••••••••••Cuando Jackson llegó a las afueras de su mansión, vió a Anthony Lawrence de pie frente a ese portón con un paraguas, él parecía hablar por el micrófono a los encargados de la seguridad. Jackson de inmediato bajó de su automóvil acercándose a ese hombre rubio. —¡¿Qué demonios haces aquí?! —preguntó ese hombre de cabello castaño, molesto, a poco más de un metro de distancia de ese rubio. —¡Vengo a buscar a Victoria! —exclamó sin demora, Anthony tensando su expresión—. Ella iba camino al hospital por un chequeo de rutina —mintió él—. De pronto desapareció, es claro que fue secuestrada por tu gente, ya que Merry sabe que has seguido enviando espías. Jackson frunció el ceño. No dijo nada a Anthony, ya que tampoco había tenido contacto con su empleado y pensó que pudo haberlo traicionado. ¿Pero por qué haría algo así y con quién le traicionó? Pensó Jackson cada vez sintiéndose más impaciente y desesperado. —¡Dí algo maldición! —gritó Anthony enfurecido que soltó su paragu
••••••••••Media hora más tarde. Jackson se encontraba frente a la puerta de ese departamento… Ese en el que se encontraba Nicole Bennet. La mujer rubia abrió la puerta de inmediato. —Pasa, Jackii~ —pidió Nicole con una escalofriante sonrisa maliciosa. ¡Algo tenía entre manos! Pero sea lo que sea, Jackson no pensaba caer en ninguna absurda trampa de su ex. —¡Habla Nicole!, ¿dónde tienen a Victoria? —preguntó Jackson a su ex pareja y fue cuando notó ese anillo de compromiso en la mano izquierda de ella. —Tú… ¿Te has vuelto loca?, ¿por qué usas eso? —¿Quieres algo de tomar mi Jackii?, ¿quizá un café o té?, aunque también tengo alcohol, si quieres dime~ aunque casi no tomas de día jaja~ —decía ella mientras caminaba a la cocina del lujoso apartamento con una mayoría en decoración blanca y grises. Jackson caminaba observando los alrededores de ese departamento. —No sé que pretendes Nicole, pero no tengo tiempo, aunque te estoy preguntando por las buenas. Ya he movilizado a todos
La lluvia había cesado pero el cielo seguía nublado y el frío iba en aumento conforme el día iba llegando a sus horas tardes. Ella salió del automóvil y escuchó el sonido cercano de agua… Olas. Victoria atravesó las plantas que habían al sector izquierdo, comenzando a bajar por ese sendero lodoso. Sus hermosos ojos grises claros, vieron frente a ella el mar. El viento helado soplaba y ella sentía cada vez más frío… No sabía dónde estaba ni cómo continuaría avanzando.Si se quedaba en ese vehículo la encontrarían los hombres que probablemente ya venían detrás. Si seguía por la carretera de la misma manera, podría ser alcanzada por ellos. La mujer de cabello oscuro, no vio más elección que seguir caminando por esas playa hasta encontrar alguna persona o ver alguna casa a su costado izquierdo o navegación cercana a su derecha. Victoria continúo caminando unos metros más por varios minutos, hasta que vió que varios hombres salían de entre los árboles deshojados a su costado izquie
—¡Baja del auto! El guardaespaldas en el interior del vehículo se vió amenazado con un arma por el motorizado. El hombre bajó de inmediato, mientras en la parte trasera, Nicole observaba la situación totalmente sorprendida y "congelada" sin saber qué hacer o quién rayos era y por qué les hacían eso. Una vez que el hombre bajó del automóvil, vió que otros hombres bajaron del vehículo que estaba detrás de ellos y los había chocado. Fue cuando esos hombres se encargaron del guardaespaldas y uno de ellos abrió la puerta, sacando a Nicole a la fuerza jalada del brazo. —¡AAAY! ¡¿QUÉ CREES QUE HACES?! ¡ME LASTIMAN! —gritó Nicole forcejeando con ese hombre, mientras que veía como se llevaban a su chófer al automóvil de atrás. Quien tenía retenido a esa mujer rubia, la guío hasta el motorizado que bajó su arma. Seguidamente le quitaron las esposas de las muñecas. ¡Nicole Bennet trató escapar corriendo a toda prisa! ¡Pero en cuestión de segundos la detuvieron cuando su sandalia le jugó
°°°°°°°°°°—Señor Mitchell, me alegra informarle que la operación fue un éxito y su esposa se encuentra mejor —informaba el cirujano a cargo de atender a Victoria. Jackson sintió un enorme alivio al escuchar que su esposa se encontraba fuera de peligro. —¿Cuándo podré verla? —preguntó él impaciente. —Señor Mitchell, ahorita su esposa está inconsciente, Pero no se alarme esperamos que despierta en las próximas 24 horas. Le avisaremos cuando la pueda ver. Tras esas palabras el CEO Mitchell pudo sentirse aliviado y se dirigió a la sala de espera donde estaban sus padres, quienes habían estado con él todo ese tiempo. ….. —¡¿Cómo está ella, hijo?! —preguntó de inmediato la madre de ese hombre, doña Margoth Mitchell. Jackson sonrió. —Todo salió bien. Esperan que despierte pronto. —¡Oh que grandiosa noticia!, ¡me alegra tanto por ti hijo mío! —decía la señora alegre. °°°°°°°°°°Horas más tarde, por la mañana. Jackson se encontraba en el hospital, él que apenas había dejado sola a
°°°°°°°°°°Al día siguiente. Esa mañana nublada, fría y ventosa. Victoria bajó del automóvil después de que Jackson abriera la puerta para ella. La bella mujer de cabello oscuro mismo que llevaba atado en una cola alta, vestía ropas abrigadas y elegantes color crema. Ella se dirigió a esa mansión. Esa que le resultó incomoda para vivir durante los últimos días, sin embargo, ahora el ambiente era diferente. —¿Dónde están los empleados? —preguntó ella al observar el silencio rotundo. —Se despidió a todos —dijo un hombre mayor que era el mayordomo anterior de Víctor Evans, mismo que doña Merry había despedido cuando su marido cayó en coma. Victoria sin tener idea de quién era ese señor que llegó al vestíbulo de la mansión, volvió a ver a su marido. —Él es Steven, el mayordomo de confianza de tu padre. Lo contacte y le hice saber toda la situación mientras estabas inconsciente —informó Jackson a su esposa. —Es un placer —le saludó Victoria ofreciendo su mano, misma que el hombre e
°°°°°°°°°°Un mes después, el CEO Víctor Evans dio con su esposa Merry y su hijo Edward que habían huido a Suiza. El hombre después de su recuperación completa tras haber estado por meses en coma, se dirigió a dicho país. La mujer rubia que vivía llena de lujos con todo el dinero que logró llevarse, se sorprendió cuando esa noche volvió de compras en compañía de su hijo que no la dejaba sola por querer cuidar de ella. —¡¡OH MI DIOS, VÍCTOR!! —exclamó ella pálida, al ver a ese hombre maduro, sentado tranquilamente en un sofá de sala en su nueva casa en Suiza. —¡Padre! —exclamó Edward sintiéndose profundamente avergonzado. —Merry. Deja de huir no te sigas avergonzando a ti misma. —Oh, tienes razón, Víctor mi amor, no lo haré, volveré contigo a Washington a nuestro hogar y- —No, Merry. No será más tu hogar. ¿Creías que después de todo lo que le hiciste a mi hija, las cosas iban a terminar bien para ambos? Merry frunció el ceño. —Si piensas divorciarte de mí, lucharé por la parte
***************••••••••••***************>>> Victoria Evans: Un año más había transcurrido. Había llegado a la mansión de mi padre esa tarde y de inmediato le hice mi petición y me senté en un sofá individual cercano a donde él se encontraba. —¿Por qué quieres algo así?, es peligroso hija —me advirtió mi padre, Víctor Evans, quien se había retirado recientemente dejando sus negocios en mi poder. —La verdad. He estado en contacto con mi hermano menor desde hace seis meses —le confesé de inmediato—. Me comentó que Merry se volvió a casar, con un suizo que conoció al regresar al país luego del divorcio. —Lo de Merry ya lo sabía. Aún así no es garantía, Edward siempre se ha dejado manipular de esa mujer —decía él, reacio a cumplir la petición que le comenté apenas llegué. —Lo sé papá, pero es tu hijo y es mi único hermano menor. Sabía que Edward se dejó manipular, pero nunca intentó hacerme daño, incluso quiso ayudarme y me defendió en algunas ocasiones. Lo que para mí, mostraba qu