Al cabo de una semana ya había regresado a la normalidad, nunca se caía por demasiado tiempo, era un lujo que no podía darse si quería permanecer al ritmo de siempre. Aun así, su comportamiento mostraba algo diferente casi imperceptible para cualquiera, pero no para quienes la conocían bien. El primero en notarlo fue Paul y sin embargo no pudo precisar que era. La observaba a diario y hasta su cadencia al caminar era otra, las expresiones de su rostro también: estaban más rígidas, mas duras. El brillo se sus ojos parecían haber menguado. Tenía lapsos en los se quedaba pensativa y cuando le preguntaba que sucedía respondía siempre lo mismo: “nada, estoy bien”. Kathryn estaba triste y muy a pesar de que disimulara para todos, hasta para ella misma, lo transmitía en su aura; ni siquiera durante las horas de trabajo que era cuando más sumergida estaba podía mantener la concentración. Pero seguía adelante sin detenerse convenciéndose con el correr de los días de que en algún momento todo
No pasó demasiado tiempo hasta que Peter volvió a dar señales de vida, se le estaba agotando el dinero. Las cuentas offshore que tenía en el extranjero estaban intervenidas y vigiladas por lo que no podía disponer de ellas. Todos sus movimientos financieros estaban bajo la lupa, en cuanto diera un paso saltarían todas las alarmas y podrían rastrearlo. La única persona que podía y quería ayudarlo era su madre, pero a Rebecca también la monitoreaban; estaba en un callejón sin salida. Pero lo que tenía en mente no iba a ayudarlo, al contrario. Esa mañana Paul salió de la casa de Cecil como usualmente lo hacía: a las 5 de la mañana, necesitaba volver a su departamento, cambiarse y hacerle la llamada de rigor a Kathryn para llegar a tiempo a la oficina. El edificio donde vivía Cecil tenía una pequeña calle muerta que daba a uno de sus costados, que era donde él solía dejar su coche. Cuando dobló para encarar esa calle se encontró con dos tipos parados cerca de su auto, se detuvo a mirarlo
- ¡Por Dios, Paul! ¿Qué hice? -- No hiciste nada, Kathryn, cálmate -- Peter está muerto -- Pero no está muerto por tu culpa. Los dos sabemos que tarde o temprano iban a saltar todos sus delitos. Estaba involucrado con gente muy peligrosa, era cuestión de tiempo -- ¡¿Qué dices Paul?! -- Lo que digo, Kathryn es que había gente buscándolo hace rato – Tenía que buscar la forma de calmarla y que entrara en razón o iba a cargarse la muerte de Peter por siempre.- ¿Cómo sabes eso? -- Hace unos días recibí un llamado de la policía. Me dijeron que Peter estaba asociado a un delincuente muy peligroso, que al parecer lo estaban buscando. Fue mera coincidencia que el dossier saliera a la luz, ellos ya venían por él – Le mintió, no podía decirle nada de lo que en verdad había sucedido.- Debiste habérmelo dicho, Paul. ¿Cómo te guardaste eso? -- No quería preocuparte más, Kathryn. Bastante tenías con toda la prensa encima y los oficiales yendo y viniendo de esta oficina. Hasta tu habitual en
Paul había insistido tanto con la idea que a Kathryn no le quedó otra que aceptar a regañadientes. Le parecía una falta de respeto arbitraria y un insulto, pero el Padre Michael le aseguró que eso no era así, que era una muy bonita idea y que seguramente encontraría algo de paz. -Kath, es una manera de que puedas buscar en tu corazón y encontrar el perdón. Todos somos sus hijos y a pesar de los pecados, Él nos recibirá con los brazos abiertos – -Padre, ese hombre jamás se arrepintió de nada de lo que hizo, nunca tuvo consideración por nadie – -Lo sé, hija, pero al menos podrá marcharse dentro de la gracia divina – Una misa conmemorativa para Peter Withehouse. Fue una discusión cerrada entre Kathryn y Paul durante varios días, a pesar de que Rebecca se ocupó rápidamente de darle sepultura apenas salió de la morgue y de hacerlo en la más absoluta discreción; la prensa no se cansaba nunca. Pero en realidad lo que Paul buscaba era aplacar la imagen de Kathy ante los medios, no quería
Kathryn pasó las puertas del hotel y se dirigió derecho a la recepción.- ¿Kathryn? – Era la voz de una mujer, la de Evelyn Holland. Se fastidió un poco.-Hola Evelyn ¿Cómo estás? –-Bien, bien… Es raro verte por aquí, Kathryn –- ¿Lo es? Bueno, es verdad que no suelo frecuentar estos lugares a menos que sea una gala –-Mmmmm… ¿Será que hay algún hombre involucrado? – Le dijo en tono cómplice y burlón.Justo lo que Kathryn necesitaba, la chismosa más grande de la ciudad en el mismo lobby que ella.- ¡Claro que no! – Se río – Tengo entendido que este lugar tiene un servicio de spa envidiable –- ¡Oh! Si, de los mejores de la ciudad… Te recomiendo que pidas por Pedro si lo que quieres es un buen masaje… - Y le guiñó el ojo.Así que esa era la clase de spa al que era tan asidua Evelyn; ahora entendía su entusiasmo esa noche que recaudaron fondos para el edificio de la parroquia.-Lo tendré en cuenta, gracias… ¿Te quedarás esta noche? --No, no, voy de salida –-Bien, entonces, te veo lue
Kathryn se durmió primero, había quedado agotada después del tercer round y William no sabía cómo iba a recuperarse. Kath se encargó de provocarlo una y otra vez hasta la madrugada. El efecto que tenía sobre él era avasallante; jamás había tenido una mujer como ella y en el sosiego de la satisfacción se dijo a sí mismo que definitivamente no la perdería otra vez. Se había convertido en su mundo. A las 9:30 de la mañana alguien golpeó la puerta un poco más fuerte de lo normal. Ambos se despertaron sobresaltados y confundidos. - ¡Kathryn! ¡Kathryn! – ¡Era Paul, por todos los cielos! -Tu amigo el GPS humano – Le dijo William con fastidio. Kath se levantó de la cama ¿Cómo era que Paul la había encontrado? ¿Qué hacía en la puerta de la habitación? Tomó su teléfono y se dio cuenta de la hora que era y de las llamadas perdidas. - ¡Espérame en el lobby! ¡Aún me estoy bañando! – Hubo un minuto de silencio en el que solo se miraron entre ellos expectantes. - ¿Paul? – - Si, bien… Te esper
Paul utilizó sus contactos en la policía para conseguir más información de lo que había sucedido con Peter. No solo buscaba aplacar un poco más a Kathryn, sino que quería saber qué clase de profesionales eran Joe y su banda. Pero cuando su amigo le pasó el reporte por teléfono, se le cerró la garganta, aunque sabía que eran expertos pesados nunca imaginó que fueran tan brutales. Agradeció haber tomado la decisión de entregárselos y alejarlos con ello de Kathy, no quería ni imaginar que hubiese sucedido si elegían “preguntarle” directamente a ella. Pero no estaba seguro si debía darle todos los detalles.-Hicieron un hermoso trabajo con el hermano de tu jefa – Le había dicho su contacto.Finalmente, concluyó que lo mejor era decirle todo, así que fue a golpear a su puerta.- ¿Kathryn? –- Si, Paul, pasa –- Hablé con mis conocidos en la policía sobre Peter –- ¿Y? –-No es nada agradable –-No importa, necesito saberlo--Bien… A Peter lo acribillaron a balazos mientras colgaba de una v
Kathryn decidió que lo mejor era cambiar de hotel, podía volver a cruzarse con Evelyn yendo o saliendo de sus peculiares masajes, el Constitution era más discreto y estaba más alejado del centro de la ciudad. William entendía que esto de verse en un lugar neutral era parte de la manera que Kath tenía para marcarle los limites, aunque puertas adentro no había límites para nada. Lo había puesto en el papel de un simple amante, ella disponía cuando y donde se verían; aceptar o no dependía de él, pero siempre aceptaba. Tenía que atenerse de momento a las reglas si quería volver a ocupar un lugar en su vida; estaba dispuesto a hacer esto y lo que ella le impusiera. Tenía que expiar un pecado que no había cometido, pero estaba acostumbrado a llevar ese tipo de cargas. Cargó con la culpa de lo que Cam había hecho buscando a Riker como un loco para saldarle la deuda a sus compañeros caídos. Ahora ella dormía boca abajo a su lado lo que era un buen adelanto, solía vestirse e irse esgrimien