—¿Qué dices? Por favor, Ignacio no puedes entrar allí. —responde agitada la mujer. —¿Qué sucede Yolanda? —Emilio se levanta del sofá y le quita el teléfono de las manos.— ¿Qué pasa? —Ignacio se ha vuelto loco. Dice que sabe dónde tienen a Sofía y que él se ocupará de rescatarla. —Ignacio escúchame, no puede hacer eso ¿me oye? —Le advierte. Pero es demasiado tarde, ya Ignacio ha cortado la comunicación. —¡Joder! Ha cortado la llamada. ¿Tiene como comunicarse con él? —¡Sí! Este es su número móvil. Emilio comienza a marcarle pero la operadora lo lleva directo al mensaje de voz. —Creo que habrá que avisarle a la policía, Yolanda. La vida de Sofía está en juego. —No, no, por favor. Emilio no deje que le pase nada a mi niña. —Le implora. Justo cuando Emilio se dispone a contactar a los cuerpos policiales, recibe una llamada de Rebecca. Decide atenderla. —¡Es Rebecca! Yolanda se cubre el rostro con ambas manos, aunque quiera proteger a Rebecca de lo que está ocurrie
El local está envuelto en un infernal resplandor de fuego y humo, más para Emilio, su única misión es la rescatar a su hermana Sofía y sacarla de aquel lugar con vida. El sonido crepitante del fuego resuena en sus oídos, Emilio, se ve sofocado por el humo aún así no desiste.—Sofía, aquí estoy. Voy por ti —dice en voz alta para intentar calmar a la niña. —¡Emilio! —Sofía tose una y otra vez.— Ayúdame por favor. ¡Sácame de aquí! —implora. —Voy, mi niña, voy. El calor es sofocante y la densa cortina de humo dificultan su visibilidad y avance. A pesar de ello, Emilio no vacila no un sólo instante, continúa adelante, esquivando las llamas que lamen las paredes y el techo, dispuesto a todo por su hermana.Finalmente, localiza a Sofía, atrapada en la oficina. Intenta abrir la puerta pero está cerrada. Siente como los ojos le arden y le cuesta respirar. En medio de la humareda alcanza a ver un tubo de metal cerca de la puerta; se agacha y lo toma, usando éste como una especie de pa
“Sólo nos queda esperar, orar y que sea lo que Dios quiera” aquella frase poco alentadora del médico, se repite como un eco dentro de la cabeza de Rebecca.Se siente devastada ante la idea de perder a su padre. El médico se retira a su área de descanso, mientras Rebecca y Yolanda van a ver a la niña. Emilio en tanto, se ocupa en llamar a uno de los abogados de la empresa para pedirle ayuda en el caso de su suegro. —Esteban necesito de tu asesoría.—Hola, Emilio. Sí, dime en qué puedo servirte. —Se trata del padre de mi esposa, está siendo investigado por un secuestro. —¿Te parece bien, si me dices donde estás y voy a verte? —Sí, te lo agradecería mucho, pero en este momento estoy algo ocupado. ¿Podría ser en la noche? —Claro, no hay problema. Por cierto, ¿tiene que ver con la noticia de lo que ocurrió en uno de los galpones de la empresa? —Sí, pero nada de lo que se dice es cierto. —Bien, nos vemos entonces. Como si el panorama no fuese lo suficientemente tenso, ap
Rebecca observa con ternura como Emilio y Sofía están tan conectados. Desde que la pequeña lo vio por primera vez, mostró un afecto especial hacia él, y Emilio también parecía enternecido con su hermanita. Aquella imagen la conmueve provocando que sus ojos se llenen de lágrimas.¿Y quién no lo haría, si Sofía además de ser tierna, también era extrovertida y sobre todo muy inteligente? Limpia sus lágrimas y se acerca a la cama, coloca el brazo en el hombro de Emilio:—Voy a terminar poniéndome celosa de ustedes dos. —bromea ella con su hermanita y su esposo. —Viste Rebecca, viste que Emilio vino a rescatarme, él sigue siendo mi héroe. Emilio sonríe un poco triste, había sido tan injusto días atrás con aquella pequeña;—Discúlpame por lo que pasó aquella tarde, Sofía. Fui un tonto en alejarte de mí. Nunca, me oyes, nunca volveré a apartarme de ti. —¡Está bien! Te perdono, pero no lo vuelvas a hacer, eh —advierte moviendo su dedo índice. Rebecca y Emilio sonríen. En ese pr
—Es culpable, mi papá es culpable. —Rebecca se quiebra, mientras Emilio intenta reconfortarla. Para Emilio no resulta nada agradable tener que mentirle a Rebecca mucho menos guardar aquel secreto, mas se lo había prometido a Yolanda. Además si le contaba la verdad, también tendría que decirle que su hermano estaba involucrado en el rapto de la niña.¿Cómo podría explicarle sobre los supuestos motivos que tenía Enzo para secuestrar a Sofía? No podía decirle solo una parte de la verdad sin que Rebecca supiera todo lo que estaba pasando. Opta sólo por abrazarla y decirle que todo se solucionará muy pronto. —Todo va a estar bien, ya lo verás. Tu padre saldrá de todo esto; hablé con el abogado de la empresa para que se ocupe de su caso. —¿De verdad hiciste eso? —pregunta visiblemente conmovida.—Haría todo lo que esté a mi alcance para verte feliz, Rebecca. (Aquí todas las fans de Emilio, suspiramos: ¡Ahhh!) —Te amo, Emilio. —besa sus labios con ternura y lo abraza. —¡Auch
Luego de que Emilio regresara al hospital, Rebecca lo pone al tanto de lo ocurrido con Enzo, este le muestra los mensajes que dejan ver que su hermano es inocente. —Sí, recibí sus mensajes. —contesta Emilio.—Creo que es injusto que lo hayas sacado de la empresa de esa manera, Emilio. —¿Eso te dijo? —Le pregunta y ella asiente.— Realmente no fue así, sólo lo quite del cargo como CEO de la empresa, ahora le corresponde al nuevo socio. —Por cierto, ahora que lo mencionas, ¿quién es la mujer con la que estuviste en estos días cenando en un lujoso restaurante?Emilio queda boquiabierto al ver que Rebecca sabe sobre su reunión con Rosa Park. —E-ella es mi s-socia —balbucea. —¿Por qué me lo ocultaste? ¿Por qué no me dijiste que era una mujer? —pregunta con severidad.—Porque la Dra Park no quiere que nadie sepa que es nuestra socia, mi amor. Fue sólo por eso. —Se supone que soy tu esposa y que debería saber algunas cosas. No te imaginas como me sentí cuando Romina me mostró l
Emilio termina de cancelar la cuenta del restaurante, mientras Rebecca echa un manojo de nervios, tiembla ante la idea de que su padre haya fallecido. Las palabras de Yolanda, no fueron del todo específicas, sólo le pidió volver al hospital urgente. Salen del restaurante, suben a un taxi de regreso al hospital. Minutos después ingresan al lugar. Desesperada, Rebecca corre hasta la habitación de su padre, a pesar de que Emilio intenta calmarla desde que subieron al taxi. —Trata de calmarte, mi amor. —¿Cómo me pides que me calme, eh? Si mi padre puede estar mue… —guarda silencio como si evitando nombrar aquella palabra, pudiese cambiar o detener el rumbo de la vida. Sin embargo, la pelicastaña no logra apartar de su mente el espectro de la fatalidad. Cuando llega a la habitación, es recibida por el médico de guardia, cuya mirada refleja desconcierto y confirma lo que la chica ha estado temiendo. —Doctor, mi padre, ¿cómo está mi padre? —pregunta sosteniendo la solapa del mandil
La terrible noticia de la muerte de Ignacio conmociona a Sofía. Los últimos minutos a su lado, sintió que este finalmente la aceptaba y quería, como ella siempre soñó; pero ahora que él ya no estaba, nunca podría saber si realmente la quería. —¿Por qué Rebecca? ¿Por qué papá se fue? El llanto y la tristeza de Sofía, destrozan la poca estabilidad emocional que Rebecca había intentado mantener. Emilio al igual que ella, siente dentro de su pecho una profunda angustia. La noticia se corre rápidamente por las redes sociales “El implicado en el secuestro falleció, tras horas de agonía” “El perpetrador del secuestro muere luego de confesar la verdad”. Rebecca se siente indignada ante las mentiras que levantan en contra de su padre. —No puedo creer que digan esas cosas de mi padre, Emilio. Nadie como yo sabe quien era realmente —se refugia entre sus brazos. —Son noticias sensacionalistas, ya sabes, se lucran a fuerza de mentiras. —No es justo. Mi padre está muerto y no puede def