DANESA
No puedo controlar los temblores de mi cuerpo cuando mis sentidos se recomponen permitiéndome sentir el frío gélido que tiene doliendo mis extremidades. Me encojo parpadeando varias veces para adaptar mi vista al frio e iluminado espacio. El pecho se me aprieta al darme cuenta que estoy detrás de unos barrotes de hierro y tirada como cualquier animal en el piso.
Las lágrimas opacan mi vista, pero me sorprendo al ver que hay más personas encerradas. Corto el contacto visual con miedo, me observan de una manera como si me estuvieran acechando y el temor me consume porque no se a donde vine a parar y por qué.
Tengo mucho frío, lo que pone a temblar el alma, no sé dónde estoy, en qué momento llegue aquí, lo cierto es que estoy tirada en un petate en mal estado. El piso está audio y las lágrimas se me derraman cuando estoy en una celda que tiene los grados bajo cero.
Las lágrimas rápidamente se secan en mi cara mientras me encojo como un ovillo queriendo darme calor. Tiemblo descomunalmente, lo único que recuerdo es ese hombre con esa estatura que me cubría completa. Su calor, el aroma y esa forma espantosa de mirarme con asco.
Senti tanto miedo, pensé que me iba a matar, pero lo más extraño es el cómo me hizo sentir con su cercanía y su «MIA»
No me puedo quedar aquí, mi amiga debe estar preocupada y me apoyo de manos alzando mi mirada y reparando mi entorno. El miedo se me dispara viendo dos celdas aledañas a un hombre mirarme de una manera que me aprieta el estómago porque se lame los labios como si estuviera saboreando la presa que se va a comer.
Me da miedo hablarle, pero.
—Que hiciste de mal niña que te tienen aquí prisionera—habla la persona que esta a mi derecha.
—No lo sé—me levanto con mis piernas temblorosas y me acerco a las barras donde me sujeto con los labios temblándome—Que es este lugar, me podría decir donde estoy.
Le digo quien está frente a mí, otro hombre se ríe y unos más y más que me lleva de nuevo al petate encogiéndome de piernas. El hombre que está en la celda seguida de la mía me mira y ellos lucen como si no estuviéramos en medio de la Antártida.
No tiemblan, de hecho, se mantienen sin camisa como si no tuvieran una pisca de frío. Este lugar huele mal, el piso está muy sucio y el recuerdo de mis padres me lleva acostarme con el alma destrozada.
Siento que muero, que no aguantaré mucho y...
—Levántate niña, muévete porque morirás humana.
Lo dice como si él no lo fuera. No digo nada, si muero congelada podré estar con mis padres y eso al fin al cabo no es tan malo después de todo.
—Muévete humana o no sobrevivirá, mantén tu cuerpo en movimiento.
No quiero moverme, por ello me quedo como estaba hasta que el sueño me toma enviándome a la nada.
Me despierto cuando siento que algo cae en mi cuerpo y al abrir los ojos veo a un hombre en mi celda lo que me lleva a incorporarme con miedo.
—Tranquila, no me tengas miedo que no pienso hacerte daño.
El hombre es pelinegro de ojos verdes y aunque no parece que quiera hacerme daño, no confío en nadie.
—Señor no se quién es usted o si es un secuestrador, pero quiero decirle que soy una bailarina que viene de un pueblo a cumplir sus sueños, dinero no tengo, trabajo medio tiempo y estudio otro, así que pierde su tiempo.
Le digo a ver si toco las fibras de su corazón.
—No soy un secuestrador y no necesito tu dinero.
Tiene algo en las manos que de inmediato pone a rugir mi estómago. El sonido es vergonzoso y se me tienen las mejillas cuando sonríe.
—Por eso te traje esto, debes alimentarte.
—Déjeme ir se lo suplico—le pido—por favor, no le diré nada a nadie, pero deje ir se lo suplico.
—Qué más quisiera yo, no me parece que debas estar aquí, pero solo cumplo órdenes Danesa, lo siento mucho de verdad.
Se inclina y retrocedo porque me da mucho miedo. Se me salen las lágrimas porque no entiendo porque mi destino es tan cruel conmigo cuando soy una buena persona que no le hace daño a nadie.
—No llores y abrígate, estas celda son muy frías y me sorprende que aun sigas con vida, eso me demuestras que no eres una humana ordinaria.
No entiendo porque hablan de esa manera, como si no fueran humanos también.
—Por favor, déjeme ir que yo no sé porque me tienen aquí, si no es por dinero.
—Lo siento mucho pequeña, pero son órdenes y ahora come, aliméntate y abrígate que estarás aquí por tiempo indefinido.
Se me comprime el corazón con sus palabras. Creo que me ha dejado sin ganas de nada que me tiro de nuevo al pobre intento de cama con ojos llorosos.—Lo siento mucho y come por favor.Se marcha, pero no quiero comer, yo quiero salir de aquí. El sueño me toma cuando me abrigo con la sabana gruesa que en verdad me ayuda con el frío, pero no es suficiente, tengo los labios moradas y mi aliento sale en vapor por la baja temperatura.Tengo frío, pero más tengo miedo ya que no se cuál será o destino. no se cuánto tiempo he dormido pero cuando me giro tengo una rara encima mío y me renuevo asustada gritando como loca.Se ha devorado la comida que me habían traído y me voy contra los barrotes donde se encuentra un prisionero.—Niña.—AhhhMe alejo asustada, harta y desesperada de esta situación.—Por favor saquen me de aquí, por favor.Grito, grito y grito pegada a los barrotes pidiendo un poco de misericordia.—Auxilio.Intentó abrirlos, pero ya sabrán que mis esfuerzos son en vano porque no
DANESA El viento acompaña mis movimientos cuando en medio de la playa, con la mina de fondo bailo sintiéndome libre. Nadie puede detener mi ímpetu, mi fuerza y mis ganas. Ejecutó el Relevè separando los talones del suelo y la punta de mis pies se entierran en la arena. El cielo es una fusión de colores aleonados que sirven como escenario ante el baile que realizó con mi corazón acelerado. Giro y frío preparándome para el próximo movimiento y... —Arriba... El balde de agua fría me despierta y asustada me voy contra la pared observando a la mujer bien vestidos que me reparan como si fuera una cucaracha. —No lo repetiré dos veces. Tengo miedo de hacerlo seguramente me mataran, descuartizaran y venderán mis órganos. Dos hombres más aparecen con cadenas y grilletes que me mueven al otro lado. Peleó, no quiero dejarme encadenar sin embargo si estatura, fuerzas y dominio me rebajan en nada. Termino con una cadena en mis manos, pies y cuello. Que Humillante. Tiran fuerte mandándo
—Que se pudra ese maldito bastardo—gruñe el hombre al que le di mi comida—es un desalmado teniéndola a ella aquí encerrada, es una humana.—Ustedes también lo son. Alego, me desconcierta su forma de expresarse. —Alguien viene. Avisa el hombre a mi derecha y tomo le plato volviendo a mi puesto. Lo dejo en el piso y me acuesto dándole la espalda. Vienen por mí, me llevan al baño donde puedo hacer mis necesidades y vuelven a meterme a la celda. La comida no la toco, simplemente la entrego a cualquier otro de las celdas que no les brindan comida. Creo que dos días sin comer y beber nada, estoy tan débil, tan cansada que alucino con el mismo hombre corpulento, con una cabellera larga en una trenza de vikingo, su calor corporal me reanima y mi estado es tan lamentable que siento alimentarme. No dice nada, sus ojos rojos me mantienen en un limbo donde me siento bien, no me siento cansada o como una cucaracha sin valor alguno. Me siento protegida y amada, el frio se va, el miedo se esfum
DANESALos pies se me mueven rápido en medio del bosque, encuentro el árbol indicado y giro a la derecha con las pulsaciones aceleradas y con una sola cosa en mente y es salir de aquí, perderme y nunca mas pisar esta ciudad. No me importa ni mis sueños, solo quiero irme para no volver jamás.Corro si detenerme sosteniendo me de los árboles en busca de la salida de este bosque. Estoy fatigada, descalza, pero las ganas de huir son mucho más grandes que las heridas que sufren mis pies. Miro atrás, no viene nadie sin embargo siento y presiento que alguien o algo me persigue. Eso me motiva a seguir, a no detenerme porque no quiero estar más encerrada. Es de noche, la luz de la luna es lo único que me permite ver y menos mal no es tan denso el bosque, pero eso no quiere decir que los sonidos salvajes no me asusten, inclusive le sumen más velocidad a mis pies No se cuento he corrido, pero a lo lejos veo la carretera y me sostengo visualizando mi libertad. Intento dar un paso con el miedo
—Ven, a las dos nos toca la sala y los baños de este primer piso, así que espérate y no me retrase que aquí hay mucho que hacer. Esto parece la era de la inquisición, limpio las ventanas, los bordes, sacudo el mueble y me impacto con el retrato del hombre en plena sala luciendo como un Dios nórdico. No sé qué siento cuando observo sus ojos y estoy segura que fue el mismo sujeto que me empotro diciendo «MIA» Se me comprime el estomago cuando lo miro, sus ojos me hacen sentir algo extraño que me estremece por completo. —Si, es un Dios pero olvídalo, no eres para el. Desvió la mirada. —No se de lo que hablas. —Es normal sentirse atraída por el señor, pero no mira a seres inferiores a nosotros. —No soy inferior a nadie—rebato—quien te dijo eso. —Tu eres inferior a mi querida—dice la morena—así que apúrate. —Creo que tenemos el mismo uniforme. —No lo digo por eso—no la entiendo—así que apúrate. Hablar con ese hombre es mi prioridad. Tengo que salir de aquí, mi amiga debe estar
EGANPaso la mano por mi cabello alejándome de ella teniendo su olor todavía en mi nariz. Estuve a nada de besarla por mi instinto, ademas mi lobo esta desesperado y me cuesta manejarlo cada que ella esta cerca.Es muy hermosa, de eso no cabe duda ya que el color de sus ojos es bellísimos, su cabello negro y su piel blanca le dan una apariencia sencillamente perfecta. Me dirijo a mi oficina con la polla endurecida.Cuando encuentras a tu mate, el libido aumenta considerablemente y voy a tener problemas al tenerla aquí, en dos semanas entramos en calor y ella, es una humana que no aguantara el voltaje que significa estar con un hombre lobo y no uno cualquiera, un alfa.Golpeo la mesa de mi escritorio ofuscado y sin saber que hacer, ahora con la amenaza que tengo sobre mi es un peso mas y me hubiese encantado que se fuera, pero es un peligroso dejarla suelta y mas cuando la tuve encerrada.—Que paso Egon—entra Massimo y me dejo caer en la silla—cuéntame hermano que pasa.—Estuve a punto
Me observa mal mientras saca de su delantal el abrigo con le cual comienza a limpiar. Me molesta su olor, sin embargo, también me atrae y prefiero comer queriendo concentrarme en cualquier cosa que no sea ella.Limpia, su olor a humana esta en todas partes y me termino el filete captando las miradas que me dedica todo el tiempo.—Egan—alzo mi vista cuando escucho su nombre—No se lo que te hice, pero te pido disculpas por ello, pero no me castigues así por favor.Escucho los latidos de su corazón acelerados.—Tengo una vida, una promesa que cumplir y por favor devuélveme mi libertad, si quieres me iré del país, de este continente si es posible.Acoto la distancia consiguiendo que se vaya contra el estante de los libros.—Entiende y convéncete que perdiste tu vida anterior, ahora, lo aceptes o no, estas atada a mi de por vida.Alza su mano dándome una sonora bofetada. No me mueve, pero si pone arder mi piel consiguiendo que mi lobo aullé excitado con su carácter.—Eres un hijo de puta—e
DANESA Asiento siguiéndola, la mansión se mantiene custodiada por muchos hombres que lucen grandes, musculosos y peligrosos. El clima es cálido, aun asi en las noches es muy frio y al parecer ellos no le afecta nada. En los alrededores se ven una especie de cabañas y sigo sin entender donde estoy porque lo único que puedo ver son árboles, una hilera de autos y una caballeriza cuando llegamos a esta. —Estos caballos son amados por el amo, así que hay que alimentarlos, limpiarles el espacio y cambiarles el heno. Teníamos caballos, pero todos los vendimos para el tratamiento de mama y me dolió demasiado tener que hacer eso. Tiene cinco caballos en pesebreras bien cuidadas y esto no será un trabajo el cual no pueda cumplir o no me guste. —Hola amiguito. Este cabello es completamente blanco y tiene un pelaje hermoso. —Es amiguita—corrige Katia—No debes sacarlos sin permiso, ya que solo le hacen caso a su amo, pero puedes ingresar para dejarles el alimento o cambiarles el heno. Este