Al día siguiente, Marília despertó bien temprano, decidió ir a casa y lavar algunas ropas. En la casa grande ella no tenía libertad para hacer esas cosas, sentía falta de casa y de su privacidad. No quería que el chófer de Vinícius me llevara, después de todo, ella era una empleada como él.— ¿Va a salir doña Marília?— ¡Sí, pero no te preocupes, voy en autobús!Se extrañó de que la muchacha que podía disfrutar de ventajas no estaba aprovechando eso, las empleadas ya comentaban sobre ella y el patrón, pero aquella actitud demostraba lo contrario. Nunca quiso mostrar ninguna señal de vulnerabilidad, estar allí era suficiente.Marília se subió a un autobús lleno de gente, recorrió treinta minutos y llegando allí, tuvo una gran sorpresa al ver buena parte de sus cosas siendo retiradas de la casa y colocadas del lado de afuera, corriendo el riesgo de ser dañadas en caso de que lloviera. El miedo se apoderó de ella, no podía pensar que lo que tanto temía estaba sucediendo.— Espera, ¿por q
Marília se adaptó a vivir en la casa de Vinícius incluso contra su voluntad, al día siguiente como había prometido la empresa de mudanzas trajo sus cosas a la mansión. Ella empacó todo lo que cupo en el cuarto de huéspedes y lo que no dio para quedarse allí, fue guardado en la despensa de aquella enorme casa que ahora era su hogar también.Pasaron unos días, y Vinícius llegó del trabajo con una sonrisa enigmática. Eso dejó a la joven mucho más preocupada que antes.— ¡Quiero hablar contigo Marília y a solas!Ella abrió los ojos, Yasmin fue a su habitación dejándolos solos en la sala, ella quería más que los dos se acercaran y tuvieran una relación. Él sostenía una caja de tamaño mediano y ella tenía mucha curiosidad sobre lo que podría ser…— Te traje esto. — Ella pensó que era raro, pero fue a él y tomó el paquete, abriéndolo suavemente y con mucha curiosidad.Era un hermoso vestido de color rojo, muy elegante, de buen gusto y tela de satén fino.— ¿Por qué me das esto, jefe?Él se e
MaríliaDespués de escuchar lo que había dicho en el fracaso de mi noche con el patrón y los problemas con mi alquiler. El desalojo repentino que me forzó a vivir en la casa del patrón y satisfacer los deseos de su hija, hasta Rafaela se dio cuenta de cuántas cosas extrañas y repentinas han cambiado mi vida en los últimos días y todo me lleva hacia él y sus misterios.— Todo esto me parece muy extraño, Marília, pero también creo que deberías olvidarte de este tipo y de esta noche de mierda.— ¡No sé qué hacer y mi cabeza no está ayudando ni un poquito!— Pero yo, sí, ya vuelvo y no te muevas.Forcé una sonrisa y Rafaela fue a la cocina, acabó volviendo de allí con dos botellas de vino en la mano y algunas copas.— Te has vuelto loca, ¿crees que a esta hora de la madrugada voy a salir a beber como una loca contigo? — Pregunté mirando su expresión tranquila.— Nada de eso, esa revuelta tuya contra el jefe guapo solo va a pasar con una buena borrachera, piénsalo bien, Marília… es solamen
Al día siguiente, Marília despertó con dolor de cabeza y miró a su lado… Vinícius ya no estaba en la cama. Trató de recordar exactamente lo que había ocurrido la noche anterior, pero solo le venían algunos recuerdos en la mente, se acordó de la fiesta y de haber salido muy triste con lo que aquella mujer le había dicho. Pensó en la salida repentina de dentro del coche de Vinícius y que había ido hasta la casa de Rafaela… Se acordó de las botellas de vino y todo después parecía inconexo, como estar en sus brazos y en su coche.— Él me salvo, otra vez. ¡No fue un sueño loco… fue verdad!Recordó que lo olí, luego sintió el suave de la cama debajo de su cuerpo y su tacto abrazándola por detrás, su brazo fuerte y pesado sobre su cintura.Ella se levantó y tomó un baño largo y se lavó el cabello para estar más despierta, cuando había terminado de secar el cabello… Yasmin llamó a la puerta de su habitación.— ¡Necesito hablar contigo, mamá, puedo entrar ahora!— Entra en Yasmin.La niña entr
Marília estaba intentando adaptarse a la situación, pero no se sentía a gusto. Ella se quejaba repetidas veces de que vivir en aquella mansión la dejaba triste e intimidada, Rafaela pensó sobre eso por muchas veces en su trabajo y no podía permitir que esa situación continuara.Cierto día, Marília salió con Rafaela y las dos pasaron a conversar sobre el asunto que tanto la molestaba.— ¿Has alquilado alguna casa?— Nada todavía Rafa, no sé qué pensar…, pero creo que la vida me está dando todos los días una zancadilla mayor que la otra.— Ya te dije que puedes quedarte en mi casa, vamos Marília. No quiero verte triste así, no es momento para estar orgulloso… excepto si algo más te mantiene en su casa. ¡Nadie está obligado a dormir en el trabajo si no quiere!MaríliaMe siento avergonzada de vivir en la casa de Vinícius y esta situación ya ha pasado la hora de terminar, sería mucho menos embarazoso para mí, deber un favor a Rafaela que a él. Decidí aceptar y mudarme allí. Arreglé las co
Bruno empujó a Marília y ella terminó cayendo sobre el sofá y él se acercó a ella todavía tratando de tocarla íntimamente. Ella dio todo de sí para evitarlo y continuó luchando por su honor.— ¡Ya basta, por favor! — Marília gritó, en ese momento, Vinícius entró en la casa y lo arrancó de encima de ella con todas las fuerzas, lo tiró al suelo y comenzó a golpearlo.El hombre que estaba con Rafaela vino debido a los gritos y vio a Bruno siendo golpeado por Vinícius e intentó salvarlo, siendo inútilmente agredido también varios golpes y las dos gritaban por ayuda.— Ya basta Vinícius, basta de violencia. — Marília le pidió, que por un momento desvió la mirada hacia ella y Bruno aprovechó la oportunidad y huyó desesperado.— La fiesta terminó, se van ahora mismo de aquí! — Vinícius gritó mandando a todos fuera de la casa.Los que aún estaban allí salieron corriendo hacia afuera, los matones de Vinícius cogieron a Bruno del lado de afuera y no le permitieron huir.MaríliaLa mirada de Vin
Después de lo que pasó con el patrón, Marília renunció y no volvió más a su casa. No fue nada fácil sacar sus cosas de allí debido a la forma en que él quería dificultar su salida, pero una de las empleadas la ayudó a sacar el resto de sus pertenencias de la casa. Marília necesitaba perder el miedo de ese contrato que él vivía usando para chantajearla, si eso fuera verdad ella estaría en problemas al desafiarlo.Ella intentaba insistentemente encontrar un nuevo trabajo, pero era muy difícil. Eran varios anuncios todos los días, pero la gran mayoría prefería a alguien con experiencia en otras áreas o formación académica.Ese día, Marília llegó a casa un poco antes, no tenía dinero para el autobús y tuvo que caminar a otros barrios.— ¡Caminé todo el día y una vez más no conseguí nada! Creo que esa ciudad ya no me quiere aquí. — Marília lamentaba masajear su pie.— Creo que tengo una solución, pero no sé si estarás de acuerdo.— Habla entonces Rafaela.— Mis tíos tienen un pequeño resta
Los patrones de Marília literalmente contaban las monedas en el restaurante, nunca pasaron por una baja financiera tan grande como ahora y podrían tener hasta que se deshagan de funcionarios, aumentando el trabajo de los pocos que quedarían.— Si no actuamos tendremos que cerrar las puertas. — Suspiró nervioso, no quería perder el único bien material que tenían.— ¡Después de tantos años, no podemos permitir eso y mucho menos ahora con toda esa crisis que enfrenta el país!— Entonces piensa qué hacer para sacarnos de esta situación y rápido, somos demasiado viejos para intentarlo de nuevo.MaríliaLos problemas en mi trabajo continuaron, a veces me pregunto si puedo seguir con esto por más tiempo. ¡Pero recuerdo todo lo que Rafaela está haciendo por mí, pienso también que a Vinícius le encantaría saber que renuncié a mi empleo y ese gusto yo no se lo daré de ninguna manera! Dios me ayudará a soportar todo esto, quizás algún día pueda conseguir algo mejor.Trabajo prácticamente día y n