En estos momentos, en el estacionamiento del lugar, muchas camionetas llegaban y en otras las familias se encontraban bajando sus cosas para llevarlas a sus cabañas.—¡Hey, hola! — llamó Alexis acercándose a los hermanos Gray. — ¿Qué onda? — los saludó de beso.Los dos grupos de chicos y chicas hacía años que había dejado su “rivalidad” o esa estúpida norma de “los populares y las chicas no van” todo esto al saber que los mayores de cada grupo se habían unido en relación, es decir, luego del noviazgo de Iris e Benjamín.—¿Acabas de llegar? — preguntó Benjamín.—Si, hace como veinte minutos— respondió. — ¿Y los demás? —Como si sus preguntas fueran deseos la mayoría, de los que faltaban, se acercaron a ellos, Arthur, María y Caroline venían platicando por su lado, Conrad, y Córner amenazaban a Gerardo con acercarse a su hermana y estaban entre estos dos.Cuando se acercaron al trío olvidaron lo que venían haciendo y se saludaron.—Oye Lexi, ¿y Cormac? — pregunto Estefany. — que milagro
Miró debajo de sus pies e hizo a un lado el desastre de la charola.¡Aurore!— Llamó de nuevo su madre.Ella salió del cuarto, yendo con sus padres.En el piso del cuarto, junto a la puerta del baño quedaban los rastros de sangre, y cerca de la puerta principal quedaban los rastros de lo que había en la bandeja. Ahí lo que Aurore había pisado.Ahí estaba el jarrón roto…Y un lirio destruido y marchito…Hacía minutos que habían llegado al hospital de “Sagrado Corazón”, en la sala de espera la familia Ellis esperaba noticias, pero nadie decía nada, Karla, la directora del hospital. Era la encargada de Iris pero aun la estaba tratando.Aurore estaba sentada, inclinada hacia adelante y con la cabeza entre sus manos.—Aurore, hijo— llamó la señora Ellis— creo que sera mejor que avises a Benjamín y los demás, tu padre y yo nos encargaremos de decirle a los padres——esta bien— dijo en un susurró.Salió hacia los jardines del Hospital, sacó su celular de los bolsillos de su sudadera roja y mar
Nadie sabia que hacer o decir las chicas se llevaron una mano a la boca y ahogaron un gritó la mayoría de los ahí presentes deseaban no haber oído eso, todo menos eso. Benedict miró hacia el piso, esta vez si que había dicho algo estúpido, en el peor de los momentos. No Aurore— Benjamín la agarró de los hombros— ¡estas mintiendo!— dijo mientras sacudía ligeramente a la chica— ¡Deja de decir estupideces! ¡Ella no puede tener leucemia! ¡Ella no! ¡Deja de mentir!— Benjamín…—susurro Alexis. Aurore se safó del agarre del pelinegro y lo miró a los ojos. ¡¿Crees que esto me gusta?! ¡Yo tambien quisiera que fuera una mentira! ¡No solo tú! ¿¡Crees que disfruto contando esto!?— se tranquilizó y suspiro no era el momento para alterarse— esta es la realidad Chicos, a los doce años le detectaron leucemia a Iris, durante un año estuvo con quimioterapia y gracias a que se detecto a tiempo pudieron impedir que siguiera avanzando, pero como dije, al cumplir los quince la leucemia volvió ella no q
Uno a uno fueron pasando para tratar de decir adiós, entraban serenos y salían con lagrimas en los ojos los primeros fueron sus padres, luego Aurore, Benjamín, Benedict, Cormac, Alexis, María—ten, Caroline, Arthur, Gerardo, Conrad, Corner y la última que quedaba era Estefany quien en estos momentos salía con lagrimas en el rostro, fue abrazada por sus hermanos. De repente un grupo de enfermeras corrieron rumbo a las habitaciones, tras unos segundos una regresó y habló con la recepcionista. Código rojo en la 7, llama a Karla—— ¿Qué no esa es la de Iris?— dijo Cormac. Aurore sintió mecánicamente aferrándose al brazo de Benjamín. Angel… no— Karla se acercó con pasos lentos y una mirada llena de tristeza. Lo siento, hicimos lo que pudimos— dijo empezando a llorar— pero no se salvo, Iris ha muerto— Iris a muerto, retumbaba en la mente de todos ¡no podía ser! Sentían como parte de ellos se moría, pero esa era la realidad. Justo la mañana del 29 de Junio, un día después de que cumpl
La brisa le daba en el rostro, pero poco le importaba estaba más interesada en sus memorias que en el mundo que la rodeaba y es que luego de recordar toda una vida o al menos una parte de ella no tenía ganas de saber que pasaba en el mundo real, deseaba quedarse en un mundo mágico donde ella pintara su pasado, presente y futuro, donde las lágrimas no existían, solo las sonrisas y la felicidad, pero nunca nada es perfecto.Al menos no todo.—¡Aurore! — oyó como la llamaban, se separó de la cuerda del columpio y fijó su vista en quien había pronunciado su nombre.—Por Dios…—susurró asombrada—¡mi vida! Yo me lo como ahora—A pocos metros de ella venía lo que nunca creyó ver, Benedict Gray caminaba tranquilamente hacia ella ¿Qué era lo asombroso? Pues bien, Aurore solo había visto al Gray, hasta ahora, en trajes muy formales, y con una apariencia seria y fría pero ahora era todo lo contrario.Benedict tenía un pantalón de mezclilla y traía una playera de manga corta de esas pegadas al cu
—¿En qué momento tú…? ——Lo agarré de tú alhajero, te dije que lo iba a mandar a arreglar——¿Husmeaste en mis cosas?——¿Qué más da? — preguntó cerrando la cajuela y yéndose con las manos en los bolsillos.Aurore se quedó con la boca abierta y luego infló los cachetes ¿así de tranquilo lo decía? Pero ¡que poca ma…! Manera tan hipócrita de decirlo ¿no conocía la palabra personal? Si será…—¿vienes? — preguntó volteando a verla. — ¿o vas a tomarte tu tiempo para hacer berrinche?— sonrió con superioridad. — Rorarita — dijo mencionando aquel apodo con el que su hermano solía llamarla muy cariñosamente para su gran molestia.La chica bufó cerró con brusquedad la caja y tomo la carriola para empezar a andar, al pasar cerca de Benedict le sacó la lengua, lo miró fijamente y luego volteo su cabeza ignorándolo y yéndose. Benedict solo sonrió y negó con la cabeza para luego seguirla.—Las mesas van de aquel lado, para tener espacio para los juegos— decía la rubia. — ¿Has entendido? ——Si, todo c
Todo aquello era muy raro nunca imaginó poder ver de cerca de los empresarios cuando no estaban bajo las lentes de las cámaras, quien lo diría todos tienen su lado amable a pesar de reflejar una imagen de duros, fríos y egoístas, lo de ahora era todo lo contrario se veían como lo que realmente eran: unas personas como muchas otras, ayudando al prójimo.Le puso pausa a sus pensamientos al ver que Alexis se acercaba prácticamente arrastrando a una pelinegra.—¡pero si es…! — dijo para sí.—Vamos, vamos ¡apresura el paso! — decía la rubia jalando a la chica.—Tranquilízate Lexi — pidió su amiga. — que no puedo ir tan rápido, ¿Qué es eso tan importante? ——¡Si, Caroline! —La mencionada fijó su vista al frente para ver a la castaña quien tenía sus manos en la boca ahogando un grito.—¿Aurore?, ¡Aurore!—La Kennedy corrió, como pudo, el tramo que la separaba de su amiga. Ante tanto escándalo Benjamín Y Benedict dejaron su plática para ver el meollo de tanto alboroto y se acercaron a las mu
¡Ahora si estamos bien!— exclamó poniendo sus manos sobre sus caderas— ¿Quién crees que eres para mandarme?—Soy tu esposo— dijo mostrando su anillo plateado.Esta bien, mi esposo mas no mi dueño—Harás lo que tu esposo mande—Si, claro ¿tu y cuantos mas?—Los tres ajenos a esto seguían con la mirada la discusión volteaban a ver a Benedict, luego a Aurore, Benedict, Aurore, Benedict, Aurore.Algunas cosas nunca cambian ¿Verdad?— decía Caroline moviendo su cabeza de un lado a otroNo, se siguen llevando igual que antes— dijo Alexis imitando a Caroline— no, creo que peor—Como disfruto esto—Y ahora ¿Qué les parece si iniciamos con los juegos?— anunció Alexis por el micrófono recibiendo la aprobación de los presentes— Bien todos reúnanse para las instrucciones—La mayoría de los niños ahí presentes empezaron a brincar de la alegría y otros más gritaban eufóricos, el entusiasmo era tal que inconscientemente terminaron contagiando a Ezra quien, en su linda carriola rosa, aplaudía mientras