Los días fueron pasando y nada de Vinícius volver o dar noticias, Yasmin preguntaba por él todo el tiempo haciendo que Marília tuviera que inventar una mentira tras otra para tranquilizar a la niña. La joven se sentía acorralada y no tenía otra manera de posponer una respuesta plausible para ella.— Ya te dije princesa, tu papá está en una misión y pronto regresará.— ¡Nos había prometido a las dos que estaríamos juntos, pero ahora está incumpliendo su promesa al irse así sin llamarnos!— No pienses así princesa, si él fue es porque realmente necesitaba hacer eso, pero no significa que no nos ame más, lo que quiera mantenerse alejado de nosotros. Mírame, Yasmin, estoy segura de que Vinícius va a volver y tiene que encontrarnos con la misma sonrisa de antes.La niña intentó distraerse, pero de vez en cuando los pensamientos volvían y era como si tuviera la impresión de que esta vez el padre podría no volver a casa.Marília habló con Rafaela sobre la desaparición repentina de su marido.
La forma tan incisiva y autoritaria que Marília hablaba con padre, hizo que su esposa quedara totalmente indignada con aquella situación y no se había arrepentido de haber usado todas sus fuerzas para interferir y los dos no se encontraran.— ¡Antonio no tiene obligación de intervenir, mucho menos ponerse en riesgo! ¡Acabas de regresar a su vida, pero a pesar de tener la misma sangre, no hay vínculo alguno que lo obligue a tal cosa!— ¡Por favor, Ana, no compliques todo entre Marília y yo!Adoptando sensibilidad de aquella mujer al ver el sufrimiento de Marília hizo que la joven se derrumbara en lágrimas, ella se sentó en el sofá y su padre se sentó más cerca de ella alisando su brazo para intentar calmarla.— No sé qué hacer, pero como usted no puede ayudarme y prefiere escuchar a su esposa, volveremos a ser dos extraños en este mundo, como nunca debimos haber dejado de ser.Marília tomó a su hija de los brazos y salió de aquella casa, llorando desesperadamente sin mirar atrás.Anton
Unos días más tarde, Vinícius pidió que prepararan todo para el viaje de luna de miel que había organizado para toda la familia y pasar más tiempo juntos después de todas las adversidades que habían enfrentado en los últimos tiempos.— Abuela, por favor, ayúdame a preparar mis maletas y las de Vinícius. Tengo tantas cosas para llevar de las niñas que temo olvidar cosas básicas, él y yo iremos a la ciudad a comprar unas cosas para llevar.— ¡Claro hija, deja que yo voy organizando todo lo que pueda!MaríliaHice que las empleadas la ayudaran a cuidar a las niñas y a preparar el equipaje.Fuimos al centro de la ciudad, le pedí a Vinícius de manera misteriosa que esperara en la heladería mientras yo compraba algo especial. Volví sonriendo y llena de bolsas. Nos besamos largo y apasionadamente y paseamos un poquito por la ciudad.[...]En la mansión Regina hacía las maletas de ella y ayudaba a cuidar de las pequeñas, desea que ese viaje pueda unir aún más a su nieta y a su marido.Vinícius
Marília es una joven de veintitrés años, trabaja en un restaurante llamado Dulce Menú. Perdió a sus padres hace unos años y en circunstancias criminales y que la hacen cargar en su corazón un inmenso dolor y amargura. Era un día lluvioso y caminaba apresuradamente desde la parada de autobús a su lugar de trabajo, que estaba a quince minutos de allí. Un coche pasó rápidamente y terminó arrojando toda el agua de un charco sobre ella.— Pero qué hijo de p... – Ella registró aquella placa mentalmente, sabía que la posibilidad de encontrar nuevamente aquella persona era casi nula.Llegó tarde por ese percance y su ropa empapada.— ¿Otra vez retrasada Marília? – El jefe gruñó, el viejo nunca le gustó su trabajo y siempre jugó un cierto encanto, pero como se dio cuenta de que ella nunca cedería sus embestidas amorosas, prefirió perseguirla, haciendo su trabajo imposible siempre que tiene la oportunidad.— ¡Discúlpeme, señor Adalberto, como puede ver me ha cogido por sorpresa un coche y un ch
Rafaela fue hasta la casa de Marília al día siguiente, estaba consumiéndose de ganas de saber las novedades. Ellas no viven relativamente cerca, pero siempre que podía ella estaba allí para charlar.— Entonces, ¿me cuentas qué pasó? Ayer tu voz sonaba diferente y me pareció un poco tensa.— Fueron tantas cosas, mi jefe como siempre haciendo mi vida, un infierno en aquel restaurante. Creo que nunca tuve un patrón peor que él!— Si yo fuera tú ya habría renunciado a este lugar, Marília, aquel hombre no acepta que usted no lo quiere!— No puedo quedarme sin trabajo. Rafa vivo de alquiler. Además, cuando me iba a trabajar, un imbécil me dio un baño con el auto chocándose en un charco de lodo. Llegué como un perico mojado, me regañaron por la maleta sin asa y luego llegaron unos clientes.— ¿Y?— Había un tipo y una niña de unos ocho años en una mesa, fui a ser amable y me vi obligada a sentarme con ellos para complacer a la niña! El hombre era un pastel tan manipulable.— ¿Al menos era bo
MaríliaDe repente todo me quedó muy claro… un dolor de cabeza hacía que mi visión se volviera borrosa, Dios, yo estoy en la casa del guapón y eso es real. Él es un criminal, recuerdo lo que dijeron y de cómo lo llamaron Hades… ¿Será que él me matará por lo que yo oí?Deja de ser loca, no puedo entrar en ese robo y tengo que huir de esa casa antes de que me mate y se deshaga de mi cuerpo. Esa película la he visto y no quiero que encuentren mi cuerpo dentro del cubo de basura… Me levanté de la cama, fui al baño de la habitación y qué lugar hermoso y bien decorado.Tomé un largo baño, aunque tenía prisa por salir tenía que quitar el olor puro de etanol, no sé cuánto voy a tener una ducha así a mi disposición. Me lavé el pelo para estar más despierta, me vestí e iba a bajar las escaleras para salir de la casa.— ¡Parada!Me paralicé antes de bajar el primer escalón y levanté las manos como una bandida, era la mocosa hija de él.— Hola! — Me volteé con cara de tonta y ella sonrió.— ¿Qué
Rafaela esperó el día siguiente para intentar pedir disculpas a Marília, pensó que así de cabeza más fría, las dos podrían entenderse. Se sentía culpable por haberla dejado sola, sabía lo mucho que la amiga valoraba su honor y la había abandonado sola en la primera oportunidad que tuvo.Llamó a la puerta y la joven contestó todavía con el cepillo de dientes en la boca y vestida en pijama.— Por favor, discúlpame! — Me suplicó con lágrimas en los ojos.Marília se enojó al verla en su puerta tan temprano.— ¿Me disculpas? Rafaela no tienes idea de lo que hiciste. ¿Cómo puedes salir tan tranquilamente y dejarme con dos hombres en un bar?— Fui idiota, perdóname… por favor.— Sal de mi casa, por favor… preséntame tu ausencia. ¡En otro momento podemos conversar, pero no ahora!Marília cerró la puerta, aunque un día pueda disculparme por lo que hizo su amiga… había sido demasiado dejarlo así y cosas horribles podrían haber sucedido si no hubiera sido por la intervención de Vinícius.Esos ho
Marília no se preocupó por el aviso y mucho menos, tomó en serio el mensaje de Vinícius. No podía pensar en eso todo el tiempo y tener miedo de todo y de todos… eran muchas cosas en su mente y ahora tener que lidiar con el hijo insoportable del patrón, le estaba quitando el sueño. Fue a la sala, ningún programa de televisión le prestaba atención o conseguía distraerla, se quedó de un lado para otro solo intentando encontrar una salida a sus problemas.Ya se había sometido a empleos con jefes terribles para mantenerse, pero ninguno de ellos implicaba atreverse a mantener tanto acercamiento y un acoso descarado.MaríliaNo sé qué me ha pasado, busco una salida y no encuentro, tantos problemas y ahora más ese y justo en el trabajo. Tengo que concentrarme y soportar lo que está pasando, no puedo quedarme sin este trabajo y tengo que tragarme todo esto sin quejarme… Ella miró los mensajes en sus redes sociales, pero no había nada importante.Tomó un baño caliente para relajar el cuerpo y l