Pero no que haría sin ella – Sonrío cuando me la entrega.
- Fue un verdadero placer, señorita. –
- Ciara – Me apresuro a decir. Me sorprendo al ser tan directa y fácil en decirle mi nombre y dirección a un completo extraño.
Me desconozco.
- Ciara. Que descanse – Su mano envuelve mi brazo cubierto de tela. Y esa sensación extraña y nueva para mí, vuelve a recorrer todo mi cuerpo.
- Igualmente, Valentino – Se vuelve a su carísimo auto. Se introduce en él y arranca alejándose del edificio y desapareciendo de mi vista.
Algo me dice que no es la última vez que veré a este hermoso hombre.
La brisa fría de la mañana hace que me estremezca en la banca de concreto, observando a Jessie perseguir a un grupo de burbujas que vuelan por todas partes encima de su cabeza. Tratando de alcanzarlas y reventarlas con sus dedos.Está feliz, jugando, disfrutando del aire fresco y olvidándose por un par de horas de la tragedia y la soledad que nos persigue desde hace seis años.Se persigue con los demás niños que están en el parque.Ella es el reflejo de una niña plena y feliz. A falta de recursos económicos en nuestra vida. Lo es. Y no quiero que eso cambie nunca.Estoy muy orgullosa por la increíble niña que he educado. Amable, cariñosa, respetuosa, con un gran corazón que debe ser adorara y bien cuidado y es muy extrovertida. Mucho más que yo a su edad.Mis padres deben de estar orgullo de mí. De ambas.- Así es mucho m&aa
Valentino es bastante atractivo, parece estar soltero y disponible. Lo sé porque he mirado su mano en repetidas ocasiones y no hay rastro de un anillo de casado. Pero algo me dice que me aleje. Que este hombre no me conviene en lo absoluto.Mantengo la boca cerrada y me limito a asentir despacio.- Es un verdadero placer que ella sea como usted, señorita Ciara – Sus ojos me miran sonrientes.- En realidad, ella es mucho mejor que yo a su edad – Y ahí lo tienen. Estoy compartiendo un poco de información a un completo desconocido. Y lo peor de todo es que es sobre mi infancia.Donde recuerdo de una niña feliz, sin preocupaciones y con ambos padres aún vivos, me golpea en el rostro como el frio viento de esta mañana.Jessie fue privada de esos seres maravillosos por aquel hombre borracho y por mi culpa.- Ciara, ¿se encuentra bien? – Su cálida mano se posa en mi ro
He llamado a Zaheera en cuanto hemos entrado al departamento. Acordando con ella en ir a un bar en la noche.Ni siquiera sé porque lo he hecho. Pero a ella pareció no importarle y ha aceptado encantada a llevarme a un bar y emborracharme.Siendo la primera vez en años que no lo hacemos.Necesito distraerme y pedirle consejos a Zaheera sobre Valentino que me ha proporcionado su número y nada más que su nombre.Sin apellido ni a que se dedica y la proposición de cenar con él esta noche. Estoy echa un lio.Es una tontería, pero en el fondo, quería decirle que sí. Pero mi sensatez me hizo caminar con dignidad hasta casa.- ¿Me estás diciendo que el hombre de aspecto intimidante y ojos preciosos y tan caliente como el pan recién salido del horno, te invito a cenar? – Esa caminando de un lado a otro por mi habitación. Sin creer que estuve a puno
No reconozco a la mujer que esta frente al pequeño espejo de cuerpo completo de mi habitación. Estoy tan poco acostumbrada en llevar el cabello suelto, los ojos ligeramente maquillados con sombra café chocolate, realzando más el azul de mis ojos, los labios rosas y las mejillas con un poco de rubor.- Por dios, Ciara. Deberías bañarte más seguido – Observo a Zaheera a través del espejo y ruedo los ojos con una sonrisa resplandeciente.El vestido y el maquillaje son poco extravagantes de lo que imaginaba cuando Zaheera me hizo meterme en él.Me hacen sentir segura y empoderada.Realmente me siento hermosa y sin miedo a que la enorme cicatriz en mi pierna se vea debajo del corto vestido. Ni me siento insegura de mostrar mi cuerpo voluminoso.- Te ves exquisita, Ciara – Está orgullosa de su obra maestra.- Tú tampoco te ves mal. Mira ese trasero – Hag
Conversamos del día tan pesado que tuvo en el restaurante, diciendo que ha sido duro y muy concurrido. A pesar de ser fin de semana. Y la excusa perfecta que Zaheera le dio a Stephen para escaparse temprano del restaurante.No paramos de reír y de beber. No sé cuántos cocteles de Tastes Like Summer hemos bebido. He perdido la cuenta desde el coctel número cuatro.Mi cuerpo no está acostumbrado a beber esta cantidad de alcohol. Pero me la estoy pasando muy bien. Me encuentro relajada y disfrutando del bullicio de los aficionados a mi alrededor.Sin importarme ya, que no sea un bar para bailar y treparse en las mesas.- Necesito ir al baño. Cuida mi copa – Grito por encima de los gritos de los hombres y las mujeres cuando su equipo anotan un gol.- Claro. Mientras yo pido otro – Me sonríe y levanta la mano para llamar al mesero.Esquivo a las personas ebrias y busco el sanitar
Guardo mi teléfono con las manos temblorosas, tan deprisa que no me percato de las miradas extrañas de las otras mujeres que están a la espera de entrar al baño. El corazón me late a un ritmo anormal y golpea con fuerza contra mi pecho.¿En serio vendrá a buscarme?Creo que la borrachera se ha esfumado de mi sistema en cuanto Valentino dijo que lo esperará.¿Para qué lo voy a esperar?Corro entre la multitud, sudorosa y con la respiración agitada y no sabría diferenciar si es porque me he echado a correr desde el baño de damas o por el nerviosismo por que él vine hacia acá.Quiero llegar junto a Zaheera.Jadeo cuando la diviso aun sentada frente a la mesa de madera oscura llevándose a la boca el coctel de delicioso sabor, pero mortal con el alcohol.Casi me desmayo por la falta de aire en mis pulmones cuando llego hasta dond
Asiento, intentando sonreír, fallando estrepitosamente. Solo logro hacer una mueca.Si la señora Olivia se lleva a Jessie a su departamento, no me salva que a la mañana siguiente me vea con una tremenda resaca. Soy una irresponsable.Si la señora Olivia se lleva a Jessie a su departamento, no me salva que a la mañana siguiente me vea con una tremenda resaca. Soy una irresponsable.-Deje de pensar. Puede decirle a la señora Olivia que a decidido dormir en la casa de su amiga porque se ha pasado de tragos y que no quiere que Jessie la mire así – Sugiere.-Pero no voy a quedarme en casa de Zaheera – Lo miro, confundida.Si hemos dejado a la loca de mi amiga en ese bar.Estaré borracha, pero no loca. Se donde hemos dejado a mi amiga.-¿Quién dijo que ira con su amiga? – Casi suelta una carcajada por mi expresión de horror que d
Me relajo y acepto su llamada.-Hola – Saludo con entusiasmo. Acerco el teléfono a mi oreja.-Ciara. ¿Estás bien? ¿Ya estás en casa? – Su tono de voz me indica que está preocupada. Debí llamarla desde antes.Me siento un poco culpable.-Estoy bien. No estoy en el departamento – Aprieto los labios, esperando su regaño.-¿Qué? ¿Por qué no? ¿Ese cabrón no se ha sobre pasado contigo? – Ahora está al borde de la desesperación.-Me ha traído al hotel donde se hospeda. No quería que Jessie me viera entrar así al departamento. Y no. Ha sido muy amable y caballeroso – Sonrió como una tonta.-Maldita zorra. No querías salir con él por ser un completo extraño. Y mira, has acabado en su habitación – Siento que