Tanto misterio rodeando a un hombre guapo, esto se pone mejor cariñas, así que vamos a ver qué más sucede.
Mareska respiraba alterada y entonces Troy le comentó.—Tranquila, no diré nada, pero tienes que explicarme.—¿Tengo? Te tomas muchas atribuciones.—Tengo atribuciones, porque de cierta forma ahora estoy involucrado en esto.Ella preguntó preocupada.—¿Quién era el tipo que estaba contigo?—Mi mejor amigo, Cardenal.—¿Y ese tipo, qué pito toca en todo esto?—Le conté lo que pasó.Ella se alteró con lo dicho.—¡Le contaste todo!—Espera, espera… —se orillaba—. Estás muy alterada.Ella estaba tensa y le respondió.—Es de mi vida, de la que hablamos.—Cardenal es confiable, jamás diría nada.—No puedo confiar en nadie.Eso sorprendió y le preguntó.—¿Por qué?—Es complejo… Ahora mi vida es diferente.Ni que diría, miró su prótesis y entonces le preguntó.—¿Esa es nueva?—Sí.Carraspeó y entonces dijo su nombre.—Mareska, deseo entender lo que pasa contigo. Deseo saber que lleva a una joven a dejarlo todo para fingir algo que no es.Hace tiempo que no escuchaba su nombre y eso fue grato, e
Era amor, o eso pensó, esa atracción que emanaba de ese sujeto la tenía electrizada. Cada movimiento era muy especial, sonreía y se sentía comprendida.—¿Cómo te llamas?Él negó con la cabeza y le dijo al oído.—Todavía no es el tiempo.Le hizo girar y luego la abrazó por detrás.—Hueles delicioso.Ella sonrió cautivada por sentir su barba en su cuello. La música cambiaba a una más sensual y todos estaban muy pegados y ellos igual.—Pareces un dios, ¿serías mi dios?Él sonrió y le hizo girar y July sentía que volaba para caer en los brazos de ese hombre.—¿Quieres beber algo?—Estoy sedienta.Fueron al bar a tomar algo y él pidió un whisky y ella un cóctel.—¿Vienes siempre?—¿Por qué eres tan curiosa?—Solo siento curiosidad de las personas que me interesan.—Entonces te intereso.—Mucho —sonrió.Las luces cambiaron y comenzaron a girar y July sentía que giraba junto a la mirada de ese apuesto caballero.**Troy revisaba la biblioteca de cuentos que su hija tenía y ella le sugirió.—Q
Troy no sabía qué decir ante esa presencia y Briana rompió el hielo y lo saludó.—Hola, soy Briana Sprint.—Zeus Dimitrios —besó su mano—. Encantado.—Soy July.—Hola, July.Zeus preguntó interesado.—¿Están de cita?Briana respondió.—Sí, una cita encantadora.—¡Qué bueno! Os dejo para que viváis el amor.Briana sonrió y miró a Troy bastante sorprendido.—¿Es amigo tuyo?—No, para nada, apenas si lo conozco.Todo eso le dio cierto temor a Troy y más cuando notaba que Zeus lo miraba de cuando en cuando.**July estaba fascinada, la cena iba de maravilla y notó la inquietud de su amigo.—¿Lo conoces?—Lo vi una vez en el cementerio.—Dios, qué forma tan rara de conocer personas —rio.—Así es, por eso, cuando dos veces la vida me pone frente a una persona, llama mi atención.July bebió de su copa y preguntó.—¿Por qué?—Porque el destino siempre desea decirnos algo, enviarnos mensajes con hechos y situaciones.Ella lo escuchaba con adoración todo lo que él decía.—Todo tiene un mensaje,
Troy terminaba de hacer tres pizzas familiares en su horno, no supo si era la tensión por tener a Mareska en su casa o si ella lo buscase por ayuda. Su hija se empinó a jalar un jamón.—Epa.—Es para el gato.—Para nada, esta es la cena.La nena le dijo sonriendo.—Eres el mejor papá del mundo.—Dame el jamón.—No —corría por la sala y él detrás, como era más rápido, la alcanzó—. No juego, no juego.La agarraba y mordía un pedazo de jamón en su mano.—Soy un perro, guao, guao.Mareska lo veía contento junto a su hija.—Papi, voy por Pompón.—Lávate las manos, la pizza está dorándose en su punto.Cuando vio a la entrada estaba Mareska con el cabello húmedo.—Mareska, ¿todo bien?—Muero de hambre.—Bien, te daré la mejor pizza que suelo hacer.Ella caminó descalza hacia la cocina y le preguntó.—¿Y tu servicio?—Los envié a casa.La niña llegó y al ver a la joven se sorprendió.—¡Eres tú!—Hola.La niña se acercó con una sonrisa y le preguntó.—¿Vienes a quedarte con nosotros?—Cariño, l
Mareska llegó al departamento, tenía el corazón en un puño de los nervios. Debía ser rápida y sacar todo lo que tenía dentro.Al llegar todo estaba muy limpio, supuso que July limpió, fue a su habitación y sacó la llave.Pudo ver una habitación simple de una persona simple, nada que ver con el lujo que imperaba en su antigua vida, en donde apretaba un botón y las puertas del armario se corrían a ambos lados, dejando ver cientos de vestidos.Admiraba sus bellos vestidos y solo alcanzaba a decir.—Ya ni recuerdo cuando compré este vestido, ni cuando lo usé —revisaba una prenda—. No puedo creer que usé esto.Lo tiraba en la cama, buscaba otro y se lo midió.—Un vintage de tan solo seis meses.Siempre a la moda actual. Ella era una bella dama que tenía zapatos de todos los colores y marcas. Carteras y maquillaje.—Seremos divas, hermosas, divas de pasarela.Y colocaba su cámara para tomarse unas fotos con su atuendo. Ahora la realidad era distinta. Mareska dio varios pasos y abrió la puert
Mareska decidió contarle a Troy sobre lo pasado y su decisión de huir.—Me creerás una loca, pero cuando recibí ese mensaje de esa mujer lo supe, tuve la certeza.—¿Esa mujer nunca más se contactó contigo?—No, ella me escribió y luego pensé mucho y comencé a notar esos cambios de humor en él.“Mi padre deseaba que me casara con él, pero algo me invitaba a rechazarlo.—Entiendo, entonces decidiste huir, ¿verdad?Ella negó con la cabeza y le respondió.—No fue solo por eso, es que… —se ponía nerviosa—. Es que yo vi a Zeus asesinando a Crazy.Eso era de grueso calibre y se levantó a servirse un whisky.—¿Asesinó a tu amiga?Ella asintió, entonces él le preguntó.—¿Cómo fue eso?—Es una triste historia…Sonó el móvil de Troy era Cardenal.—Dime…—Te seleccioné otra cita, debes ir con esta chica se ajusta a la mujer que debes tener en tu vida.—Ahora, no Cardenal.—Estamos hablando del amor, de tu vida es Ucraniana, reside en el país, ama a los niños, trabaja en una guardería y no está lo
Había aprendido a sobrevivir, sí, sobrevivir a una viudez y una soledad que la sentía aguda, y lo había hecho solo con rutina.La rutina era la forma segura de poder hacer las cosas sin excesos o grandes alteraciones. Era un viudo de dos años y debía de actuar como si todo hubiera pasado en su vida; sin embargo, las huellas estaban en su alma.En ese momento, Troy Káiser preparaba el desayuno para su hija; junto a él, su empleada cruzada de brazos lo veía impasible.—Me está quitando mi trabajo.—Hoy es el cumpleaños de Helena y quiero sorprenderla.—Sé que desea hacer las cosas correctas…—Y lo estoy haciendo, vi a mi esposa hacer esto, cientos de veces.Colocaba los panes en la mezcla.—Es una tostada francesa, es deliciosa.Troy escuchaba el sisear de la sartén y pasó a realizar el jugo y cuando tuvo todo, lo colocó en un servicio muy elegante y sacó el postre de la refrigeradora. Era un hermoso chocolate con forma de oso de pie y sonrió. Se olvidaba de la flor que acompañaría a su
Mare vivía en un pequeño departamento junto con una compañera, está miraba en su laptop unas notificaciones.—Maldita sea, puro bagre trae el río.—¿Qué tienes?—Quiero una cita, algo especial, con el sujeto indicado y no hay nada.—No hay buenos hombres en el mundo.—Dímelo a mí, suelo atraer a los peores especímenes —entonces la miró detenidamente—, en cambio, tú deberías hacer algo por tu vida sentimental.Mare sonrió y le respondió.—Estoy bien así.July no se daría por vencida y le indicó.—En serio, Mare, tienes un empleo de mierda y cero vida social.—Me gusta mi empleo, hoy entregué un pastel.—Dios, te ascendieron a repartidora —lo pensó un poco y le dijo—. Eso no es un ascenso, es decadencia.—Me siento feliz así.—Nadie puede ser feliz de ese modo.Ella no quería ser feliz, solo deseaba mantenerse segura y nadie la movería de su zona con facilidad. Entró en su habitación y cerró con llave, procedió a mirarse en el espejo de su cuarto y a quitarse la prótesis con mucha destr