El ruido de los autos que transitan por la calle, claxon de la gente desesperada por llegar a su destino, los bullicios de las personas se mezclan con las sirenas de patrullas que son similares a las de las ambulancias y me recuerdan al accidente. Ya estoy completamente despierta, es difícil volver a conciliar el sueño. Porque todos los insoportables ruidos se cuelan hasta la habitación y hacen que me duela más la cabeza.
Es extraño, porque el departamento es un poco más silencioso.
Imágenes borrosas y confusas de la noche anterior apalean mi mente. Dios, no medí las consecuencias para el día siguiente.
Por ahora solo recuerdo estar en la fila del baño de damas esperando mi turno para entrar a algún cubículo, sacar mi teléfono de mi bolso y marcar el número telefónico de Valentino y a él diciendo que esperara en el bar.
Después de eso, gr
Todo está en total silencio, hasta que el sonido de unas llaves y una cerradura siendo abierta fuera de la habitación hace que me dirija hasta la sala de la suite, corriendo de prisa.Por poco me estrello contra lo que sea que se haya interpuesto en mi camino. Levanto el rostro y me encuentro con un sudoroso y sonrojado Valentino, que ocupa todo mi campo de visión.Abro ligeramente la boca, babeando por la impresionante altura de Valentino.Con los tacones y la visión casi borrosa de anoche, parecía menos alto,-¡Ay! – Lanzo un gritito nervioso y retrocedo, alejándome de su musculoso cuerpo que irradia calor. Un que anhelaba sentir al despertarme esta mañana.-Sigues aquí – Una pequeña sonrisa se dibuja en su rostro.-No podía ir a ningun lado porque no tení
La vergüenza y la timidez no manejan mi cuerpo, su calor y lo que sus ojos me transmiten, permiten que me sienta cómoda. Cómoda con él mirándome, tocándome, explorando, deleitándose.Espera que vuelva a confirmar lo que ha salido de mi boca. Asiento, con ligereza.Podré estar cometiendo una de las locuras más grandes de mi vida y más tarde arrepentirme de ello. Mi solución sería echarme a llorar y volver a hacer la cerrada Ciara y concentrarme en Jessie.Y justamente ahora, nada de eso me importa. Tal vez termine con el corazón tan aplastado como una naranja, desechando la posibilidad de encontrar a alguien que realmente me ame, me haga sentir especial.Deseo lo que Valentino me esta ofreciendo, con los brazos lo bastante abiertos.Valentino me deslumbró cuando mis ojos coincidieron con los de él aquel día en el restaurante, ha sido el prim
-¿Qué pasa? – Pregunto, jadeante.-No puedo – Sus palabras entrecortadas hacen que despegue la melena empapada de mi rostro para mirarlo. No hablara en serio.-¿Por qué? – Estoy confundida. Es lo que deseaba. ¿Qué lo ha detenido de esta manera?-No tengo un preservativo – Parece avergonzado.-¿Acaso importa? – Meneo las caderas hacia adelante para que me embista de una buena vez. Se resiste. Bufo, exasperada. Me desplomo en sus brazos.-Claro que importa. Te deseo, Ciara. Ahora más que nunca que estoy sintiendo tu calor que me rodea, pero no quiero acabar dentro de ti y añadir otra responsabilidad a tu ya complicada vida – Se retira y me coloca en el suelo mojado de la ducha.Todo el deseo y excitación que sentía hace unos instantes desaparece en cuando mis pies hacen contacto con el agua fr&iac
Miro por el rabillo del ojo a Valentino y lo descubro observándome atentamente.Hay muchas preguntas en mi cabeza de las cuales no sé si algún día tendrán respuestas. No me atrevo a preguntar por qué reacciono de esa manera antes de decirme que no quería añadir una responsabilidad más a mi vida. No solo lo hizo por mí. Tuvo que pasarle algo más para no cometer el error de embarazar a una desconocida.Debo dejar de darle vueltas al asunto. Me ha dado a entender que quiere ir lento, no quiere arruinar esta pasión que sentimos por el otro.Cenar en mi departamento me parece una buena idea, pasar tiempo con Jessie y con Valentino ayudara bastante para lo que sea que pase con lo que sea que podamos crear en un futuro. No se quede fuera de la ecuación.Aparca delante del edificio y sale para abrirme la puerta. Lo miro embelesada por su comportamiento.-Estar&
Zaheera me intercepta en cuantos entro en el restaurante, queriendo saber los detalles de lo que ella supone, pasó en la habitación de Valentino.-Zaheera, déjame trabajar – La aparto de mi camino con mi brazo. Ignorando su puchero y el gruñido que sale de su boca.-Stephen no se enterará de que llegaste tarde. Y yo sé el por qué – Su voz chillona y acusatoria se escucha sobre las conversaciones de algunos de los clientes que almuerzan en el restaurante.-¿Y qué crees saber? – Me vuelvo para mirarla con la ceja levantada. Esperando su respuesta.-A mí no me engañas con que solo dormiste como una princesa en su cama – La goma de mascar hace su triunfal aparición sobre los labios rosados de Zaheera en una enorme bomba, mientras su ceja imita a la mía.-No te voy a contar lo que paso – Sonriendo, satisf
Atrás a quedado el delgaducho cuerpo de Peter, se ha transformado en un chico totalmente diferente. Lleno de bastante masa muscular.-Estas … preciosa. ¿Hace cuánto tiempo que no nos vemos? – Dice, saliendo de su asombro. No puedo creer que justo esta mañana recordara nuestro extraño romance y ahora lo tenga frente a mí.-Ocho años. Tu tampoco estas mal – Sonrío al recordar cómo éramos en secundaria.Torpes e inexpertos.La pubertad hizo maravillas con Peter. Es bastante atractivo.-No sabía que trabajabas en este restaurante. –-Trabajo aquí desde hace seis años – Me duelen las mejillas de sonreír tanto. Me alegra volver a ver un rostro amigo después de la tragedia que me envolvió mi vida justamente hace seis años.-¿Por qué nunca te hab&iacut
Miro impaciente el reloj mientras paso el trapo húmedo sobre la mesa, limpiando los restos de comida que hay sobre ella.Faltan cinco minutos para las once.Dejo caer los hombros y la cabeza hacia delante, derrotada. Mirándolo no va a avanzar más rápido.Elliot y Zaheera terminan de meter las ultimas sillas que se colocan en la acera, fuera del restaurante.Conversan de esto y aquello. Sonrío por sus chistes sin sentido.Un hombre que entra detrás de ellos, llama mi atención. Mira en todas direcciones del restaurante.Lleva pantalones vaqueros oscuros, una sudadera negra, botas militares y una gorra azul con un logo de los Yankees en color blanco.-Disculpe, señor – Lo llamo, soltando el trapo y caminando hasta el hombre de aspecto sospechoso.-El restaurante está a punto de cerrar – Sigo hablando con amabilidad.Espero que no se ponga
-¡Ciara! – Todos gritan armados, cuando me desvanezco.-¿Te encuentras bien, Ciara? – Kenai me mira preocupado, es quien ha evitado que mi cuerpo caiga al suelo, haciéndome daño.-No. No estoy bien. Como es posible que ese extraño supiera mi nombre – Estoy al borde de la desesperación y el terror me consume poco a poco.-¿Lo conocías? –-¡No! Mierda, no. No conozco a ese hombre, nunca en mi vida lo había visto – Grito histérica, algunas lágrimas empiezan a correr por mis mejillas. Me suelto del firme agarre de Kenai.-Ciara, muchacha, ¿Qué ha pasado? – Un preocupado Stephen sale a toda velocidad de la cocina.-Un hombre entró pensando que le serviríamos un trago. Pero como sabes. No a