Axel apareció casi de inmediato.

"Thane", lo llamó, pero el Alfa estaba fuera de sí, y ya yo estaba lista para que me hiciera suya. Una cosa era segura: no lo habría detenido.

"Escúchame, Thane, no quieres que ella salga herida, ¿recuerdas?"

Lentamente, los ojos de Thane recuperaron su color normal. Miró la marca que me había hecho, aún me ardía, pero mi mente estaba demasiado nublada.

"Lo siento", dijo, y se fue.

Me tomó solo unos minutos recomponerme y darme cuenta de que Axel lo había visto todo. No podía mirarlo a los ojos, ni siquiera cuando me trajo una bata y me ayudó a ponérmela.

"Gracias", le dije, evitando su mirada.

"No parecías querer que se detuviera", me comentó Axel. Tenía razón, quería que siguiera. De hecho, habría dejado que me hiciera el amor delante de Axel. No supe qué responder.

"El padre de Thane parecía bastante molesto por la ruptura de la tradición", dije, intentando fingir que no había pasado nada. Pero, por supuesto, sí había pasado algo.

"El Alfa Slade nec