CARTAPara: LeahDicen que las historias más fascinantes de la humanidad han sido escritas por mentes no comunes ni corrientes, mentes con una amplia capacidad para trascender la imaginación, mentes con una creatividad desbordante, mentes con tendencia a la locura, mentes que solo piensan en mundos coloridos y mágicos, mundos dramáticos quizás negros, quizás blancos, mundos que no han existidos y no existiran nunca jamás, mundos que viven en las páginas de un libro o en la mente del creador, mundos que se han quedado en la mente de quienes navegan en el inmenso mar de las palabras, palabras que construyen historias donde la mente explora lo inexplorable y donde se intenta dar claridad aquello donde solo existe oscuridad.
No sé si se preguntan, por qué trato de entender a mi novia. El hecho es que les comentare un poco del asunto. <<Mi novia se la pasa quejándose acerca de los difícil que es ser una chica. Casualmente no es la única, ya que vivo en una casa llena de mujeres. Sí, tengo cuatro hermanas. Tamara, quien es la menor y que a sus 7 años de edad, esta histérica acerca de cuándo mi madre le dejara plancharse el cabello, pues lo tiene ondulado. Le siguen Camila y Sophia, que son gemelas, cuya única preocupación reside en ser planas, no superan el hecho que, a sus 15 años, una tabla tenga más curva que ellas —Sin ofender—. Y por último esta mi peor pesadilla, Thalía, cuyo único motivo de existencia es arruinarme la vida. —Lo digo enserio—. ¿Qué hermana en pleno uso de sus facultades mentales, te bajaba los calzones en medio de una reunión familiar? Pues ella…
Carla se encuentra limpiando el piso de una disquera. Enojada y cansada, realiza su labor, sin dejar de soñar en lo que ella algún día pudiera llegar a ser.—No, vale. Que va alegrar esto. Con este trabajo no voy a llegar a ninguna parte. Como quisiera ser cantante —Mira hacia atrás y ve a varios músicos tocar—. De esas estrellas de rock famosas —continúa diciendo ilusionada. Se levanta y toma una guitarra, los músicos la siguen y componen una canción, luego alguien abuchea y ella sale corriendo—. ¡No, no, no! Si yo no canto ni en el baño. Tampoco sirvo para esto… Mi sueño es ser una estrella, pero no puedo, no nací para eso.—¡Hey! —Un chico se acerca y ella se aleja desconfiada—. Lo hiciste muy bien. ¡Tienes talento!
Narra Leah♥"Cuánto perdemos por miedo a perder".A veces, el miedo a perder nos acorrola y nos hunde en su profundo mar. Y así, ahogándonos en sus profundidades sin esperazas de elevarnos a la superficie, todo a nuestro alrededor se ve diferente, se nubla. La vida es un parpadeo, el aleteo de una mariposa, tan fugaz como una estrella fugaz. ¿Por qué permitimos que el miedo nos aprete tan fuerte, nos rendimos y cedemos hacer sometidos? ¿Por qué dejamos que se robe nuestros sueños más preciados cuando podemos hacer algo para impedirlo?Debemos cargar nuestro ser de coraje y valentía, así como los aviones despegan contra el viento; el miedo puede ser esa resistencia, pero utilizado con inteligencia se convierte en la sustentación para mantenernos suspendidos y entrar a terrenos desconocidos.
Narra Santiago♥El cuerpo de Leah es perfecto, ni hablar de su espalda, ni del aroma natural que desprende su piel desnuda, sus pechos, su vientre, su monte de venus, sus piernas. Todo era perfecto. Me encontraba extasiado ante divina belleza. Mis manos nerviosas acariciaban su cuerpo y mis ojos fascinados no podían creer lo que estaban viendo. Mis labios se acercaron a su vientre para dar a mi lengua la oportunidad de explorar y perderse en su piel. La vi estremecerse cuando mi boca busco sus senos y los saboree con mi lengua, sentí como sus uñas marcaban mi espalda y su respiración se hacía más rápida y entrecortada. Yo sentía una sensación incontrolable, el deseo de poseerla, quería hacerla mía y fusionarnos. Sus ojos se hicieron pequeños cuando mis dedos buscaron su entrepierna e intentaron deslizar....Y fue entonces cuando recibi esa llamada.Nos sobresaltamos y ella busco vestirse, nos habiamos ido a refugiar a una cabaño cuando su mirada me dijo que queria algo mas....Cuando
o que faltaba. Ahora me van asignar el cargo de niñera 24/7 no me parece justo ni debido tener que asumir con esa gran responsabilidad.― Madison, me vas a disculpar, pero yo no tengo porque sacar a esa mocosa a comprarle su helado, ni llevarla al parque. Es mucho mejor que vaya sola, ya está grandecita ¿no?, tiene 6 años.― ¡Guarda silencio! ― Madison golpeo la mesa y me bombardeo con una mirada desafiante ―.― Harás lo que yo diga. Caso contrario quedan prohibidas las visitas, ver televisión hasta más de la medianoche, solo podrás salir una hora a pasear, si llegas después de las 7:00 de la noche deberás dormir en el sofá y serás la encargada de todas las tardes servir el almuerzo a las 12:00 del mediodía hasta que yo cambie de parecer.― Madison, no puedes hacerme eso y tan solo porque ha llegado esa niña.― Señora Madison, pido disculpas si la interrumpí, mi papá me dijo que si dos adultos estaban hablando no podía interrumpir su conversación, pero tengo frío y quiero ir al baño.
Mi único consuelo en aquel momento era que por más que Santiago me detestara, no podría hacerme daño, o al menos eso creía. Mi piel se erizo al sentirlo tan cerca, por primera vez sentía miedo de lo que me pudiera pasar. Instintivamente intente correr hacia adelante pero el apareció y me empujó hacia atrás haciendo que mi cuerpo colisionara con la pared.Aturdida pase mi mano por la cabeza para suavizar el golpe y me equilibre tan pronto que él se vino encima de mí. Intentando… Intentando agredirme.Todo mi cuerpo se paralizo, tal como pasaba cuando era niña y sentía miedo, o cuando leía una historia terrorífica, no pude moverme solo coloqué mis manos al frente para defenderme y entonces el soltó un golpe haciéndome caer al suelo.Apoye mis antebrazos en el suelo para recuperarme, y mi cuerpo comenzó a temblar, no podía llorar, no podía gritar, estaba petrificada, estaba asustada.—Vamos Leah, defiéndete— me grito tomándome por el brazo para levantarme.
Maldito bus. Es que me odia o a que. Aún es temprano, él no debía pasar cinco minutos antes. Enojada zapateo contra el suelo y lo hago con tan poca delicadeza que me lo descompongo.¡Por Snow!Me siento en la acera y me bajo la media. Si mi tobillo va a pagar las consecuencias. Decidida a llegar temprano a clases, me pongo en marcha. Duele, pero tengo que llegar. Hoy es el remedial de matemáticas y tengo que pasarla a como dé lugar. No quiero avergonzar a mi padre en la entrega de notas.Limpio mis lentes empañados y sigo caminando.Todos mis días son como esa caricatura de Disney Channel, donde todo su día es un desafío, solo que a mí no me divierte. Respirando para aguantar el dolor, sigo hasta que escuchó una corneta que me hace saltar.—Ey, muñeca ¿Te llevo?Seguí caminando. No tengo que ponerle atención o estoy segura que por mi mala suerte, me orinará un perro o algo por el estilo.—Samantha.