Narra Santiago♥

Seis meses después.

Todo empeora. La policía dio por acabada la búsqueda, mis padres, familiares y amigos me dieron por muerto. Impotente y tratando de reventar las cadenas que sujetan mis manos y pies me di por vencido. Todo mi cuerpo estaba extenuado, no solo por la falta de alimentos y agua sino también por mis inútiles esfuerzos por intentar escapar.

Lucinda me encerró en este lugar luego de aquella tarde. No sé qué ha pasado allí afuera, pero me temo lo peor. Para mi alivio, mi familia ni mis amigos han sido tocados y eso reconforta mi alma. Gabriel visita mi celda a diario y a pesar de que siento odio por haberme traicionado de esta manera, cada vez que veo su expresión hay algo dentro de mí que me dice que nada es lo que parece. No sé si el encierro me está volviendo loco, solo sé que detrás de todo esto existe algo más.

La celda se abre y Gabriel aparece, como todos los días trae una bandeja y la tira en la mesa. —Aliméntate —Se limita a decir, mientras se cruz