Esa noche en el club de Andrés Adams. Nicole Bennet se encontraba tomando, decaída por lo sucedido durante la tarde, cuando fue a ver a Jackson Mitchell a su empresa. Fue cuando le pareció ver a ese hombre caminar cerca de donde ella estaba. "¿Jacki?""¡No, imposible!"Pensó Nicole, sin embargo, su curiosidad no la dejó tranquila y ella se levantó de la silla yendo hacia esa dirección. "Por aquí queda el pasillo restringido que lleva a la oficina de Andrés, así que…""¿Es probable que sí sea Jacki?" Pensó ella apresurando sus pasos, hasta que vió la silueta de espaldas de ese hombre de cabello castaño a distancia. —¡Jacki! —le llamó Nicole caminando rápidamente al punto que casi tropieza por sus zapatos de tacón alto. Finalmente la mujer rubia logró alcanzarlo y lo detuvo del brazo. Jackson clavó su gélida mirada azul en esa mujer rubia. Él apartó su brazo con fuerza del agarre que ella ejercía en el. —¿Estás bien Jackson? —preguntó Nicole al notar esa expresión decaída, que
—¡JACKI!, ¡por favor no le creas!, ¡puedo explicarte! —gritaba Nicole Bennet, mientras seguía a varios metros de distancia a Jackson que se marchaba por ese pasillo a pasos rápidos. El hombre de cabello castaño, ni siquiera volvió a ver hacia atrás, ignorando por completo a Nicole, él ingresó al ascensor el cual se cerró antes de Nicole llegara. La mujer rubia intentando alcanzar a Jackson, terminó cayendo al piso cuando uno de sus tobillos se le torció por los altos tacones y lo rápido que corría. Ella desconsolada cubrió con una de sus manos su boca, llorando por que su primer amor…Finalmente descubrió su traición. …..Jackson salió del club y subió a su automóvil de inmediato conduciendo a su mansión, sin embargo no avanzó mucho, antes de estacionarse. Su mente estaba hecha un lío, su rostro rojo del enojo y sus manos temblaban…En su corazón, aún después de años. Aún después de la ruptura con Nicole…Esperaba que ella algún día le dijera ese motivo y fuera algo simple, algo
"Él no irá a trabajar… Eso es mentira…" "Él… Debe estar investigando todo, Anthony lo dijo muchas veces… No es alguien de tomarse a la ligera…" Pensó Victoria poniéndose pálida y el mayordomo lo notó. —Es una lástima. Parece que todo irá como el último matrimonio del señor, y eso que usted ya empezaba a agradarme —dijo el señor mayor retirándose. Victoria inclinó su cabeza, cabizbaja. "Yo… Ya cumplí mi misión, solo me queda… Esperar qué indicaciones me darán" "Pero… No me quiero ir, no quiero dejarlos, ni a Eli, ni a él…" La bella mujer de cabello oscuro sintió las lágrimas deslizarse por sus mejillas. Mientras ella las secaba con su mano. "Quiero verlo…" "Necesito hablar con él…" ••••••••••9: 40 am. Esa mañana fría, nublada y lluviosa. Anthony Lawrence bajó de su automóvil e ingresó a la mansión de los Evans. Un sirviente lo guío hasta la sala donde estaban Merry y Edward Evans esperando por él. —¡Oh querido Anthony! —se acercó Merry al hombre rubio—, ví tu mensaje, l
—¿Quiere que investigue su matrimonio señor?, quizá está invalidado, ella no puede casarse con alguien, usando otro apellido, su actual es Roberts y se casó con usted usando una identidad falsa de Lawrence. —Hazlo —pidió Jackson poniéndose de pie y yendo al baño, sintiendo hasta náuseas de la presión. Minutos después. Jackson Mitchell salió con una fría expresión. —¿Qué averiguaste? —preguntó al detective. —Bueno… Es legal… Usted fue engañado señor Mitchell. Sí está casado con Victoria Roberts. Jackson dejó escapar unas cuentas maldiciones. Sabía que su esposa le ocultaba algo, pero jamás creyó que sería de esa magnitud. ¡No estabas dispuesto a ser burlado de esa manera! Ella no solo le había mentido y robado, también jugó con él, su hija, su confianza y sus sentimientos. —¡¡¡MALDITOS EVANS!!! — exclamó Jackson furioso—, ¡apuesto que el objetivo es Elizabeth y esas acciones!, ¡son unos desgraciados! "Inclusive querían visitar a Stefanny agónica solamente para quitárselas y
Victoria se encontraba en la oficina de su esposo, en la mansión. Ella sentada en la silla de oficina tras ese elegante escritorio, sus ojos llorosos observaban la información que ese hombre le mostró. Esa misma que le quitaba la culpa del accidente de su amado padre. La mujer de cabello oscuro sostenía su bolso de mano temblorosa, aferrando más sus manos a el en un intento torpe por reprimir sus emociones. Algo que era inútil. Él decía la verdad. No tuvo que ver con el incidente en Canadá del CEO Víctor Evans pues los negocios que tuvo en dicho país, no eran en la misma zona. Victoria posó sus ojos grises claros en dirección a su esposo que estaba frente al escritorio de pie. La mirada fría de ese hombre le dolió, aunque sabía que se la merecía, estremeció por completo su ser. —Me has decepcionado, Victoria; al final has resultado ser peor que Stefanny —dijo Jackson esas palabras que fueron como una cuchilla al corazón de esa mujer—. Sé que estás aquí a nombre de los Evans y
Anthony Lawrence, bajó del automóvil de inmediato y ayudó a Victoria a subir. "¡Maldita mentirosa!" Pensó Jackson Mitchel soltando un golpe a la pared con gran molestia. "¡Diciendo que me ama mientras se va con su amante!" "¡No sabes más que mentir, Victoria Evans!" Pensó Jackson Mitchell, viendo como el vehículo se alejaba con su esposa…y pronta futura ex esposa. …..En el interior del automóvil de Anthony. —¿Quieres que te lleve con los Evans? Victoria negó con su cabeza mientras secaba sus lágrimas con un pañuelo que ese hombre le dió. —¿Quieres venir conmigo a mi man- —No… —interrumpió Victoria a Anthony, con su voz quebradiza— Quiero estar… Sola.Anthony no dijo más nada durante todo el trayecto y Victoria tampoco. Finalmente ese hombre rubio la dejó frente al penthouse que anteriormente le había prestado a Victoria. —Voy a venir a verte mañana a primera hora… Quédate aquí, cualquier cosa, llámame y responderé de inmediato. Victoria asintió viendo cómo ese hombre ru
—¡Con justa razón es que te vigilamos! —exclamó Merry Evans a Victoria con molestia—, si fuiste capaz de ocultarme lo de tu embarazo real, ¿de qué otra cosa no serías?, ¡no nos decepciones!, recuerda que cualquier otro plan que tengamos si necesitamos de ti, LO HARÁS. Victoria frunció el ceño, sabía que su madrastra prácticamente la estaba amenazando. No tenía alternativa, esa mujer seguía teniendo en su poder las cosas y personas que a ella tanto le importaban. Edward Evans, ingresó en ese momento al darse cuenta que su madre había ido a ver a Victoria. El hombre de cabello oscuro estaba preocupados de que su madre cruzara los límites con Victoria, más aún sabiendo ahora que el embarazo de ella no era una mentira por el plan. —Vámonos, mamá —pidió Edward apoyando sus manos en los hombros de su querida madre que vió hacia atrás y asintió. Ambos comenzaron a dirigirse a la salida y Merry azotó la puerta al marcharse. Victoria se dejó caer sobre la cama en la cual estaba sentada,
Observando desde ese corredor abierto la lluvia caer, se encontraba ese CEO sentado en una de las cómodas sillas.En sus brazos, su tan querida hija, Elizabeth la cual estaba profundamente dormida.Jackson que se había quitado su saco, mismo con el que cubrió a Elizabeth, veía esos dibujos que recogió hace media hora atrás y ahora se encontraban nuevamente en la mesa. Arrugados, algunos rotos torpemente y en mal estado por la rabieta que Elizabeth hizo. Él suspiró sintiendo esa pesadez en su pecho y recordando las palabras de su hija y las que él dijo para calmarla. Sin embargo, no era tan fácil. La decepción, la molestía, los celos por todos esos malos entendidos que tanto Victoria como él dejaron sin aclarar. En lugar de hablar del problema, ambos tomaron el camino simple alejándose del otro. ¿Pero quién podía culparla a ella?, Victoria tenía mucho que perder si no seguía órdenes. ¿Quién podía culparlo a él?, después de tantas decepciones amorosas Jackson perdía la confianza