Sorprendentemente, Camille la escuchó. —No tengo ni idea. En realidad no la conozco. De todas formas, esta cosa del futbol, enfatiza lo que estaba diciendo. Necesitas salir, Belinda, en lugar de gastar un tiempo valioso en hacer cosas que no te benefician en absoluto.——Si accedo a una cita con el tal Derek, ¿me dejarás en paz en relación con lo del fútbol?— Belinda puso los ojos en blanco.—¡Si!— Camille dio una palmada encantada.Ariana se asomó desde la cocina al oír el grito y les ordenó a las dos mujeres que fueran a la cocina, no para ayudar, sino para ser incluida en los cotilleos.Cuando Belinda se giró hacía la zona del comedor, finalmente permitió que sus ojos repararan en Edmond. Si él no la hubiese estado mirando en ese momento se hubiese permitido evaluarle más a conciencia.—Hola— Belinda forzó una sonrisa casual mientras pasaba al lado de Edmond, pero en todo lo que podía pensar era en la mujer desconocida que había atrapado su corazón. ¿En qué tipo de mujer se fijaba E
Belinda miró hacia Edmond por el rabillo del ojo; su mirada estaba perdida hacía el frente y su postura revelaba su malestar. El la camiseta de manga larga de deporte que llevaba se ajustaba a su torso, y cuando su pecho se elevó, Belinda anticipó que iba a hablar, pero solo suspiró y no ofreció nada más.—Oh esto es ridículo,— dijo finalmente Belinda, terminando el silencio.—¿El qué?— pregunto él, mirándola, con una ceja elevada mientras preguntaba.—Esto,— Belinda hizo un gesto entre ellos. —Nosotros. ¿Estamos peleado por algo?——No,— Edmond dijo indignado. Su discomformidad era aparente.—¿Bueno entonces que pasa?— preguntó Belinda. —¿Por qué estas siendo tan… distante?—Edmond se encogió de hombros.Por lo menos no lo niega.—¿He hecho o dicho algo que te molestara? Porque si es así, lo siento.——No, no has hecho nada,— dijo Edmond mientras vigilaba a Anthony que estaba dándose la vuelta en el columpio. —Es que… tengo demasiadas cosas en la cabeza.——¿Trabajo?——Entre otros.—Bel
La conversación que Edmond había tenido con Vicki dos noches antes volvió a su mente cuando vio como Belinda se alejaba del parque en su coche el sábado por la tarde.—Vivito y respirando, vaya…Edmond White!— Vicki sonó genuinamente agradada por oír su voz.Tras la usual charla que tiene lugar entre dos personas que no se han visto ni hablado en un largo periodo, Vicki pregunto la pregunta que Edmond aún no sabía muy bien como contestar.—¿Bueno, y que hay de nuevo en tu vida?—Edmond rió. —No te lo vas a creer si te lo digo.——Ponme a prueba,— Vicki tanteó. Edmond había llamado su atención.—Bueno, veamos… para empezar, he estado trabajando… y he conocido a mi hijo,— Edmond intentó sonar casual.—Perdona, pero creo que he oído mal. Por un minuto creí que has dicho que tienes un hijo,— Vicki rió nerviosa.—Creo que oyes perfectamente,— Edmond dijo monótonamente.Hubo un momento de silencio entre ellos y entonces Vicki se puso a la defensiva. —No se como se supone que he de tomarme est
—No me gusta,— le dijo a Edmond.—Cómetelo,— le dijo Edmond tan bajo como pudo pero que sugiera siendo un tono autoritario.—¿Bueno y el pan de ajo? ¿Te gusta el pan de ajo?— le preguntó Vicki en un tono demasiado empalagoso.—Esta muy duro,— dijo Anthony mientras cogía el pedazo de su plato.—Oh…lo siento,— Vicki miró a Edmond.—No, por favor no lo sientas.— Edmond le lanzó a Anthony una mirada de advertencia antes de continuar. —Lo hace todo el rato. Es muy especial con la comida. No consigo que coma nada en casa.——Bueno si no te tomas la cena, no puedes tomar postre,— Vicki le dijo imitando a Mary Poppins con su voz.Anthony volvió a mirar a los espaguetis y después a Edmond. —¿Me puedo excusar?— La advertencia en cuanto al postre no era bastante para tentarlo a comer el mejunje que tenía delante, Vicki miró entre Edmond y Anthony e intentó salvar el momento de ser extremamente incómodo.—¿Por qué no nos excusamos todos?— dijo mientras empujaba su silla y se levantaba. —Edmond, ¿q
—No está tan buena, pero te la puedes comer,— dijo Edmond.Anthony alargó los brazos y cogió la tarta, la olió y la dejó sobre su regazo. No la comió, pero reconoció que podía hacerlo si quería.Más tarde esa noche, después de que Anthony se acostara, Edmond se sentó en su sillón favorito y paso los canales para distraer su mente del hecho de que la noche había sido un autentico fracaso.En realidad, no estaba tan decepcionado por que Vicki no fuese a poder cuidar de Anthony si Edmond podía cambiar su turno para trabajar el turno de tres días de doce horas. Aunque pudo ver que Vicki siempre estaba ansiosa por ayudar y de acuerdo con ello, por como había actuado esta noche con Anthony, él probablemente no iba a estar a gusto con sus cuidados.Pero aparte de eso, Edmond querría aumentar su circulo de amistades, el número de personas en las que podía confiar a Anthony en caso de emergencia o a quien acudir cuando el ya no pudiese más. Por ahora, Jayden y Ariana podían ofrecer ayuda limit
Que buena forma de empezar el día. Primero, la luz se fue momentáneamente cuando hubo una subida de tensión en los apartamentos debido al uno uso más alto del normal. A primera vista el problema no parecía gran cosa. Una vez que se subieron los fusibles de nuevo, se rehabilito la electricidad en unos minutos para todo el mundo. Sin embargo, la luz se restableció a las 2 de la mañana, así que cuando Belinda se despertó casi dos horas después de lo que solía, porque la alarma del reloj a pilas, que estaba en la otra punta de la habitación, sonaba bajito con un sonido con el que no estaba acostumbrada a despertarse.—¡Mierda! — exclamó Belinda mientras apartaba las mantas y se levantaba de la cama. Se movía tan frenéticamente para hacer las cosas rápidamente que acabo dando vueltas sin terminar de hacer nada.Con el cepillo de dientes colgando de la boca, Belinda reinició su máquina de café antes de correr al baño y ducharse.Fue la ducha más rápida que Belinda se había dado nunca. No tu
—Dice que ha venido a recoger a Anthony, — contestó Vivian como si Belinda hubiese dicho verbalmente la pregunta.—¿Tiene una nota o algo?¿Quién es?— preguntó Belinda mientras caminaba hacia Anthony y la extraña.—¿Harías cualquier cosa con tal de no llevar el pelo peinado, verdad? — le estaba diciendo la mujer a Anthony cuando Belinda se acercó.—¿Ha venido a recoger a Anthony? — le preguntó Belinda.—Si. Está conmigo,— la mujer sonrió ampliamente. —¿Tengo que firmar algo?——Bueno… si, pero no tengo a nadie autorizado para llevarse a Anthony a parte de su padre, y cuando hable con él, no me indicó que otra persona iba a venir a recoger a su hijo,— explicó Belinda.—Edmond me llamó y me pregunto si podía venir a recogerle. Está trabajando,— asintió la mujer.—Si, pero a menos de que me lo diga Edmond, o tenga una nota, no puedo dejar que se lleve a Anthony,— dijo Belinda.La mujer rubia miró a Belinda entrecerrando los ojos. —Esto es absurdo. Yo le dejé aquí esta mañana. ¿Cuál es la d
No hubo noticias de Edmond esa noche así que Belinda supuso lo peor. Y cuando vio a Anthony entrar en la clase al día siguiente, le dolió un poco el corazón al pensar que la buena suerte había esquivado a su padre una vez más.—Hola, Señorita Gardener!— Anthony la saludo contento. —Ya no me pica.—Fue entonces cuando Belinda se percató de que Edmond había entrado en la clase tras Anthony y que estaba dirigiendo a su hijo hacía ella.—Edmond, ¿qué pasa?— Belinda se levantó y se encontró con él en la mitad de la clase.Edmond la miró desconcertado. —Nada. ¿Por?——Bueno, para empezar, estás aquí y no en el trabajo,— le dijo Belinda.Edmond simplemente señaló a Anthony. —No estaba seguro de que tuvieras que tuvieras que revisarle ya que ayer se fue a casa con el sarpullido.——Oh. Claro.— Belinda miro al limpísimo cuello y cuero cabelludo de Anthony. Esta vez estaba segura de que le habían cortado el pelo al niño. —Parece que está bien.——Y probablemente deba cambiar la tarjeta de emergenc