Valentino es bastante atractivo, parece estar soltero y disponible. Lo sé porque he mirado su mano en repetidas ocasiones y no hay rastro de un anillo de casado. Pero algo me dice que me aleje. Que este hombre no me conviene en lo absoluto.
Mantengo la boca cerrada y me limito a asentir despacio.
- Es un verdadero placer que ella sea como usted, señorita Ciara – Sus ojos me miran sonrientes.
- En realidad, ella es mucho mejor que yo a su edad – Y ahí lo tienen. Estoy compartiendo un poco de información a un completo desconocido. Y lo peor de todo es que es sobre mi infancia.
Donde recuerdo de una niña feliz, sin preocupaciones y con ambos padres aún vivos, me golpea en el rostro como el frio viento de esta mañana.
Jessie fue privada de esos seres maravillosos por aquel hombre borracho y por mi culpa.
- Ciara, ¿se encuentra bien? – Su cálida mano se posa en mi rodilla al descubierto por los pantalones rasgados, devolviéndome a la realidad.
- Si, muy bien. Lo lamento. Tengo que irme – Valentino se sobresalta por mi repentino comportamiento. Cortante y alterado.
- Espere. Quisiera invitarla a cenar esta noche – Agradezco que aún estoy sentada en la banca.
- ¿Qué? - Casi me carcajeo con su proposición.
- Lo que escucho. La invito a cenar esta noche. ¿Por qué le causa gracia? – Frunce el ceño.
- Porque es gracioso. Usted y yin nos conocemos desde ayer. En realidad, ni siquiera nos conocemos no puede llegar y de pronto invitarme a cenar con usted. Y tengo planes para esta noche – Me levanto de la banca y sujeto contra mi hombro el pequeño bolso.
- ¿Cómo cuáles? – Enarca una ceja, dudoso por mis supuestos planes.
No se va a rendir hasta que le diga cuales son.
- Eh ... Voy a salir con una amiga por un trago – Intento zonas segura. Aunque su ceño aun fruncido, me dice que mi excusa no ha funcionado en lo absoluto.
- ¿Acaso se lo acaba de inventar? ¿Por qué solo no me dice que no quiere salir conmigo? ¿Por qué la necesidad de mentir, señorita Ciara? – Parece enfadado.
- ¿Por qué lo haría? Voy a salir con mi amiga. No tengo que darle explicación alguna. Así que si me permite. Voy por mi ... Voy por Jessie – Busco con la mirada a Jessie.
- Si cambia de opinión. Le dejo mi número – Extiende un trozo de papel. Sus dedos largos y pálidos y perfectos como todo él, lo sostienen.
Lo miro a él y después al trozo de papel.
¿Acaso cree que voy a cambiar de opinión y lo llamara? ¿Quién se cree?
- Gracias. Pero no gracias. Tengo asuntos más importantes que tener que llamarlo de vuelta. Adiós, señor Valentino – Espero que mi indiferencia lo haga correr y no vuelva a buscarme.
Me golpeo mentalmente porque he tomado entre mis dedos la tarjeta con sus datos personales cuando paso a su lado.
No me giro. Valentino debe estar sonriendo triunfante y satisfecho por lograr el único propósito que ha tenido en mente desde que abrió esos hermosos ojos azules en la mañana.
Camino hasta Jessie para así regresar a casa.
He llamado a Zaheera en cuanto hemos entrado al departamento. Acordando con ella en ir a un bar en la noche.Ni siquiera sé porque lo he hecho. Pero a ella pareció no importarle y ha aceptado encantada a llevarme a un bar y emborracharme.Siendo la primera vez en años que no lo hacemos.Necesito distraerme y pedirle consejos a Zaheera sobre Valentino que me ha proporcionado su número y nada más que su nombre.Sin apellido ni a que se dedica y la proposición de cenar con él esta noche. Estoy echa un lio.Es una tontería, pero en el fondo, quería decirle que sí. Pero mi sensatez me hizo caminar con dignidad hasta casa.- ¿Me estás diciendo que el hombre de aspecto intimidante y ojos preciosos y tan caliente como el pan recién salido del horno, te invito a cenar? – Esa caminando de un lado a otro por mi habitación. Sin creer que estuve a puno
No reconozco a la mujer que esta frente al pequeño espejo de cuerpo completo de mi habitación. Estoy tan poco acostumbrada en llevar el cabello suelto, los ojos ligeramente maquillados con sombra café chocolate, realzando más el azul de mis ojos, los labios rosas y las mejillas con un poco de rubor.- Por dios, Ciara. Deberías bañarte más seguido – Observo a Zaheera a través del espejo y ruedo los ojos con una sonrisa resplandeciente.El vestido y el maquillaje son poco extravagantes de lo que imaginaba cuando Zaheera me hizo meterme en él.Me hacen sentir segura y empoderada.Realmente me siento hermosa y sin miedo a que la enorme cicatriz en mi pierna se vea debajo del corto vestido. Ni me siento insegura de mostrar mi cuerpo voluminoso.- Te ves exquisita, Ciara – Está orgullosa de su obra maestra.- Tú tampoco te ves mal. Mira ese trasero – Hag
Conversamos del día tan pesado que tuvo en el restaurante, diciendo que ha sido duro y muy concurrido. A pesar de ser fin de semana. Y la excusa perfecta que Zaheera le dio a Stephen para escaparse temprano del restaurante.No paramos de reír y de beber. No sé cuántos cocteles de Tastes Like Summer hemos bebido. He perdido la cuenta desde el coctel número cuatro.Mi cuerpo no está acostumbrado a beber esta cantidad de alcohol. Pero me la estoy pasando muy bien. Me encuentro relajada y disfrutando del bullicio de los aficionados a mi alrededor.Sin importarme ya, que no sea un bar para bailar y treparse en las mesas.- Necesito ir al baño. Cuida mi copa – Grito por encima de los gritos de los hombres y las mujeres cuando su equipo anotan un gol.- Claro. Mientras yo pido otro – Me sonríe y levanta la mano para llamar al mesero.Esquivo a las personas ebrias y busco el sanitar
Guardo mi teléfono con las manos temblorosas, tan deprisa que no me percato de las miradas extrañas de las otras mujeres que están a la espera de entrar al baño. El corazón me late a un ritmo anormal y golpea con fuerza contra mi pecho.¿En serio vendrá a buscarme?Creo que la borrachera se ha esfumado de mi sistema en cuanto Valentino dijo que lo esperará.¿Para qué lo voy a esperar?Corro entre la multitud, sudorosa y con la respiración agitada y no sabría diferenciar si es porque me he echado a correr desde el baño de damas o por el nerviosismo por que él vine hacia acá.Quiero llegar junto a Zaheera.Jadeo cuando la diviso aun sentada frente a la mesa de madera oscura llevándose a la boca el coctel de delicioso sabor, pero mortal con el alcohol.Casi me desmayo por la falta de aire en mis pulmones cuando llego hasta dond
Asiento, intentando sonreír, fallando estrepitosamente. Solo logro hacer una mueca.Si la señora Olivia se lleva a Jessie a su departamento, no me salva que a la mañana siguiente me vea con una tremenda resaca. Soy una irresponsable.Si la señora Olivia se lleva a Jessie a su departamento, no me salva que a la mañana siguiente me vea con una tremenda resaca. Soy una irresponsable.-Deje de pensar. Puede decirle a la señora Olivia que a decidido dormir en la casa de su amiga porque se ha pasado de tragos y que no quiere que Jessie la mire así – Sugiere.-Pero no voy a quedarme en casa de Zaheera – Lo miro, confundida.Si hemos dejado a la loca de mi amiga en ese bar.Estaré borracha, pero no loca. Se donde hemos dejado a mi amiga.-¿Quién dijo que ira con su amiga? – Casi suelta una carcajada por mi expresión de horror que d
Me relajo y acepto su llamada.-Hola – Saludo con entusiasmo. Acerco el teléfono a mi oreja.-Ciara. ¿Estás bien? ¿Ya estás en casa? – Su tono de voz me indica que está preocupada. Debí llamarla desde antes.Me siento un poco culpable.-Estoy bien. No estoy en el departamento – Aprieto los labios, esperando su regaño.-¿Qué? ¿Por qué no? ¿Ese cabrón no se ha sobre pasado contigo? – Ahora está al borde de la desesperación.-Me ha traído al hotel donde se hospeda. No quería que Jessie me viera entrar así al departamento. Y no. Ha sido muy amable y caballeroso – Sonrió como una tonta.-Maldita zorra. No querías salir con él por ser un completo extraño. Y mira, has acabado en su habitación – Siento que
Se desabrocha la camisa y se la quita, dejando al descubierto su pecho y abdomen bien definidos y marcados. Para después, despojarse de sus elegantes pantalones, quedando sono en esos boxers grises ceñidos a su bien trabajado trasero.Tengo que cubrirme el rostro con las sabanas. Debo tener las mejillas rojas, porque se comienzan a calentar.Lo escucho reírse.-Y así quieres que te tome y te haga mía- Se burla de mi timidez. Aún tiene esa enorme sonrisa.-Es que … --¿Te pongo nerviosa? –-Sí – Admito, con el rostro aún más rojo que un tomate.-Es natural – Se encoje y rodea la cama para meterse debajo de las sabanas.Apaga la luz y mi cuerpo empieza a temblar, nervioso.Hace tiempo que no estoy a lado de un hombre compartiendo un mismo espacio.-¿En serio te siente cómod
El ruido de los autos que transitan por la calle, claxon de la gente desesperada por llegar a su destino, los bullicios de las personas se mezclan con las sirenas de patrullas que son similares a las de las ambulancias y me recuerdan al accidente. Ya estoy completamente despierta, es difícil volver a conciliar el sueño. Porque todos los insoportables ruidos se cuelan hasta la habitación y hacen que me duela más la cabeza.Es extraño, porque el departamento es un poco más silencioso.Imágenes borrosas y confusas de la noche anterior apalean mi mente. Dios, no medí las consecuencias para el día siguiente.Por ahora solo recuerdo estar en la fila del baño de damas esperando mi turno para entrar a algún cubículo, sacar mi teléfono de mi bolso y marcar el número telefónico de Valentino y a él diciendo que esperara en el bar.Después de eso, gr