Esa misma noche, había decidido explorar su nuevo vecindario. Caminé por las calles iluminadas, disfrutando del bullicio de la ciudad. Encontré una pequeña cafetería acogedora y decidí entrar. Mientras saboreaba un café caliente, me permití relajarme y reflexionar sobre mi ajetreado viaje, y el día que me deparaba: el día de la gala
De regreso a mi apartamento, me dediqué a terminar de desempacar y decorar mi nuevo hogar. Coloque cuidadosamente mis bocetos y herramientas de diseño en un pequeño estudio improvisado. Cada rincón del apartamento comenzó a reflejar mi estilo personal, con telas coloridas y detalles elegantes. Los días pasaron y, aunque quería encontrarme todo el tiempo con Luci, no se podía. Ella tenía una agenda muy apretada, así que me fui adaptando a mi nueva rutina. Cada mañana, me levantaba temprano para hacer ejercicio en el parque cercano, que pude encontrar. En realidad, siempre estaban familias, o personas agradables con sus cachorros, disfrutando del aire fresco y despejando, mi mente antes de comenzar mi jornada laboral. En las noches, me dedicaba a perfeccionar mis diseños, inspirada por la energía vibrante de la ciudad. Lucía se convirtió en una presencia constante en mi vida, invitándome a eventos sociales y presentándome a personas influyentes en la industria de la moda. Una noche, Lucía me invitó a una gala benéfica organizada por la empresa de Alejandro Rivas. Nada más y nada menos que un magnate de la moda. Yo gustosa, acepté, que esta era mi profesión y mi oportunidad de brillar. Con entusiasmo, viendo en el evento una oportunidad para mostrar su talento y hacer nuevos contactos. La gala se celebró en un lujoso hotel del centro de la ciudad. Sin duda, llegué vestida con uno de mis diseños más impresionantes, un vestido rojo que capturaba la atención de todos los presentes. Mientras recorría el salón, se encontró cara a cara con Alejandro Rivas. —Isabella, me alegra verte aquí—, dijo Lucía con una sonrisa encantadora. —Tu vestido es espectacular. —Gracias, amiga, la verdad es un honor estar aquí—, respondí, sintiendo un leve rubor en mis mejillas. Al ver a Lucía llegar con Alejandro Rivas. El magnate de la moda. Sentí un leve rubor en mis mejillas al encontrarme cara a cara con Alejandro Rivas. Su porte elegante y su presencia imponente me dejaron sin aliento por un momento. Había oído hablar de él, de su éxito y de su exigente carácter, pero nada me había preparado para la atracción inmediata que sentí al mirarlo a los ojos. Sin dudas, mi corazón latía con fuerza mientras Alejandro le sonreía y le extendía la mano. Al estrecharla, noté la firmeza y seguridad en su apretón, lo que solo aumentó mi nerviosismo. Sin embargo, también sentí una chispa de curiosidad y emoción. Había algo en él que la intrigaba profundamente. Mientras conversábamos, llegué a darme cuenta de que Alejandro no solo era un hombre de negocios exitoso, sino también alguien apasionado por la moda, igual que yo. Esta conexión inesperada me hizo sentir una mezcla de alivio y entusiasmo. A pesar de mi nerviosismo inicial, me sentí cómoda hablando con él, como si ya lo conociera desde hace tiempo. A medida que la noche avanzaba, no pude evitar sentirme atraída por el carisma y la determinación de Alejandro. Cada palabra que él decía, cada gesto, me hacía sentir más segura de mí misma y de mi decisión de mudarme a Bogotá. Sin embargo, también había una pequeña voz en mi interior que me recordaba que debía ser cautelosa. Mi pasado estaba lleno de secretos, y no podía permitirme bajar la guardia tan fácilmente. Conocí al señor Rivas, cuando fue a dar una conferencia de presas en la ciudad de Medellín, lugar donde me especialicé en moda. De allí, seguía cada paso que este gran hombre daba, pues era uno de los mejores en su labor al nivel nacional, por nada siempre era el número uno de las pasarelas. Pero ahora tratando con él y poder hablar con este gran hombre, me di cuenta de que jamás me podría arrepentir de que fuera mi modelo a seguir. Yo quería ser tan grande como lo es él, seguro, confiado, destacado entre tantas personas, sin necesidad de creerse mucho. Este hombre despertaba un aura, relajado y que estaba seguro de dónde estaba pisando. La noche transcurrió entre conversaciones animadas y miradas furtivas. Tanto Alejandro como yo descubrimos que compartíamos una pasión por la moda y una visión similar para el futuro de la industria. A medida que la noche avanzaba, no podía evitar sentirme atraída por el carisma y la determinación de Alejandro. Alejando era un hombre en lo que hacía, y aunque su pasado ya casi ocultó, se podía notar en su mirada que le era poco convincente entablar una conversación con las mujeres que se encontraban en este lugar, más que conmigo y Lucía. Pude, notar, que muchas mujeres se lo comían con la mirada y como no, si el hombre estaba tan bueno como el pan y el vino. Alto, trigueño, cabello castaño medio, y unos hermosos ojos color avellana con miel que se asemejaban al mismo sol. Aun teniendo el dinero que tenía, no era un hombre prepotente, ni que se las quisiera tirar de más. Todos sus gestos eran elegantes, tomaba pequeños sorbos de champán que hacían que su nuez de Adán subiera y bajara lentamente como una tortura. Y admito que tengo pequeños sentimientos por el hombre al que seguí prácticamente casi la mitad de su vida y su carrera, sabía que no estoy a la altura de tener ni pretender nada con él. Sabía que no podía, y no se lograría, y menos cuando dejó claro en prensa nacional, que nunca se casaría ni formaría un hogar, que él no sería un estúpido para que las mujeres se aprovechen de él y de su dinero. Un suspiro salió de mis labios, cuando recordé todos esos malos momentos, donde el alcohol casi lo consume, y pierde todo por qué, por tanto, años le costó conseguir, su magnífico imperio de modas.El sonido del despertador hizo que me levantara temprano, aun con la emoción de la gala de la noche anterior. No podía dejar de pensar en Alejandro y en la conexión que habíamos compartido. Sin embargo, sabía que no podía permitirme distraerme. Tenía que concentrarme en mi trabajo y en establecerme en mi nueva vida.Después de un desayuno ligero, inmediatamente me dirigí a la oficina. Al llegar, fue recibida por Lucía, quien me saludó con una sonrisa cómplice.Sabía que Lucía no se podía quedar con las dudas de qué fue lo que hablamos Alejandro y yo. Es una chismosa de primera.—¿Y bien? ¿Cómo te fue anoche?—preguntó Lucía, con un brillo de curiosidad en sus ojos.—Fue increíble. ¿Por fin pude? Estar cerca de Alejandro Rivas y entablar una conversación sobre nuestros proyectos. Es un hombre fascinante—, respondí nerviosa y extasiada, tratando de mantener la calma.—¡Lo sabía! Sabía que harías una gran impresión. Alejandro no es fácil de impresionar, pero tú lo lograste—, dijo mi queri
Mientras trataba de encontrar las respuestas a todas las preguntas, volví a recibir una llamada. Otra vez, mi madre, no lo dudé un segundo y le respondí.Pero hubo un silencio en la línea antes de que mi madre se atreviera a responder. *Isabella, hija, lo hice para protegerte. Hay cosas que no quería que supieras, cosas peligrosas.* Dijo después de unos segundos mi madre, tratando de hablarme con voz suave.—Necesito saber la verdad, mamá. No puedo seguir viviendo en la oscuridad— dije, con determinación. No podía dejar que mi madre supiera lo atemorizada que me encontraba en estos momentos.*Está bien. Te contaré todo lo que necesitas saber* —dijo mi madre Victoria, con un suspiro.*Pero debes prometerme que tendrás cuidado.* No pude evitar sentir que un escalofrío pasó por mi espalda, las manos me comenzaron a sudar y la piquiña en mi mejilla, cuando estaba nerviosa, comenzó a aparecer. Sabía que después de descubrir la verdad, nada volvería a ser como era, aunque no es como si mi
— Isabella, he estado investigando tu pasado, y hay cosas que necesitas saber. Cosas que podrían cambiar tu vida—, comencé, tratando de mantener mi tono calmado y profesional.Ella me miró fijamente, esperando mis palabras. —¿Qué has descubierto?—preguntó la mujer sentada enfrente de mí.Saqué la carpeta de mi maletín y la abrí, mostrando los documentos y fotografías que había recopilado. —He encontrado información sobre tu familia, en particular sobre tu madre, Victoria Montoya. Parece que hay más en su pasado de lo que tú sabías.—Isabella miró las fotografías y los documentos, reconociendo algunos rostros y lugares. —¿Qué significa todo esto?— Dejo después.—Tu madre estuvo involucrada en algunos negocios turbios hace muchos años. Parece que estaba tratando de protegerte de algo o alguien— expliqué. —Hay personas que aún podrían estar interesadas en encontrarla, y eso podría ponerte en peligro.Vi cómo Isabella procesaba la información, su rostro reflejando una mezcla de sorpres
La propuesta de Alejandro de trabajar juntos en una nueva colección me tenía emocionada y nerviosa a la vez. Sabía que esta colaboración podría ser una oportunidad única para mi carrera, pero también sentía que había algo más profundo en juego. La conexión entre mi madre y la familia de Alejandro seguía rondando en mi mente.Esa noche, mientras revisaba algunos bocetos en mi apartamento, recibí un mensaje de Alejandro. ~Isabella, necesito que vengas a mi oficina mañana temprano. Hay algo importante que discutir sobre el proyecto~Hora. 9:30 PmFue el mensaje que me envió, me sentía con dudas, y con los pensamientos de que sería lo que tendría para decirme, habrá averiguado algo sobre la conexión de mi madre con su familia.Sin querer darle más vueltas al asunto, decidí, terminar todo lo que estaba haciendo en ese momento, sentía que mi cabeza no podía más y que estaba a punto de estallar. Salí de mi habitación, por un poco de agua dispuesta a tomarme una pastilla para la jaqueca. Mi
Pov. VictoriaEra una mañana tranquila cuando recibí una carta sin remitente. El sobre, de un blanco inmaculado, no tenía ninguna marca distintiva. Al abrirlo, encontré una hoja de papel grueso y elegante, con una caligrafía cuidada que me resultaba extrañamente familiar.>Victoria Montoya,Sé lo que hiciste hace años. La verdad siempre sale a la luz. Si quieres proteger a tu hija, ven al parque central a las 10 p.m. No traigas a nadie.Un amigo.
POV. Alejandro Las últimas semanas habían sido un torbellino de trabajo y tensión. Isabella y yo estábamos inmersos en la creación de nuestra nueva colección, pero la sombra de la amenaza constante nos mantenía alerta. Cada día, revisábamos nuestros diseños y discutíamos estrategias para proteger nuestra información. Sin embargo, la sensación de peligro nunca desaparecía.Una mañana, mientras revisaba algunos documentos en mi oficina, recibí una llamada de mi asistente. —Señor Rivas, su hermano Carlos está aquí para verlo.— Me quedé pensativo a la idea de lo que quería Carlos.Carlos y yo siempre habíamos tenido una relación complicada. Aunque éramos hermanos, nuestras diferencias en la visión y gestión de la empresa a menudo nos ponían en desacuerdo. Sin embargo, nunca imaginé que llegaría a esto.—Que pase—, respondí, tratando de mantener la calma.Carlos entró en mi oficina con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos. —Alejandro, tenemos que hablar.— Dijo con grandeza y un aire pe
Las semanas siguientes fueron un torbellino de trabajo y tensión. Isabella y yo estábamos inmersos en la creación de nuestra nueva colección, pero la sombra de la amenaza constante nos mantenía alerta. Cada día, revisábamos nuestros diseños y discutíamos estrategias para proteger nuestra información. Sin embargo, la sensación de peligro nunca desaparecía.Una tarde, mientras Isabella revisaba algunos documentos antiguos en la biblioteca de la empresa, encontró un sobre que parecía haber sido olvidado durante años. Con curiosidad, lo abrió y descubrió una serie de cartas y contratos que mencionaban a su madre, Victoria Montoya, en relación con la empresa de mi abuelo.—¡Alejandro, ven a ver esto!— exclamó Isabella, con los ojos brillando de emoción.Me acerqué rápidamente y tomé las cartas de sus manos. Al leerlas, me di cuenta de que Victoria había sido una diseñadora clave en la empresa de mi abuelo, trabajando en varios proyectos importantes antes de desaparecer misteriosamente.—Es
Las Diferencias en la Visión Empresarial de los hermanos, ya contaba de muchos años atrás. Alejandro siempre ha sido el hermano más conservador y tradicional en su enfoque hacia la empresa. Cree en la importancia de mantener la herencia y los valores que su abuelo estableció. Su enfoque se centra en la calidad y la innovación cuidadosa, asegurándose de que cada paso que da la empresa esté bien fundamentado. Siempre tenía una visión más moderna con referente a la moda y los negocios empresariales. Por otro lado, Carlos es más agresivo y ambicioso. Cree en tomar riesgos y en la expansión rápida. Su visión es más moderna y está dispuesta a sacrificar ciertos valores tradicionales por el crecimiento y la ganancia rápida. Esta diferencia fundamental en sus enfoques ha sido una fuente constante de fricción entre ambos.Sin embargo, la Competencia y Celos de los dos jóvenes, Siempre se vio por temas personales y de familia. Mientras tanto. Alejandro y Carlos siempre han competido por la