Marília
De repente todo me quedó muy claro… un dolor de cabeza hacía que mi visión se volviera borrosa, Dios, yo estoy en la casa del guapón y eso es real. Él es un criminal, recuerdo lo que dijeron y de cómo lo llamaron Hades… ¿Será que él me matará por lo que yo oí?
Deja de ser loca, no puedo entrar en ese robo y tengo que huir de esa casa antes de que me mate y se deshaga de mi cuerpo. Esa película la he visto y no quiero que encuentren mi cuerpo dentro del cubo de basura… Me levanté de la cama, fui al baño de la habitación y qué lugar hermoso y bien decorado.
Tomé un largo baño, aunque tenía prisa por salir tenía que quitar el olor puro de etanol, no sé cuánto voy a tener una ducha así a mi disposición. Me lavé el pelo para estar más despierta, me vestí e iba a bajar las escaleras para salir de la casa.
— ¡Parada!
Me paralicé antes de bajar el primer escalón y levanté las manos como una bandida, era la mocosa hija de él.
— Hola! — Me volteé con cara de tonta y ella sonrió.
— ¿Qué haces aquí? — Preguntó con esa cara curiosa.
Pensé en qué excusa podría dar, ninguna de ellas convencería, esa chica no es nada tonta. Espero que su padre no esté en casa, quiero salir de aquí antes de encontrarlo otra vez… debería estar buscando una salida, pero estoy aquí charlando con una niñita.
— Yo… yo… tu padre me invitó a desayunar con ustedes. ¿Vamos?
Ella simplemente me dio la mano y bajamos las escaleras, era una situación incómoda y espero que ella no pregunte nada más. No quería unirme a ellos, solo quiero salir de aquí.
Llegamos a un hermoso comedor, una mesa enorme y que daría para aterrizar un avión, me puse nerviosa al ver que nos esperaba, abrió una sonrisa hermosa al vernos juntas, tiró de la silla educadamente y yo hasta extrañé toda aquella cordialidad. No parecía el mismo animal feroz que mató a esos tipos anoche, espero que el menú no sea carne humana.
Esa mesa tenía tantas cosas buenas que darían para alimentar a dos familias, que tenía mucho miedo de meterme en medio con los cubiertos y ser el hazmerreír de los dos. Yasmin parecía estar adorando mi presencia, ella miraba a su padre como si quisiera preguntarle algo… ese suspenso no duró mucho y pronto ella se atrevió.
— Papá, ¿por qué no me dijiste que salían?
— ¿Qué? — Preguntó y ambos nos miramos sorprendidos.
— Estás malinterpretando las cosas, Yasmin. — Nunca olvidaría el nombre de esa niña.
— Si dormiste aquí y te despertaste con el pelo mojado, es porque tú y mi papá son novios. Mi amiga de la escuela dice que su hermana siempre vuelve así de las citas con un chico…
— ¡Deja de decir tantas tonterías Yasmin y vamos a comer en paz! — Por primera vez lo vi regañarla, creo que mucho más por estar avergonzado de mí que por lo que ella había dicho.
Comimos, no hablamos mucho y tenía que irme a casa… Yo quería más que nada salir de este lugar, aunque esta no es mi casa y tengo mucho que hacer lejos de aquí. Todavía no confío en ninguno de ellos y he visto muchas películas de terror antes.
Tenía miedo de la invitación, pero espero que me lleve a la puerta.
— ¿Puedes venir conmigo un momento? — Yasmin quería conmoverme para quedarme un poco más y sin saber que todo lo que quiero es salir de aquí, fuimos a su habitación, todo color de rosa y buen gusto.
¡Me acordé de la infancia simple que tuve al lado solo de mi abuela, ella nunca me dejó faltar nada, pero un cuarto como el que esa gatita tiene haría soñar a cualquiera! Eso me hizo pensar en mí cuando era niño, lleno de preguntas sobre el pasado, algunas de ellas aún no tienen respuesta hasta hoy, Yasmin tiene mucha suerte de tener un padre millonario y cosas tan hermosas para disfrutar.
— Tu cuarto es muy hermoso, ¿tú elegiste la decoración? — Pregunté mirando algunos estantes con osos de peluche enormes y hermosos.
— Tiene muchas cosas bonitas, pero echo de menos tener una madre o una madrastra, como mis amigas tienen para hablar y hablar de cosas de niñas.
— Tienes a tu padre y él parece muy agradable y se nota que te cuida bien.
— ¿Él es, sí, puede hacer una trenza en mi cabello? ¡Papá no sabe hacer eso!
— ¡Claro, claro que lo hago!
Hice una trenza y ella se puso muy feliz y hermosa mirándose en el espejo. Yasmin es supervanidosa, creo que yo era de la misma manera en el passado.
— Pienso que serías una buena esposa para mi padre.
— Otra vez hablando tonterías. — Le di un beso en la cara y bajé las escaleras para irme y esta vez tengo que ir.
Vinícius estaba en la sala y en cuanto me vio, sonrió al vernos.
— ¡Papá me decidí!
— ¿Has decidido? — Preguntó interesado y levantándose del sofá.
— Quiero que seas mi madre.
— ¿Madre? — Me quedé perpleja, Dios, no quiera ganar el paquete completo de la nada.
— Yasmin, después hablamos de tu manía de querer las cosas a tu manera. ¡Ahora le pediré al chófer que lleve a Marília a casa!
— ¡Solo si ella promete que vendrá a verme algún día!
— ¡Hija!
No tuve elección, quería tanto ir a casa que una vez más cedí al capricho de la chica. Creo que le prometería que solo quería ir a casa a descansar un poco, confieso que me dio un poco de pena mentirle.
— Sí, te prometo que volveré a verte.
Salí y Vinícius me acompañó, antes que yo fuera él me tocó el brazo y miró dentro de mis ojos. Me sentí un poco intimidada y al mirarlo tuve la certeza de que esa era la verdadera intención
— ¿Qué recuerdas de anoche?
Me puse tensa y empecé a estorbar toda la charla.
— En la… — Escuché lo que esos hombres dijeron de ti.
Se acercó más y con la mirada amenazadora…
— ¡Ahora quien te va a exigir una promesa, soy yo, jura que no le dirás nada de lo que oíste a nadie! ¡Vamos, júralo!
Intenté alejarme de él, pero aún no me ha liberado.
— ¡Lo juro y ahora basta, tengo que ir a casa!
— Quiero tu contacto personal. — Le di mi número de W******p, lo anotó y me metí en el coche.
Finalmente, llegué a casa después de aquella noche y mañana terrible, aún estaba cansada de todo lo que había sucedido. Quería olvidarme de aquel hombre, aquella casa y hasta de aquella niña…
Lo malo es que luego vi una notificación de mensaje y era de él…
“No olvides la promesa que me hizo Marília.”
No respondí y ni me importó, no quiero ver a esas personas nunca más y ni pensar en lo que sucedió o podría haber ocurrido. Basta de tantos problemas y necesito paz… eso es todo lo que me importa.
[…]
Vinícius se quedó pensando y con miedo de que ella le contara a alguien su verdadera identidad, pensaba en las consecuencias que podría traer esa revelación a la vida de su hija.
También mezclaba el inmenso deseo de ver a aquella muchacha de nuevo, ella parecía tan frágil y asustada en sus brazos. Fue a la habitación en la que durmió, olió la sábana buscando su dulce perfume y recordó la inusual petición de Yasmin.
— ¡Marília no podría ser tu nueva madre, pero es una muchacha muy Vinícius!
Como podía negarse a sí mismo que ya estaba involucrado y con muchas ganas de descubrir más sobre ella, había esa promesa hecha a su hija, ella tendrá que cumplir y volver a verlos. Al mismo tiempo, cuando se sentía en sus manos debido a su secreto…
— Estoy perdido si ella decide contárselo a alguien, necesito mantenerla bajo vigilancia y eso significa estar cerca.
Rafaela pasó la noche con aquel hombre desconocido y durmió el día casi entero después de mandarlo lejos de allí, despertó con una fuerte resaca de sueño y alcohol, pensó en lo que había hecho con Marília al dejarla con dos desconocidos en aquella mesa. Una inmensa culpa tomó su corazón y ella cayó en la realidad…
— Debió enojarse conmigo y con razón.
Preparó algo para comer, incluso estando con el amargor de la bebida aún en su paladar, miró sus mensajes y no había nada de ella. Ni siquiera un mensaje insultándola o condenándola por lo que había hecho y eso era lo que más le preocupaba.
Sabía lo puritana y correcta que era Marília, nunca bebería con extraños por su propia voluntad…
Rafaela esperó el día siguiente para intentar pedir disculpas a Marília, pensó que así de cabeza más fría, las dos podrían entenderse. Se sentía culpable por haberla dejado sola, sabía lo mucho que la amiga valoraba su honor y la había abandonado sola en la primera oportunidad que tuvo.Llamó a la puerta y la joven contestó todavía con el cepillo de dientes en la boca y vestida en pijama.— Por favor, discúlpame! — Me suplicó con lágrimas en los ojos.Marília se enojó al verla en su puerta tan temprano.— ¿Me disculpas? Rafaela no tienes idea de lo que hiciste. ¿Cómo puedes salir tan tranquilamente y dejarme con dos hombres en un bar?— Fui idiota, perdóname… por favor.— Sal de mi casa, por favor… preséntame tu ausencia. ¡En otro momento podemos conversar, pero no ahora!Marília cerró la puerta, aunque un día pueda disculparme por lo que hizo su amiga… había sido demasiado dejarlo así y cosas horribles podrían haber sucedido si no hubiera sido por la intervención de Vinícius.Esos ho
Marília no se preocupó por el aviso y mucho menos, tomó en serio el mensaje de Vinícius. No podía pensar en eso todo el tiempo y tener miedo de todo y de todos… eran muchas cosas en su mente y ahora tener que lidiar con el hijo insoportable del patrón, le estaba quitando el sueño. Fue a la sala, ningún programa de televisión le prestaba atención o conseguía distraerla, se quedó de un lado para otro solo intentando encontrar una salida a sus problemas.Ya se había sometido a empleos con jefes terribles para mantenerse, pero ninguno de ellos implicaba atreverse a mantener tanto acercamiento y un acoso descarado.MaríliaNo sé qué me ha pasado, busco una salida y no encuentro, tantos problemas y ahora más ese y justo en el trabajo. Tengo que concentrarme y soportar lo que está pasando, no puedo quedarme sin este trabajo y tengo que tragarme todo esto sin quejarme… Ella miró los mensajes en sus redes sociales, pero no había nada importante.Tomó un baño caliente para relajar el cuerpo y l
Marília se despertó muy temprano como siempre lo hacía, se vistió y fue directo a la parada de autobús para ir a trabajar. Fue pensando en lo que el hijo del patrón podría haber dicho, claro que su negativa no lo dejó nada feliz.Una vez allí, fue sorprendida por malas noticias.— ¡Recoge tus cosas y no vuelvas más, estás oficialmente despedida!Se quedó sin suelo, quedarse sin trabajo era terriblemente preocupante para alguien que no tenía ningún apoyo financiero. Marília apenas podía buscar otro trabajo, aquella misma mañana ella salió a buscar algo, caminó por el centro de la ciudad hasta que sus pies crearon burbujas dolorosas. Odiaba la idea de haber sido perjudicada por rechazar un coqueteo, se sintió disminuida y muy enojada con la situación.— Dios, ayúdame a encontrar algo! — Ella se recostó un momento para descansar, con el periódico del día en las manos.MaríliaRegresé a casa, no puedo dejar que me abata por eso, a pesar de que la voluntad de salir desesperada es enorme. T
Marília comenzó a trabajar en la casa de Vinícius incluso contra su voluntad, no tenía otra alternativa que ceder la imposición de aquel hombre poderoso. La rabia por tener su vida manipulada la estaba dejando ciega, no quería desquitarse con la chica y hacer un mal servicio.Arregló su bolso, se puso un suave lápiz labial en los labios y envió un mensaje a Rafaela diciendo que iba a comenzar en el trabajo y le pidió que le deseara mucha suerte: ella lo necesitaría.La joven llegó a la casa grande y la chica corrió a sus brazos… Marília tenía que mantener la sonrisa, después de todo la niña no tenía culpa de que el padre fuera tan autoritario con ella.A Yasmin le encantaba tener compañía femenina y estaba cada vez más emocionada por tener a alguien con quien hablar. En aquella mansión ella tenía mucho lujo, pero solo eso y hacía falta para ella tener una amiga, Marília quedó encantada con las cosas bellas que ella tenía y su material escolar muy probablemente costaba el valor de un m
MaríliaMe desperté y me di una ducha para ir al trabajo, espero que Vinícius ya se haya ido de casa para que no me vea llegar y descargue todo su estrés en mí. Creo que debería cambiar de trabajo conmigo por un día y con derecho a un patrón tan exigente y mandón como él.Me subí al autobús sin mucha emoción y llegué a la casa grande, así que una de las empleadas abrió la puerta para mí su cara… Fue lo primero que vi y no parecía muy contento de verme. ¡Yo tampoco estaba dispuesta a dar ninguna excusa, simplemente fui a mi casa porque me dio la gana!— ¿Por qué no hiciste lo que te dije? ¿Era tan difícil pasar la noche aquí?Actuaba como si fuera la cosa más simple del mundo, querer manipularme de esa forma.— Yo… yo… yo…— ¡No quiero oír tu voz, solo trata de hacer tu trabajo y nunca más te atrevas a desafiar mis órdenes!Él siempre desquita las frustraciones en mí y por lo visto él estaba muy descontento con alguna otra cosa, intransigente y mandón. ¡Tiene suerte de haber nacido gua
Al día siguiente, Marília despertó bien temprano, decidió ir a casa y lavar algunas ropas. En la casa grande ella no tenía libertad para hacer esas cosas, sentía falta de casa y de su privacidad. No quería que el chófer de Vinícius me llevara, después de todo, ella era una empleada como él.— ¿Va a salir doña Marília?— ¡Sí, pero no te preocupes, voy en autobús!Se extrañó de que la muchacha que podía disfrutar de ventajas no estaba aprovechando eso, las empleadas ya comentaban sobre ella y el patrón, pero aquella actitud demostraba lo contrario. Nunca quiso mostrar ninguna señal de vulnerabilidad, estar allí era suficiente.Marília se subió a un autobús lleno de gente, recorrió treinta minutos y llegando allí, tuvo una gran sorpresa al ver buena parte de sus cosas siendo retiradas de la casa y colocadas del lado de afuera, corriendo el riesgo de ser dañadas en caso de que lloviera. El miedo se apoderó de ella, no podía pensar que lo que tanto temía estaba sucediendo.— Espera, ¿por q
Marília se adaptó a vivir en la casa de Vinícius incluso contra su voluntad, al día siguiente como había prometido la empresa de mudanzas trajo sus cosas a la mansión. Ella empacó todo lo que cupo en el cuarto de huéspedes y lo que no dio para quedarse allí, fue guardado en la despensa de aquella enorme casa que ahora era su hogar también.Pasaron unos días, y Vinícius llegó del trabajo con una sonrisa enigmática. Eso dejó a la joven mucho más preocupada que antes.— ¡Quiero hablar contigo Marília y a solas!Ella abrió los ojos, Yasmin fue a su habitación dejándolos solos en la sala, ella quería más que los dos se acercaran y tuvieran una relación. Él sostenía una caja de tamaño mediano y ella tenía mucha curiosidad sobre lo que podría ser…— Te traje esto. — Ella pensó que era raro, pero fue a él y tomó el paquete, abriéndolo suavemente y con mucha curiosidad.Era un hermoso vestido de color rojo, muy elegante, de buen gusto y tela de satén fino.— ¿Por qué me das esto, jefe?Él se e
MaríliaDespués de escuchar lo que había dicho en el fracaso de mi noche con el patrón y los problemas con mi alquiler. El desalojo repentino que me forzó a vivir en la casa del patrón y satisfacer los deseos de su hija, hasta Rafaela se dio cuenta de cuántas cosas extrañas y repentinas han cambiado mi vida en los últimos días y todo me lleva hacia él y sus misterios.— Todo esto me parece muy extraño, Marília, pero también creo que deberías olvidarte de este tipo y de esta noche de mierda.— ¡No sé qué hacer y mi cabeza no está ayudando ni un poquito!— Pero yo, sí, ya vuelvo y no te muevas.Forcé una sonrisa y Rafaela fue a la cocina, acabó volviendo de allí con dos botellas de vino en la mano y algunas copas.— Te has vuelto loca, ¿crees que a esta hora de la madrugada voy a salir a beber como una loca contigo? — Pregunté mirando su expresión tranquila.— Nada de eso, esa revuelta tuya contra el jefe guapo solo va a pasar con una buena borrachera, piénsalo bien, Marília… es solamen