"Para nada me asusta el peligro, pero si la consecuencia última: el terror"
Maddie
Midori y yo caminábamos por acera, mirando todo lo que se moviera, con el pensamiento de que Alex estuviera cerca.
—Estamos llegando— informó Midori, cruzó la calle, quedando al frente de un gran edificio, me miró invitándome a cruzar. Pero una gran camioneta bloqueo nuestras miradas, del interior de esta salió una chica, alguien que yo podía recordar perfectamente era Lía, me abrazó como sí fuéramos las mejores amigas y puso un trapo húmedo, el líquido que estaba ahí me entumeció, no pude gritar, no pude forcejear, fue tan r&aacut
"El único medio de conservar el hombre su libertad es estar siempre dispuesto a morir por ella"Maddiedos semanas, dos semanas de tortura e infierno, sin ver a nadie, sin hablar con nadie, sin siquiera ver a Lía, Kayla solo iba una vez al día, para darme de comer, era un silencio sepulcro, frote mis brazos en busca de calor.Ahí estaba Kayla, entrando con una sonrisa y una bandeja en la mano. Después de Kayla a escondidas trajera mi "comida" que constaba de unos panes viejos y duros, con un jugo de naranja, sin azúcar. La soledad y el silencio era tortuoso, el dolor de mis músculos incrementaba.—«Madd
Los monstruos no nacen, son creados— Heist.AdriánSu nariz respingona, sus tiernas pecas que hacen juego con su lechosa piel, su cabello de fuego, simplemente hermosa, la forma en que sus ojos se cierran pesadamente mientras ella lucha por quedarse despierta. podia jurar que era un jodido priviligio admirar a Maddie.Reí, mientras la admiraba por unos segundos más, un pequeño ronquido lo saco de sus pensamientos, salió de la burbuja perfecta y vio a la verdadera Maddie, baba saliendo de su boca, con ellos ronquidos, y su nariz arrugada, sus largos cabellos despeinados, habla cosas incoherentes acompañados de golpes al aire, todo esto estan dormida.
Ámame solo hasta que la primavera termine- Lilac, IUEl toque de la puerta hizo que Maddie apenada cerrara su libreta, era su enfermero, Adrián.— hola, Maddie, ¿Qué tal?— pregunto mientras se sentaba en una pequeña silla al frente de la cama de la chica.— Bien, creo— dijo dándole una pequeña sonrisa.— es hora del medicamento— del bolsillo de su uniforme saco una pequeña bolsita con pastillas, pastillas que ayudaban a Maddie para su esquizofrenia. Ella hizo una mueca, el sabor de las pastillas era desagradable, sin embargo, las trago con dificultad, el chico le ofreció un po
-“Como cartas en la arena, donde las olas estaban, siento que desaparecerás a un lugar muy lejano. Te echo de menos”Maddie era una chica tierna tímida, con una personalidad encantadora, amante de la lectura, sus historias eran impresionantes y su enfermero amaba verla sumergida escribiendo los capítulos.Lastimosamente la chica nunca le permitía ver sus historias, era hora de su medicina, entro a la habitación, la chica alzo su mirada encontrándose con los ojos verdes del mayor.-Maddie, es hora del calmante.-pero, estoy bien, ¿Por que?la voz de la chica se escucho un poco rota, murmuraba cosas incoherentes, sin embargo estiro su brazo esperando que la aguja atravesara su piel.cerro los ojos esperando el pinchazo, el enfermero inyecto el calmante, y mientras este hacia efecto hablaban de temas tribales.cuando
—“Si tan solo pudiera volar, volaría hacia ti. Pero confío en el significado de mi sueño de ayer. Todavía hay muchas cosas que no sé, pero puedo abrir la puerta y salir. ¿Me podrás esperar pacientemente? “CitaMaddie estaba mucho más nerviosa que de costumbre, estaba vestida con un lindo vestido de flores amarillo con un pequeño escote en la espalda hasta sus rodillas, había peinado su cabello dejándolo suelto, pero definido, tenía un pequeño brillo labial que resaltaba sus labios carnosos.Había una pequeña nota en su camilla acompañada de chocolates, abrió con lentitud la nota y se sentó en la cama, subió sus piernas cruzándolas, y leyó.“Hola, Maddie, no soy muchas de esto, pero quise hacerlo especial y misterioso, puedes abrir la v
Ella tiene un pasado que la atormenta, un pasado que no la deja dormir, personas muertas que la persiguen y culpas que la detienen a avanzar, como dos cadenas amarradas a su garganta."Tú los mataste" decían las voces en su cabeza, que la habían perseguido durante años.Ella solo necesitaba un poco de comprensión, necesitaba que alguien le mostrara que no fue su culpa, pero quien iba a creer en su inocencia si ni ella misma lo creía.Ella era Maddie, una hermosa pelirroja con sueños y él la intentaría ayudar a cumplirlos, pero ¿podría ayudarla superar sus demonios si no había superado los suyos?Él era un chico de una familia muy peligrosa, con una corta llamada podrí
"Para nada me asusta el peligro, pero si la consecuencia última: el terror” Adrián Deambulaba por los pasillos del hospital con la mirada gacha ignorando el ruido de los pasillos de este lugar, me quede inmóvil cuando escuché un pequeño sollozo que provenía de un cuarto a mi derecha. La curiosidad pudo conmigo y decidí ingresa, tome el pomo de la puerta y abrí, al hacerlo pude ver una pequeña silueta hecha ovillo.Al parecer la chica se percató de mi presencia porque paró de sollozar, alzo su mirada y pude ver sus ojos claros, su belleza era inigualable, sus ojos estaban bastantes rojos al igual que su respingona nariz. — ¿Qué haces aquí? - pregunto bajo con la voz un poco rota. — ¿acaso este lugar es tuyo? Yo puedo estar donde yo quiera— dije amargamente, mi respuesta fue seca cortante, aunque mi corazón latía descontrolado intente ocultarlo. Vi como mordía su labio e intentaba ponerse de pie, no obstante
“El único medio de conservar el hombre su libertad es estar siempre dispuesto a morir por ella”MaddieTodos los pacientes del hospital estábamos en una charla para "motivación" la misma plática que todos los años decían y al estar más de 7 años incluso me la sabia de memoria.Había pasado una semana desde aquel encuentro con Adrián.Aquella motivadora hablaba alegremente, yo solo intentaba no quedarme dormida.Bufé cansada cuando por fin acabo y estiré mis brazos golpeando a la persona que estaba detrás de mí.- ¿Qué ? - dijo brusco.Abrí mis ojos como platos al saber quien era el dueño de la voz, hace mucho me había grabado su voz.- Lo siento, no era mi intención ¿estás bien? - pregunté mordi