125

—¿Así que no estabas diciendo que tal vez ibas a casarte conmigo?— Preguntó Edmond.

Belinda sonrió y negó con la cabeza a Edmond. —Estás haciendo trampa,— le dijo. —No puedes preguntarme si voy a decir que sí a una proposición. No funciona de esa forma. Primero te propones y entonces obtienes tu respuesta.—

Edmond sonrió. Belinda estaba siendo juguetona. Eso era sin duda algo bueno.

—¿Así que quieres una propuesta?— preguntó.

—Si quieres una respuesta, yo quiero una proposición,— le dijo Belinda. —No creo que sea mucho pedir, Edmond.—

—No. No lo es,— sonrió. —Está bien,— se encogió de hombros. Él puso los pies sobre la mesa y cogió el mando a distancia antes de encender la televisión. Sonrió cuando miró y vio que Belinda lo miraba en estado de shock. —¿Qué?—

—¿A qué te refieres con ‘qué’? No hemos terminado,— dijo.

—Claro que sí,— dijo Edmond. —Has dicho que querías una proposición, ¿no?—

—Exacto.—

—Y las proposiciones son generalmente inesperadas, ¿no?—

Belinda asintió, dándose cuent
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP