Para él, ella era la chica más hermosa del mundo.Y sería una gran luna para un alfa. Era todo eso y más.Sin embargo, cuando cumplieron dieciocho años, se descubrió que el compañero de Valencia era otro chico. Un chico que ni siquiera le gustaba. Un chico que era lo opuesto a todo lo que ella era. Alguien que no era él. Ella se había enfadado muchísimo por eso. En ese momento, no pudo encontrar fuerzas para culparla, porque le dolía lo que el destino había decidido para ellos.Quería que ella fuera su compañera más que nada, e incluso cuando esa esperanza se desperdició estaba demasiado enamorado de ella como para dejarla ir.Nunca pretendió ser un buen hombre, y no lo fue desde el principio. En todo caso, era un hombre egoísta.No estaban preparados para dejarse ir el uno al otro. Él no había encontrado a su pareja y ella odiaba a la suya, así que continuaron su relación, ahora en secreto. Se encontraban en el bosque, en habitaciones solitarias del campo de entrenamiento o se escabu
Ella se aferró tanto como pudo, pero al final solo era un hombre lobo mortal. Romper con Valencia fue lo más difícil que había hecho en su vida, especialmente cuando ella esperaba que la eligiera por encima de las convenciones y el destino. Hizo todo lo posible por explicarle su razonamiento y tenerla como amiga porque él era así de codicioso, pero Valencia no quería dejarlo ir. Estaba decepcionada de él por haber tomado la decisión que había tomado, pero aun así protegía ferozmente lo que consideraba suyo, y él había sido suyo antes de ser de la manada.No estaba lista para dejarlo ir.Después de eso, ella cambió, pero para peor. No lo dejaba hablar con ninguna otra chica, lo seguía a todas partes y se quejaba de cualquiera que se atreviera a mirarlo. Al principio, solo era con lobas, pero con el tiempo, incluso cuando su padre lo llamaba, ella se enojaba. Se obsesionó peligrosamente con él, lo acechaba y hacía cosas espeluznantes a sus espaldas a cualquiera que mostrara interés en é
—Te acompañaré a tu habitación —dice beta Nicolás a Soraya mientras caminan hacia la casa de manada.Hace unos minutos había llegado allí muy agitado. Cuando le preguntó, le murmuró que era algo sobre el trabajo.—Supongo que sí. Por cierto, ¿qué pasa con el alfa Ace hoy?—¿Qué quieres decir?Soraya le lanza una mirada divertida y levanta las manos en señal de que está fuera.—Oh. —Se encoge de hombros—. Supongo que es parte de su proceso de humillación.—¿Proceso de humillación?—Después de que escapaste alfa Ace se dio cuenta de lo loco que había estado actuando los últimos días contigo, con Mía y básicamente con todos, así que supongo que está tratando de pasar página.—Ah —murmura—. No me había dado cuenta. Pensé que simplemente lo sentía.Llegan a su puerta en silencio. Se siente como si se hubiera cerrado un círculo y, en realidad, está aliviada de regresar a un lugar donde se siente cómoda.—Oh, también tienes algo dentro —dice Nicolás.Frunce el ceño, confundida. Cuando salió,
«Es una petición extraña».Muy extraña para Soraya.—¿Por qué? —inquiere.—Vamos a necesitar algo de privacidad o esto… —Luego hace una mueca—. Juro por la diosa que no te haré daño, si eso es lo que te preocupa. Ni siquiera tocaré un pelo de tu cuerpo. Estás a salvo. Yo no… No vamos a ser como antes.Sus ojos escrutan su rostro por un momento y ve que habla en serio. Bueno, esa palabrota es seria. Así que cierra la puerta detrás de ella y se aleja.—Toma asiento, por favor —señala el asiento del otro lado del escritorio—. Solo quiero hablar.Obedece.Él guarda algunos de los documentos que tiene frente a ella en una carpeta y junta sus dedos en un extraño gesto formal. Se sienta muy erguida porque, no importa lo que haya dicho antes, él es el alfa Ace y ella, Soraya. Desde que se conocieron no han sido nada, excepto volátiles.Se inclina hacia delante y baja la voz: —¿Qué quería Valencia de ti?La desconcierta esa pregunta. Pensó que iba a hablar del acuerdo o algo así.—¿Sabías que
Unos días después…«Es difícil. Nunca pensé que diría eso» reflexiono Soraya.Luego de meses de no cumplir con un horario es difícil volver a trabajar de acuerdo con uno. Y resulta realmente extraño aprender cosas después de todo lo que le había pasado en los últimos meses. Agarrar un rollo y una pluma, tomar notas e incluso responder a preguntas le provoca una extraña sensación de nostalgia.Es una experiencia muy solitaria asistir a la clase con una sola persona, pero agradece que, después de todo, esté viva y al menos pueda aprender más sobre lo que más ama. Estaba cansada de ver lo negativo todo el tiempo, así que intentaba ser una persona más positiva, y aprender más sobre la herbolaria es el punto de partida.Solo tiene un poco de trabajo que hacer antes de poder ejercer el trabajo, ya que ha completado gran parte de su año de academia antes de cumplir los dieciocho, pero aun así se siente como mucho dado lo rápido que avanza con el maestro de herbolaría que va cada día.No se s
Soraya intenta no dibujar la decepción que estaba empezando crecer en su corazón, en su rostro. Han avanzado tanto que no hay necesidad de complicarlo todo dando por sentado cosas.—Este fin de semana celebraremos el Festival anual de la luna —anuncia de la nada alfa Ace, y ella parpadea—. Y esperaba que pudieras unirte a nosotros para las celebraciones.Esa noticia la toma por sorpresa. No esperaba oír eso de él.Le pide que lo acompañe a una función de la nada y lo único que puede hacer durante medio minuto es mirarlo boquiabierta. Finalmente, su cerebro se pone en funcionamiento y emite un ruido.—¿Eh?—¿El festival anual en honor a la diosa? Tu manada también lo celebraba, ¿no? —pregunta con naturalidad, inquisitivo, como si hicieran ese tipo de cosas todos los días, como si fueran amigos que no tenían el tipo de pasado que tuvieron.«Además, ¿qué clase de pregunta estúpida es esa?», piensa para sus adentros Soraya.Por supuesto, en su antigua manada se celebró el Festival de la l
Mientras trabajaba en una tarea Soraya se remplanteo si era justo para los demás que tuvieran que usar mascarillas solo para que ella pudiera asistir a un festival. Las mascarillas eran restrictivas y había cantidades limitadas.Se suponía que el festival sería un día de diversión y relajación, y si asiste, sin importar lo que diga alfa Ace, no será tan relajante.La tristeza envuelve su corazón. ¡Qué vida tan maldita tiene que vivir un ladrón! Ojalá pudiera controlar su olor de alguna manera para poder dejar de volver locos a los lobos dondequiera que va.Anhela vivir despreocupadamente como antes, caminar por el pueblo de la manada sin miedo a que la ataquen, sin temer las burlas de la gente cada vez que sale. Sin embargo, no puede cambiar su sangre ni su alma.Esta maldición es suya y depende de ella asegurarse de que no molestara a otras personas. Depende de ella convencer a todos de que no es la villana que las historias y leyendas dicen que es.Y así decide no asistir al festiv
Valencia vuelve a mirar a lo lejos. —Técnicamente, sí, lo hago, pero me tomé un tiempo libre de mi puesto. Tuve que repensar algunas de mis decisiones de vida después de que murió mi pareja.Pronto Soraya se siente mal por haber sacado el tema. —¿Su muerte fue reciente? —suaviza su voz antes de preguntar.—Sí, lo fue. Hace apenas un mes. Y quedarme en la misma casa que compartía con él me estaba aturdiendo, así que necesitaba un escape. —Su expresión raya en la vulnerabilidad. Es la primera vez que la ha visto lucir tan humana. No es una mala apariencia en ella, aunque odia el hecho de que sea la tristeza la que la provocó.—No estaba segura de si era bienvenida aquí, dada la forma en que el alfa Ace y yo nos separamos, pero bueno, si me quedaba lejos con dudas, nunca sabría si me perdonaba o no.—Entonces, ¿se despejó tu duda?Ella sonríe, y no puede evitar corresponderle. —Sí, lo fue. Me alegro de tener de nuevo a mi mejor amigo.Soraya asiente con la cabeza, deseando sinceramen