Envenenar

—¿Cuándo fue la última vez que me vinculaste o me visitaste? ¿Dos meses? ¿Cinco años? ¿Seis siglos? ¿Un milenio? —Alina, la prima de Tatiana, criticó a través del enlace en el momento en que conecto el enlace mental.

—Alina, cálmate.

—Jovencita, no te atrevas a decirme que me calme. Me tienes muy preocupada y ni siquiera pude vincularte mentalmente porque no tengo permiso. Tú eres la única que puede hacerlo o darme la señal para hazlo, pero no lo hiciste.

—¡Pero ahora sí! Y no hay nada de qué preocuparte, ¡estoy perfectamente bien! —insistió mientras cerraba la puerta de su habitación y se acercaba a sentarse en su cama.

Alina suspiró al otro lado. —Correcto. Si tú lo dices entonces, ¿qué te hizo llamarme hoy? ¿Qué está pasando?

—Alina. —Tatiana gimió de frustración—. No puedo comenzar a expresar lo estresada que estoy en este momento. Desde que trajeron a Helena a este castillo, las cosas han ido cuesta abajo.

—Oh Diosa mía. Dime qué pasó hermana.

—Realmente no puedo contarte todo en
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo