El día avanzó a pasos agigantados, a la vez lo hizo su noche. El momento en el que el juicio comenzaría estaba tan cercano que simplemente hacía falta la presencia del juez para dar inicio. Angie revolvía los papeles y los chicos en la parte de atrás susurraban acerca de lo que podría suceder en un futuro, el ambiente estaba lleno de pesadez e incertidumbre. En ese mismo día se definiría el fin que tendrían los Weber y la manera en la que pagarían su condena.
—Se han escuchado rumores acerca de una visita de Broun al domicilio del juez ¿Alguien sabe sobre eso? — preguntó Thoma con una curiosa sonrisa, muchas personas hablaban de ello en la calle y ninguno daba mayor información.
—Sí, de hecho, en el bufete de abogados se rumorea que Broun l
—¡Silencio! ¡Silencio en la corte! — sentenció el juez —señor Broun, su turno de hablar llegará en breve, por favor mantenga la compostura— ordenó intentando mantener la calma frente al ruido que Broun producía. —Pueden continuar— cedió observando a Angie.A pesar de que aún no se conociera el contenido de la cinta, la reacción de Broun alertó a los presentes para prestar mucha más atención. Sin duda la reacción que tuvo el señor indicaba que algo extremadamente importante se había dado paso en ese lugar, el video continuó reproduciéndose revelando el rostro de algunos de los ministros. Aquellas cintas Broun las mantenía en su oficina por si en algún momento las tuviera que usar para obligar a los ministros y demás encargados a
Ambos ya estaban de camino a la casa de los padres de Adele, Federic no dejaba de jugar con la mano de la joven mientras llegaban a su destino; Adele por su parte se encontraba observando a través de la ventana del taxi; para llegar a la casa de los señores, ellos debían cruzar la ciudad. La chica era del tipo de persona que disfrutaba un viaje tranquilo con una agradable vista, y eso era lo que exactamente le ofrecía ese trayecto.—Federic— intervino Adele sacudiendo su mano —mira ¿No es tu hermana? — preguntó señalando un poco más adelante de donde se encontraban —¿Qué hace esa muchachita aquí? — masculló la joven con demasiada preocupación posando su mirada sobre Federic que estaba atento a los movimientos de su hermana.Luego de det
El tiempo que Naomi llevaba sin respiración continuaba avanzando, los ojos de Adele no dejaban de contemplar con horror la escena. Mientras Federic luchaba contra la corriente y en sostener a su hermana, Adele se dedicaba a llamar a los servicios de emergencia, cada segundo era vital en ese instante, no podrían perder a nadie más, no importaba el costo. Luego de haberse asegurado de dar correctamente la dirección y de que el servicio de ayuda viniera en camino, la joven se acercó lo más que pudo para extenderle una mano a Federic, quien lentamente perdía las fuerzas en su cuerpo. Ambos sabían que saltar al agua para salvar a alguien sin tener conocimientos de rescate era demasiado riesgoso y podría poner en peligro la vida de ambos, sin embargo, quedarse de manos cruzadas para ellos tampoco era una opción.Ellos sentían que el ser
—¡¿Federic?! — exclamó Thoma elevando el tono de su voz. —De todos, incluso si se lo hubieras enviado incluso al mismísimo presidente, no me molestaría, pero ¿Federic? — llevó sus manos a la cabeza y agitó frustrado su cabello —¿sabes todo lo que podría decirme? — lanzó un suspiro. —Podría decir que te disculpo, pero esto y enviarme a la horca es similar— señaló a Mónica con los labios fruncidos —tendré que tener una revancha, hay que ser justos— sentenció. —Pero ¡¿qué dices?! — exclamó Mónica cruzándose de brazos —fue simplemente un accidente, estás siendo injusto— rodó los ojos —¿O quieres ponerme de mala? ¿Qué tal si mi hermana ve el video sin la parte en la que te golpean? ¿Eh? — elevó múltiples veces su cabeza, imitando la apariencia de un molesto gallo de pelea. Thoma no tuvo más opción que rendirse frente a las amenazas de Mónica, él bien sabía que discutir con ella era siempre terminar perdi
Un fugaz gesto de sorpresa hizo su aparición en el rostro de Adele, ella sentía cómo sus mejillas se ruborizaban y su corazón sentía unos ligeros cosquilleos. Los ojos de ambos se encontraron, podían sentir la respiración del otro, al parecer, esta era la ocasión en la que Thoma llevaba la delantera; mas a pesar de que las intenciones de ambos fueran las mismas, estaba claro que ese no era el momento ni el lugar apropiado. Con una diminuta y cómplice sonrisa se alejaron del otro dando un par de pasos atrás.—Por fin los encuentro— susurró Mónica llegando junto a ellos, sus pasos se frenaron en seco y una traviesa sonrisa se posó en sus labios —Lo siento ¿Les interrumpo? — arrugó su nariz y se dio la vuelta. —Como sea, los dejaré a solas un momento más— s
Thoma se acercó decidido a los pies de la chica, levantando las sábanas, se encontró con las pequeñas extremidades de Naomi, con una sonrisa traviesa. Adele presenciaba la escena, ella recordaba que cuando eran pequeñas, Federic molestaba a su hermana menor mientras le hacía cosquillas, sí, esa era la manera en la que ellos habían aprendido a negociar. —Aquí voy— anunció el rubio acercando el colgante a la chica; antes de que él lograra tocarla, los pies de la chica terminaron entre las sábanas, los había recogido aún mientras fingía estar dormida. Un gesto de sorpresa adornó el semblante del mayor y uno de satisfacción en el de Adele.—¿Si ves? ¡Te lo dije! — exclamó saltando al lado de Naomi. —Ahora sí, deja de fingir, te hemos atrapado— susurró cerca a ella —y si no abres los o
Un par de años atrás, las investigaciones del fiscal Jones y las pruebas que tenía bajo su poder le aseguraban a Broun ir a prisión. Si no hubiera sido por el favor que el ministro le debía, de seguro habría terminado en la cárcel; ante tantos problemas, él decidió encomendar a su hija predilecta bajo el cuidado de uno de sus más grandes aliados y de su único hijo, él había sido el más grande amigo de Naomi desde que estaban en la preparatoria. Un par de años después, el padre de Luca falleció y él tomó parte en el cuidado de Naomi.Su trabajo como médico era simplemente una fachada para esconder su verdadero trabajo, la madre de Luca había fallecido en el mismo instante del parto, no pudo ni siquiera ver a su hijo ni saber que eran demasiado parecidos. El
Thoma abrió la puerta del horno, el aroma de la torta era mucho más notable al estar cerca de ella, la dulzura de sus componentes y lo dorado de sus bordes le hacía ver mucho más apetitosa. Dentro de sí, el joven estaba pensando en tomar una rebanada para darle un mordisco; a pesar de esto, los gritos de Federic lo hicieron dejar a un lado sus deseos de saborear aquella preparación y se dirigió a la entrada.—¿Qué sucede? ¿Qué haces Adele? — cuestionó intentando librar la oreja de Federic del agarre de Adele. Cabe destacar que su oreja estaba completamente enrojecida.—Nada— respondió elevando sus manos. El mayor observó a la rubia esperando a que ella diera algún tipo de detalle más específico para justificar su comportamiento. —Yo, eh, ¡Federic ayudó a Naomi a escapar! — soltó de repente seña