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3. CASARME ES MI ASUNTO, NI TU NI NADIE LO DECIDIRÁ.

Ya por la noche Mustafá va a la casa de su madre a cenar, la mesa está servida, con mucha comida, solo Mustafá y su madre están sentados, rodeados de mucho personal de servicio a la espera de cualquier orden que les puedan dar, en la mesa los dos están en silencio, sin probar ninguno de los platos que están servidos.

La madre de Mustafá es una mujer dura, muy estricta que durante toda la vida de Mustafá, desde que era un niño, siempre le ha exigido que debe ser el mejor, que debe hacer todo por la empresa de la familia, Mustafá había sido un niño que jamás había jugado, todo su tiempo era ocupado en actividades que su madre ponía para él, para que estuviera listo para el día en que heredara la empresa, por eso mismo nunca habían tenido un acercamiento entre madre e hijo, Mustafá no recordaba ni una vez que su madre le hubiera dado un abraso o simplemente un beso.

El mayordomo de la casa, que había estado en la familia desde ante que naciera Mustafá y que lo había visto crecer, cuando se da cuenta de que ni Mustafá ni su madre se hablaban trata de ayudar.

— Mustafá, tu madre ha escogido personalmente estos platos para ti, sabe que son tus favoritos, ella personalmente los ha pedidos a la cocinera para ti — le dice el mayordomo tratando de romper el hielo entre madre e hijo.

Esto no conmovió en lo más mínimo a Mustafá, solo está en espera de que otra cosa le exigirá ahora su madre, ya que eso es la única razón para haberlo invitado a cenar.

— No te preocupes, pero para la próxima no preparen tanta comida, solo nosotros dos no la terminaremos, no está bien desperdiciar la comida y menos por situaciones que no valen la pena — le contesta, solo espera el momento para irse de esa casa.

Esas palabras enfurecieron a su madre que inmediatamente empezó a reclamarle que no se hubiera casado, que ya era hora de que le diera un nieto, que la empresa necesita un sucesor y que hay que empezarlo a preparar.

— Toda mi vida he trabajado por la empresa, ¿acaso no es suficiente? que más quieres — le reclama Mustafá muy enojado.

— Quiero un nieto para que continue el trabajo de la empresa, que continúe el legado de tu padre y de tu abuelo — le responde su madre.

— No me obligaras a casarme, si tanto quieres un nieto, ahí también está mi hermano, yo ya trabajé toda mi vida para cumplir con la familia y con la empresa — le reclama.

— Es tu deber darle un sucesor a la empresa y a la familia — le recuerda a Mustafá, mientras este se levanta para irse.

— Deberías preocuparte más por mi hermano y a mi dejarme en paz, si quieres un heredero ahí está Ibrahim — le contesta y va caminando a la salida.

— ¡Necesitamos tener un heredero y pronto!, hay que prepararlo para que dirija la empresa en el futuro, así como tu fuiste preparado durante toda tu vida — insiste su madre.

Al irse de la casa de su madre Mustafá le deja claro.

— Casarme es mi asunto, ni tu ni nadie decidirá ni cuándo ni con quien me casare — le advierte a su madre que mas se enoja con su hijo por esa contestación.

Ya habían pasado un par de días desde que Ahmed salió del hospital cuando Dalila se encontraba en su trabajo y recibió una llamada desde un teléfono desconocido.

— ¿Estoy hablando con Dalila Salem? — pregunto una voz desconocida.

— ¿Quién la busca? — pregunto Dalila inquieta por no reconocer el número.

– Soy Malek el asistente del señor Mustafá Alamar — Dalila sin preguntar más y sin dar tiempo a que Malek le dijera cual era el motivo de la llamada, cuelga el teléfono.

Malek volvió a marcar, pero en cuanto Dalila vio que era el mismo número no contesto y apagó el celular, fue a la oficina de Mustafá a contarle lo sucedido cuando los interrumpió la secretaria.

— Señor Mustafá Alamar, hay reporteros en la entrada de la empresa, preguntan por usted — dijo la secretaria mientras espera una respuesta.

— ¿Que quieren?, ¿porque han venido? — Mustafá ya está molesto, esta situación lo tiene muy disgustado.

— Los reporteros quieren saber si son verdad los rumores de que el señor Mustafá Alamar tiene un hijo ilegitimo — dijo preocupada la secretaria por la reacción de su jefe.

Rápidamente fue Malek a hablar con los reporteros, los dos están preocupados de como se había filtrado la información.

Ya con los reporteros Malek explicó que no tenían la información completa, que cuando supieran que estaba pasando la empresa haría un comunicado especial acerca de estos rumores, aunque los reporteros no dejaban de cuestionar el comportamiento del dueño de la empresa por tener un hijo ilegitimo, ya que era muy conocido que Mustafá Alamar estaba comprometido con Samira Nazer, la famosa modelo internacional.

Samira Nazer tenía una relación de varios años con Mustafá y en el último año habían hecho público su compromiso, además de ser muy hermosa, ella no estaba enamorada de Mustafá, y bueno su compromiso le había traído más fama y dinero, esta relación no era bien vista a los ojos de la madre de Mustafá, ella nunca estuvo de acuerdo de que su hijo se hubiera comprometido con una vulgar modelo.

La prensa insistía en las preguntas del compromiso y que si este hijo ilegitimo había hecho que se terminaran.

— La relación entre Mustafá y Samira es más fuerte que nunca y los planes para la boda continuaban — dijo enérgicamente Malek a los reporteros que no paraban de intrigar, también les notifico que cuando tuvieran más información harían un comunicado explicando lo sucedido, se retiró y los guardias de seguridad impidieron que entraran los reporteros a la oficina.

Ya en la sala de juntas Mustafá y Malek empezaron a elucubrar quien había filtrado la información, ya que solamente lo sabían ellos y no lo habían comentado a nadie más, por lo que Malek empezó una investigación para saber quién trataba de empañar la imagen del dueño y de la empresa.

Aun así, Mustafá le advirtió que en esos momentos es más importante solucionar la situación del niño, y averiguar cuál es el precio de la madre para que le entregara a su hijo, Malek se presentó en el trabajo de Dalila cuando estaba saliendo para ir a su casa, la detuvo.

— Dalila Salem, soy Malek el asistente del señor Mustafá Alamar, necesito hablar con usted de la situación de Ahmed — se acero Malek a Dalila en la calle.

— No tengo nada que hablar con usted ni con el señor Mustafá Alamar – decía Dalila mientras trataba de alejarse de Malek.

Malek le mostro el análisis de ADN que tenían para probar la paternidad de Mustafá, al ver este análisis, entro un terror profundo en Dalila, trato de ir hacia la dirección contraria, pero Malek la tomo del brazo y la obligo a subir al auto sin que ella pudiera evitarlo.

— Déjeme bajar o llamare a la policía — le pedía Dalila al asistente ya en el auto.

— Tenga calma, tenemos que hablar de esto, Ahmed es el hijo biológico de mi jefe y lo quiere criar, lleguemos a un acuerdo — le dice sin bajar la velocidad del vehículo.

— Es imposible, Ahmed es mi hijo y no se lo daré a nadie — le responde Dalila, mientras traba de bajar del auto, ya estaba muy asustada y desesperada, sabe del poder que tiene Mustafá.

— Le digo que se detenga no tenemos nada de qué hablar, no le daré a nadie a mi hijo — Dalila trata de bajar del auto, pero Malek le impide que habrá la puerta, al ver esto detiene el auto y la deja bajar.

Dalila se baja del auto, y empieza a caminar para alejarse de ese lugar, Malek la alcanza.

— No lo haga más difícil, es mejor llegar a un acuerdo, mi jefe quiere tener al niño — insiste Malek deteniendo a Dalila par que no se vaya.

Le recuerda a Dalila de todas las deudas que tiene, todos los gastos que significan un niño pequeño, que ella es madre soltera, y que todo eso está en su contra, que si le entrega el niño a Mustafá, podría pagar sus deudas, tener una mejor calidad de vida, y hasta casarse con quien ella quiera, ya que no se sabría quién es la madre de Ahmed, como si ella nunca lo hubiera tenido, que podría empezar de nuevo, ya sin la carga de un niño pequeño.

Que pensara en el futuro de Ahmed, que ella en esa situación no podría ofrecerle una buena carrera, ni un futuro, que en cambio Mustafá Alamar, era el dueño de una empresa, y no de cualquier empresa, de la más importante en Dubái y todos los países árabes, y que, al lado de su padre, Ahmed tendría un mejor futuro y muchas oportunidades, cosas que ella no puede darle.

— El dinero es importante para alguien como Mustafá, para mí lo único importante es mi pequeño Ahmed, que por nada del mundo se lo daré — le contesta Dalila, ya más serena y calmada.

— Dígale al dueño de esa gran empresa que se olvide de nosotros, Ahmed es solo mío — en ese momento Dalila empieza a caminar para alejarse.

Malek le advierte que no se le olvide quien es Mustafá, que siempre consigue todo lo que quiere, y que en este momento quiere a Ahmed, y que usara todo su poder y todas sus influencias para lograr lo que quiere, al escuchar estas palabras Dalila se quedó paralizada, se dio cuenta que sería el inicio de una terrible batalla, porque ella jamás abandonaría su hijo, ni por nada ni por nadie.

Aun así, con ese terror en el cuerpo se dio media vuelta y mirando a los ojos al asistente saco fuerza por el amor a su hijo.

— Ni muerta me alejare de mi hijo —  se dio la media vuelta y se fue, dejando al asistente parado a media calle.

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