Yessica, bebió la copa de vino, mientras se reclina en el sillón y recuerda aquel día que no sale ni un momento de su mente. Aún no puede creer que estuviera a punto de ser asesinada por uno d los sicarios de Alejo Troconi. Por suerte aquel joven apenas comenzaba a trabajar con él, y aún no tenía tanta maldad dentro de sí.—De no ser por Pablo, hoy estaría muerta. No puedo creer que el malnacido de Alejo quisiera matarme después de todo lo que vivimos juntos, pero en algún momento, voy a cobrarme lo que me hizo —se dice a sí misma.La puerta de la lujosa mansión se abre, el escolta cuida de que Facundo esté sano y salvo dentro de su casa.—¡Amor! —Se levanta ella para recibirlo.—Hola mi catirota, ¿como me le va?—Pues extrañándote. No veía el momento de que regresaras de Santa Marta.—Usted sabe mi reina que si no me doy mi vuelta por aquellos lares pues me pueden jugar sucio mis empleados. Como dice el dicho “quien tiene bodega que la atienda y sino...—Qué la venda —completa ella l
Elena se queda mirando fijamente a Verónica por unos segundos, hasta que, finalmente, se gira hacia Pablo como si le estuviese pidiendo una explicación con su mirada. Se suponía que él la sacaría de ahí, pero nunca le dijo que tendría que vivir con alguien. En estos momentos, lo único que le apetecía era estar completamente a solas, aunque, no le molestoba si Pablo la visitara de vez en cuando.Pablo la conocía perfectamente bien, había pasado nucho tiempo a su lado como para no esperar que ella le pidiera explicaciones al ver a Verónica ahí, pero él ya se había preparado para eso.—Elena, esta es Verónica, te presento oficialmente porque ya ella te conoce —Elena lo mira con el ceño fruncido, está evidentemente molesta, Pablo tenía al menos que haberle avisado de que no estaría sola.—Mucho gusto Elena —salta Verónica lo más pronto que puede— adelante, pasen los dos.—Yo sólo entraré a dejar las maletas, no puedo demorarme mucho, los hombres de Alejo ya están empezando a dudar sobre m
Luego de la discusión de Pablo con Alejo, este se mantiene algo distante de su jefe, eso sin decir que no ha tenido tiempo para hablar siquiera con Amanda, apenas cruzan una que otra mirada y tampoco ausentarse para ver a Elena. Sin embargo, tiene dos visitas que hacer y debe hacerse el tiempo para ello.Esa mañana, sorpresivamente, Alejo lo manda a llamar con Rubén.—Allí te llama el jefe. —le dice en tono imperativo su compañero.—En seguida voy —responde, mientras bebe su café.—Yo qué tú no lo haría esperar —afirma en tono burlón. Pabl9 se levanta de la silla y se enfrenta a él.—Dije que ya voy, tú no eres quien para amenazarme ni decirme que debo hacer. —Vuelve a sentarse y termina su café. El tuerto sale de la cocina sonriendo de forma irónica, mientras murmura:—¡Imbécil, veamos que opina el jefe! —se dirige hasta la biblioteca donde aguarda Alejo a su escolta y mano derecha, Pablo.Sandra está observando la discusión entre ambos hombres y se atreve a opinar.—Creo que debería
Después de visitar a la mujer que lo había criado como una madre, Pablo se dirigió para ver a Elena, justo en ese momento, sonó su móvil.—Dime Claudia ¿Por qué me llamas a esta hora?—Se trata del policía, gracias a ti, ahora no deja de buscarme —él la interrumpió.—Ya sabrás como quitártelo de encima. Como lo hiciste conmigo hace varios años atrás.—Pablo, deja ya de recriminarme eso, éramos adolescentes, por Dios. Y si slguien se arrepiente hoy de eso, soy yo. Lo sabes. Lo que quiero comentarte es que ese hombre conoce a Elena Torres y lo peor es que estuvo intentando averiguar en recepción, por suerte ya había quitado la ficha de allí. Pero sé que no parará de hacerlo, él y tu protegida tuvieron una relación algo intensa por lo que me comentó él, anoche cua
Minutos después la ambulancia y los curiosos se acercan para ver la dantesca escena de las dos “víctimas del hampa” como reza en los noticiarios y redes sociales la noticia. Ruben, no pierde detalle de saber que todo está perfecto. La imagen en la TV muestra ambos cuerpos inertes.Los paramédicos notan que la mujer en el asiento trasero del vehículo, aún está con vida. En tanto, el taxista, sigue inconsciente sobre el volante. Ambos cuerpos son traslados hasta el hospital central. Mientras, los detectives del cuerpo de investigaciones, recoge las pruebas del hecho para luego iniciar con las averiguaciones.Claudia quien aún está por entrar a su guardia, reconoce que se trata de su compañera, Teresa.—Teresa, reacciona, Teresa. Dime que pasó. —la mujer apenas la escucha, no logra ver su rostro, la sangre que aún continúa saliendo no le permite verla.—Llama a Elena, en mi móvil está su número... —es lo poco que alcanza a decir, los paramédicos la ingresan a emergencia.Claudia toma el
Elena sube al auto del lado del conductor y Verónica ayuda a Pablo a subir al asiento de atrás, tratando de hacer lo más creible aquella segunda huida del hospital. Ella conduce callada, pensativa, ausente y ensimismada. Todo su mundo gita ahora a través de aquella terrible verdad. Ahora entiende por qué nunca Matilde quiso hablarle de quien era su padre ¿Cómo podia saberlo si no siquiera ella era su verdadera madre?. Le duele tanto aquella mentira que no puede evitar sentir frustración, rabia y tristeza.Observa a través del retrovisor el rostro cabizbajo de Verónica ¿Quién era realmente? ¿La había tratado de aquella manera porque sabía la verdad? ¿Quién entonces era su padre? ¿Tendría suficiente dinero para deslastrarse de Alejo Troconi? ¿Y su hermana, donde estaba? Elena siente que se vuelve loca, todas sus percepciones sobre quienes la rodeaban cambiaron en un segundo. A ratos acelera como queriendo huir de su propia verdad, Pablo la observa, imagina como debe sentirse con la muer
Alejo estuvo velando la llegada de Amanda, le había parecido una eternidad, aún más después de lo que Rubén le había mostrado, estaba realmente curioso, sabía que tendría que tener mucho cuidado y no perder de vista ni a ella, ni a Pablo. De momento, hasta que no recolectara toda la verdad, no haría ningún movimiento en falso, lo que menos quería era alertarlos en caso de que sí se estuvieran viendo a escondidas. No importa lo que tuviera que hacer, pero llegaría al fondo del asunto o se dejaba de llamar Alejo Troconi. La ve entrar a la mansión y, de inmediato, manda a Sandra por ella; quien, sin demoras, va directo a la habitación de Emma, todos en la casa saben ya que ella pasa casi todo el día ahí.—Elena —llama Sandra después de haber golpeado en la puerta delicadamente, si la bebé estaba durmiendo, no quería despertarla.—Adelante —le responde Amanda desde adentro.Sandra entra sutilmente y dibujando una suave sonrisa en su rostro; a pesar de todo, era una chica dulce y se había
Por más que Pablo quisiera ir hasta el apartamento y comprobar con sus propios ojos que Verónica y Elena estaban en perfectas condiciones, no podía hacerlo. Esta era su oportunidad para enfrentar a Rubén de una vez y por todas, al menos él lo haría de frente no a escondidas como ha ido esa rata detrás suyo. Sabía que Rubén tendría que ir de vuelta hacia la mansión, no tenía outro lugar al que acudir, a diferencia de él, Rubén se ha gastado todo su dinero en juegos, apuestas, mujeres, en clubes, no tiene ni un sólo céntimo guardado, por lo que, obligatoriamente, tarde o temprano tendrá que aparecer en la mansión.Como es lógico, Pablo no puede esperarlo ahí, si Alejo los ve o se entera de que han tenido algún altercado, lo primero que hará será investigar las razones y eso sería lo peor, se enteraría de todos los secretos y cosas que ha arreglado para esconderle que Elena nunca regresó a la mansión, sino su impostora. Sin pensárselo más, fue hasta los almacenes de contenedores que Alej