Mientras trataba de encontrar las respuestas a todas las preguntas, volví a recibir una llamada. Otra vez, mi madre, no lo dudé un segundo y le respondí.
Pero hubo un silencio en la línea antes de que mi madre se atreviera a responder. *Isabella, hija, lo hice para protegerte. Hay cosas que no quería que supieras, cosas peligrosas.* Dijo después de unos segundos mi madre, tratando de hablarme con voz suave. —Necesito saber la verdad, mamá. No puedo seguir viviendo en la oscuridad— dije, con determinación. No podía dejar que mi madre supiera lo atemorizada que me encontraba en estos momentos. *Está bien. Te contaré todo lo que necesitas saber* —dijo mi madre Victoria, con un suspiro. *Pero debes prometerme que tendrás cuidado.* No pude evitar sentir que un escalofrío pasó por mi espalda, las manos me comenzaron a sudar y la piquiña en mi mejilla, cuando estaba nerviosa, comenzó a aparecer. Sabía que después de descubrir la verdad, nada volvería a ser como era, aunque no es como si mi vida ya no fuera caótica. *Lo prometo*, dije, sintiendo que una nueva etapa de mi vida estaba a punto de comenzar. Hablé por un tiempo más con mi madre, dejando que el miedo y la duda crecieran por más tiempo en mis pensamientos. Tenía que tener la mente despejada y prepararme mentalmente para todo lo que se vendría en los próximos días. Esa noche, me senté en mi escritorio y comencé a escribir en mi diario. Necesitaba poner en orden mis pensamientos y emociones. Las palabras fluyeron de mi pluma, describiendo la confusión y el miedo que sentía, pero también la determinación de enfrentar lo que viniera. Al día siguiente, me desperté con una nueva resolución. Sabía que debía seguir adelante y enfrentar mi pasado, pero también debía mantenerme enfocada en mi trabajo. Llegué a la oficina temprano y me sumergí en mis diseños, tratando de encontrar consuelo en la creatividad. Hablaba con Lucía de cualquier cosa, chisme o nuevas tendencias de la moda que se nos ocurrieran. Durante el almuerzo, Lucía me encontró en la cafetería de la oficina. —¿Cómo te sientes hoy?—preguntó mi gran amiga, con una sonrisa de apoyo. Pues le había contado todo lo que me estaba pasando en este momento, sabía que en ella podía encontrar un apoyo y alguien que me diera los consejos que tanto necesitaba. —Mejor, creo. Aún estoy procesando todo, pero estoy decidida a enfrentar lo que venga—, respondí, tratando de sonar más segura de lo que me sentía. —Eso es lo que quería escuchar. Eres fuerte, Isabella. No dejes que nada te derrumbe—, dijo Lucía, dándome un abrazo rápido. Luego nos dispusimos a terminar el almuerzo, entre risas, bromas y preguntas culturales, hablamos de esas series de asesinos en serie que tanto nos gustaban, aunque después en la noche no pudiéramos lograr dormir pensando en todo eso. Esa tarde, mientras trabajaba en un nuevo diseño, recibí un mensaje de Diego. ~He encontrado algo más. Necesito que vengas a mi oficina para discutirlo.~ Hora. 4:25 Pm En el mismo mensaje estaba la dirección de la oficina de Diego; le envié un mensaje de confirmación. Sentí un nudo en el estómago, pero sabía que debía seguir adelante. Sin esperar más tiempo, me despedí de Lucía y me dirigí a la oficina de Diego. Al llegar, fui recibida por el detective, quien me condujo a su despacho. —He estado revisando más documentos y encontré algo que podría ser relevante—, dijo Diego, mostrando un archivo. —Parece que tu madre tenía tratos con una empresa que ahora pertenece a Alejandro Rivas.— Sentí un escalofrío. —¿Alejandro? ¿Qué tiene que ver él con todo esto?— No quería creer o pensar en cosas equivocadas con el hombre que creo es mi ancla y mi ídolo. —No estoy seguro todavía, pero pienso que podría haber una conexión. Necesitamos investigar más a fondo —explicó Diego. Dándome una mirada, para que comprendiera que es todo lo que me podía decir hasta el momento. Asentí, sintiendo que mi mundo se volvía cada vez más complicado. —¿Qué sugieres que hagamos?—pregunté determinadamente, haciéndole saber que, sin dudas, algunas, iba a seguir con toda la investigación. Ahora,,, más que nada, quería saber qué era lo que estaba pasando con mi madre y Alejando, solo esperaba que no fuera algo peligroso. —Voy a seguir investigando. Mientras tanto, te recomiendo que te acerques a Alejandro y trates de obtener más información. Pero ten cuidado, no sabemos en quién podemos confiar— advirtió Diego. Salí de la oficina de Diego con una mezcla de miedo y determinación. Sabía que debía acercarme a Alejandro, pero también debía protegerme. Caminé por la ciudad por un tiempo, pensando en todo lo que me había dicho el Detective. Esa noche, mientras trabajaba en mis diseños, no podía dejar de pensar en las palabras de Diego y en la posible conexión entre mi madre y Alejandro. Decidí que debía ser cautelosa, pero también sabía que no podía ignorar lo que estaba sucediendo. Mi vida estaba a punto de cambiar de maneras que nunca había imaginado, y debía estar preparada para enfrentar cualquier desafío que se presentara. Narrado desde la perspectiva de Diego Morales Me llamo Diego Morales, y soy detective privado. Mi trabajo consiste en desentrañar secretos y descubrir verdades ocultas. Cuando acepté el caso de Isabella Montoya, no imaginé que me encontraría con una red tan compleja de mentiras y peligros. Cada día que pasaba, me adentraba más en un laberinto de intrigas que parecía no tener fin. Desde el primer momento en que conocí a Isabella, supe que había algo especial en ella. No solo era su belleza y elegancia, sino también su determinación y valentía. A pesar de las sombras que la rodeaban, Isabella se mantenía firme, decidida a enfrentar cualquier desafío que se le presentara. Esa fortaleza me inspiraba a seguir adelante, a no rendirme hasta descubrir toda la verdad. Cuando comencé a investigar su pasado, encontré pistas que me llevaron a su madre, Victoria Montoya. Descubrí que Victoria había estado involucrada en negocios turbios hace muchos años, y que había hecho todo lo posible por proteger a su hija de los peligros que la acechaban. Sin embargo, esos peligros no habían desaparecido, y ahora amenazaban con alcanzar a Isabella. La información que había encontrado era inquietante. Sabía que debía compartirla con Isabella, pero también sabía que debía ser cuidadoso. No quería alarmarla más de lo necesario, pero era crucial que estuviera al tanto de los riesgos. Cuando la llamé para concertar una reunión, sentí una mezcla de nerviosismo y responsabilidad. Tenía que manejar esta situación con delicadeza.— Isabella, he estado investigando tu pasado, y hay cosas que necesitas saber. Cosas que podrían cambiar tu vida—, comencé, tratando de mantener mi tono calmado y profesional.Ella me miró fijamente, esperando mis palabras. —¿Qué has descubierto?—preguntó la mujer sentada enfrente de mí.Saqué la carpeta de mi maletín y la abrí, mostrando los documentos y fotografías que había recopilado. —He encontrado información sobre tu familia, en particular sobre tu madre, Victoria Montoya. Parece que hay más en su pasado de lo que tú sabías.—Isabella miró las fotografías y los documentos, reconociendo algunos rostros y lugares. —¿Qué significa todo esto?— Dejo después.—Tu madre estuvo involucrada en algunos negocios turbios hace muchos años. Parece que estaba tratando de protegerte de algo o alguien— expliqué. —Hay personas que aún podrían estar interesadas en encontrarla, y eso podría ponerte en peligro.Vi cómo Isabella procesaba la información, su rostro reflejando una mezcla de sorpres
La propuesta de Alejandro de trabajar juntos en una nueva colección me tenía emocionada y nerviosa a la vez. Sabía que esta colaboración podría ser una oportunidad única para mi carrera, pero también sentía que había algo más profundo en juego. La conexión entre mi madre y la familia de Alejandro seguía rondando en mi mente.Esa noche, mientras revisaba algunos bocetos en mi apartamento, recibí un mensaje de Alejandro. ~Isabella, necesito que vengas a mi oficina mañana temprano. Hay algo importante que discutir sobre el proyecto~Hora. 9:30 PmFue el mensaje que me envió, me sentía con dudas, y con los pensamientos de que sería lo que tendría para decirme, habrá averiguado algo sobre la conexión de mi madre con su familia.Sin querer darle más vueltas al asunto, decidí, terminar todo lo que estaba haciendo en ese momento, sentía que mi cabeza no podía más y que estaba a punto de estallar. Salí de mi habitación, por un poco de agua dispuesta a tomarme una pastilla para la jaqueca. Mi
Pov. VictoriaEra una mañana tranquila cuando recibí una carta sin remitente. El sobre, de un blanco inmaculado, no tenía ninguna marca distintiva. Al abrirlo, encontré una hoja de papel grueso y elegante, con una caligrafía cuidada que me resultaba extrañamente familiar.>Victoria Montoya,Sé lo que hiciste hace años. La verdad siempre sale a la luz. Si quieres proteger a tu hija, ven al parque central a las 10 p.m. No traigas a nadie.Un amigo.
POV. Alejandro Las últimas semanas habían sido un torbellino de trabajo y tensión. Isabella y yo estábamos inmersos en la creación de nuestra nueva colección, pero la sombra de la amenaza constante nos mantenía alerta. Cada día, revisábamos nuestros diseños y discutíamos estrategias para proteger nuestra información. Sin embargo, la sensación de peligro nunca desaparecía.Una mañana, mientras revisaba algunos documentos en mi oficina, recibí una llamada de mi asistente. —Señor Rivas, su hermano Carlos está aquí para verlo.— Me quedé pensativo a la idea de lo que quería Carlos.Carlos y yo siempre habíamos tenido una relación complicada. Aunque éramos hermanos, nuestras diferencias en la visión y gestión de la empresa a menudo nos ponían en desacuerdo. Sin embargo, nunca imaginé que llegaría a esto.—Que pase—, respondí, tratando de mantener la calma.Carlos entró en mi oficina con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos. —Alejandro, tenemos que hablar.— Dijo con grandeza y un aire pe
Las semanas siguientes fueron un torbellino de trabajo y tensión. Isabella y yo estábamos inmersos en la creación de nuestra nueva colección, pero la sombra de la amenaza constante nos mantenía alerta. Cada día, revisábamos nuestros diseños y discutíamos estrategias para proteger nuestra información. Sin embargo, la sensación de peligro nunca desaparecía.Una tarde, mientras Isabella revisaba algunos documentos antiguos en la biblioteca de la empresa, encontró un sobre que parecía haber sido olvidado durante años. Con curiosidad, lo abrió y descubrió una serie de cartas y contratos que mencionaban a su madre, Victoria Montoya, en relación con la empresa de mi abuelo.—¡Alejandro, ven a ver esto!— exclamó Isabella, con los ojos brillando de emoción.Me acerqué rápidamente y tomé las cartas de sus manos. Al leerlas, me di cuenta de que Victoria había sido una diseñadora clave en la empresa de mi abuelo, trabajando en varios proyectos importantes antes de desaparecer misteriosamente.—Es
Las Diferencias en la Visión Empresarial de los hermanos, ya contaba de muchos años atrás. Alejandro siempre ha sido el hermano más conservador y tradicional en su enfoque hacia la empresa. Cree en la importancia de mantener la herencia y los valores que su abuelo estableció. Su enfoque se centra en la calidad y la innovación cuidadosa, asegurándose de que cada paso que da la empresa esté bien fundamentado. Siempre tenía una visión más moderna con referente a la moda y los negocios empresariales. Por otro lado, Carlos es más agresivo y ambicioso. Cree en tomar riesgos y en la expansión rápida. Su visión es más moderna y está dispuesta a sacrificar ciertos valores tradicionales por el crecimiento y la ganancia rápida. Esta diferencia fundamental en sus enfoques ha sido una fuente constante de fricción entre ambos.Sin embargo, la Competencia y Celos de los dos jóvenes, Siempre se vio por temas personales y de familia. Mientras tanto. Alejandro y Carlos siempre han competido por la
Isabella Montoya observaba por la ventana del taxi mientras las luces de la ciudad de Bogotá parpadeaban a su alrededor. Había llegado el momento de dejar atrás su pasado y comenzar de nuevo. Con una mezcla de nerviosismo y emoción, apretó el asa de su maleta, que contenía no solo sus pertenencias, sino también sus sueños y esperanzas.El taxi se detuvo frente a un edificio moderno en el corazón de la ciudad. Isabella pagó al conductor y salió, respirando profundamente el aire fresco de la noche. Con pasos decididos, se dirigió hacia la entrada del edificio, donde la esperaba su nueva vida como diseñadora de moda.Al entrar en su nuevo apartamento, Isabella se permitió un momento para contemplar su entorno. Las paredes blancas y los muebles minimalistas le daban una sensación de paz y renovación. Dejó su maleta en el suelo y se dirigió a la ventana, desde donde podía ver la ciudad que pronto se convertiría en su hogar.Mientras miraba las luces parpadeantes, su mente viajaba a los rec
Esa misma noche, había decidido explorar su nuevo vecindario. Caminé por las calles iluminadas, disfrutando del bullicio de la ciudad. Encontré una pequeña cafetería acogedora y decidí entrar. Mientras saboreaba un café caliente, me permití relajarme y reflexionar sobre mi ajetreado viaje, y el día que me deparaba: el día de la galaDe regreso a mi apartamento, me dediqué a terminar de desempacar y decorar mi nuevo hogar. Coloque cuidadosamente mis bocetos y herramientas de diseño en un pequeño estudio improvisado. Cada rincón del apartamento comenzó a reflejar mi estilo personal, con telas coloridas y detalles elegantes.Los días pasaron y, aunque quería encontrarme todo el tiempo con Luci, no se podía. Ella tenía una agenda muy apretada, así que me fui adaptando a mi nueva rutina. Cada mañana, me levantaba temprano para hacer ejercicio en el parque cercano, que pude encontrar. En realidad, siempre estaban familias, o personas agradables con sus cachorros, disfrutando del aire fresc