Exhorta con rabia poniéndome a temblar y es que le tengomucho miedo. Paso por su lado después de cerrar la puerta, su perfume masculinoimpacta mis sentidos y siento que voy a caerme. Siento sus ojos en mi espalda,en mi cuerpo, en mis nalgas.El recuerdo en su oficina hace que me pique la piel y no seque son todas estas emociones que surgen de momento, pero me impulsan a correrlejos de él.Entro con el corazón acelerado a la mansión, corro hacia lasescaleras y subo para meterme a mi habitación o por lo menos en donde amanecí.Tengo mucho miedo de las cosas que me hace sentir y prefieroescapar de el ya que por alguna razón siento que me puede comer. Me huelo, sumirada despectiva y sus frías palabras lo ocasionan y me meto al baño paraquitarme el sudor del dia. Mi cabello por fin lo mojo ya que hay jabones parael cuidado capilar y lo extraño que son de la misma marca que yo utilizo.No se quien hizo esto, pero agradezco su gesto y demoro enel baño haciéndolo como hace mucho ti
DANESA La puerta esta cerca y la visualizo con una sola intención y es salir huyendo. Sus ojos me hablan, me dicen corre. —Yo. —Vas arrepentirte. Oh Dios mío, el miedo se me dispara e intento correr, pero me sostiene del brazo tirándome a la cama y…. Los ojos le centellan en rojo ocasionando que se me estanque la saliva en la garganta. —Eres una grosera, malcriada y rebelde. Se me viene encima y me muevo con miedo intentando alejarme, pero su fuerza me domina, al tiempo que pega su cuerpo al mío. —Por favor me disculpo. —No es suficiente. Sus ojos se unen a los míos acelerándome los latidos y su pierna abre los mios consiguiendo que el vestido se me suba. No tengo bragas y estoy abierta de piernas como en su oficina. La cara se me pone como un fogón cuando su mirada recae ahí en mi intimida mientras me sostiene las manos a cada lado de mi cuerpo. —Tu—dice. Con una mano sostiene las mías por encima de mi cabeza y siento que un rayo me golpea cuando su dedo toca mi coño húme
DANESALo veo perderse cuando corre entre los árbolesmajestuosamente. Observó a los hombres que merodean o cuidan el lugar y terminóingresando nuevamente a la alcoba para acostarme obligándome a descansar. Temprano me levanto, entre la ropa que me dieron ayer hay uncambio y antes de que vengan por mí, ya estoy lista. Tocan a la puerta y meapresuró abrirla—Qué bueno que estas lista—Massimo,no sé porque me alegra ver este sujeto,tal vez sería porque es el único que me trata bien—ven conmigo. No le discutí, simplemente aliso la falda de mi uniformesiguiéndolo. —Voy a demandar que te den otrahabitación, tú no puedes estar en una tan pequeña como en la que te encuentras.—No necesito nada más, estoy biendonde estoy. —Me imagino que tú y Egon hablaronde lo que somos y porque estas aquí.Abre una puerta doble e ingresamos a una gran biblioteca. —Solo me dijo estupideces. —No crees entonces. —Una persona razonable no puedecreer en algo como eso no creo que sean todos hombr
DANESASiento que se me estanca la saliva en la garganta con lamirada que Egan me dedican.—Levántate Danesa—demanda—ya.Eso hago sin mirarlo, las rodillas me duelen por la caída yme trago la rabia que siento porque no quiero problemas con nadie.—Que está pasando aquí Alessia.Le tiembla todo a esta mujer y conmigo estaba como unafiera.—Ella señor que no esta haciendonada, es una holgazana y solo estoy cumpliendo con sus órdenes.—Si está aquí es porque yo lodemande, que te quede claro que por encima de mi y de Massimo no estas.Le deja claro, de soslayo observó como baja la cabeza enseñal de sumisión.—Danesa, ven conmigo.Miro Alessia la cual me mata con la mirada y sigo a Eganreparando su cuerpo. Pienso en lo que acabo de leer, eso de ser una parejadestinada y lo que me hace sentir cada que lo veo. No se si es su efecto o poresa cosa del destino.Se gira de un momento a otro y por instinto me voy contra lapared queriendo alejarme, su sombra se cierne sobre mi y respiro
EGANCorro entre los arboles olfateando al maldito traidor queintento atacar a mi mate. Lo sabía, sabía que me iba a traer problemas esahumana y si ella muere, yo también lo haría porque al ser alfa nuestra conexiónes muy diferente a los otros, es mucho más fuerte.—Eres mucho más fuerte y rápido —dicemi lobo—corre, se nos escapa el maldito.Escucho el aullido de mi lobo Massimo y sigo el mismorastro.—Intento tocar a mi mate—se quejaEragon—quiero matarlo sacándole el corazón con mis propias garras.Estoy muy de acuerdo con mi lobo, quiero matar esedesgraciado mas por intentar traicionarme y si, por tocar lo mío, aunque laodie, la deteste y me desagrade su olor, Danesa es mía.Veo a los lobos que estaban encerrados corriendo a mi lado ysiguen mis pasos muy de cerca sin igualar mi velocidad, demuestro porque soy loque soy y porque me temen tanto.Le tomo un poco de ventaja, está a punto de llegar a loslímites de la manada Luna de sangre y no debo permitirlo por eso me lein
ENZO La cara de todos es de desconcierto cuando mi hermano Eloc entra conmigo al consejo de los matarazu. Es una organización humana la cual lucha y asesina a mi especie por la simple razón de sentirse inferiores a nosotros. Hemos matado a muchos humanos a lo largo de la historia, ellos mataron a mis padres y por esa razón nosotros debimos heredar la manada, pero no, la gran bruja corono a Egan por encima de nosotros quitándome mi derecho. —Esto es un insulto. No estan todos, están los que necesitamos y con los cuales hicimos trato anteriormente—¿Quién los dejo entrar? —Yo lo hice, creo que traen una muy buena propuesta—dice Priamo—solo escúchalo por favor. —Calma Aquiles—es el jefe de la orden—solo vinimos hacer un trato con ustedes. —Ni uno más—dice y miro a Priamo, si no lo convence, lo matamos—hicimos lo que pidieron y la manada de su hermano no se toca, hay un acuerdo. —Que necesitamos que rompan—habla mi hermano Eloc—queremos a mi hermano Egan muerto y lleva 10 años en e
DANESAEgan no deja que me mueva mientras frente a mí, se encuentraAlessa y ese chico completamente desnudo. Me dan la espalda y tiene sus brazosextendidos por las cuerdas que están enredadas en su muñeca. Muchas personas nos rodean, quieren presenciar no sé quécosa, pero algo me dice que no es nada bueno. —Las leyes en la manada se cumplen,quien le falte al respeto a nuestro Alfa—habla Massimo—debe pagar con sangre—seme pone la piel de gallina—ya sea a muerte o azotes, pero se sienta esteprecedente para que ustedes cualquiera lo piense dos veces antes de conspiraren su contra.Egan esta sentado mientras yo estoy parada a su lado. Metiemblan las piernas ya que no quiero presenciar algo semejante.—Mira bien—dice—mira lo que te puedepasar si me desobedeces o me traicionas.Paso saliva cuando de la nada aparece un hombre que pareceun gigante.—Con ustedes el verdugo.Tiene lo que parece ser un pasamontaña en la cara ydemasiado alto, mas de dos metros de estatura, robusto, d
DANESAEgan me toma con fuerza del brazo bajándome de la tarima y metiéndome a la mansión furiosamente. Estoy demasiado confundida con todo lo que acaba de pasar, sinceramente no entiendo que ha pasado y me suelta en la sala de forma muy brusca.—Lo siento mucho, yo…—Cállate maldita sea—organiza su trenza, Dios mío, parece un yeti cuando esta ofuscado y siento demasiado miedo—y deja de temblar que no pienso hacerte nada.—Me das mucho miedo—le confieso—yo solo quiero irme de aquí.—No vuelvas a hacer lo que hiciste y mejor lárgate a tu habitación.—Yo no hice nada, yo solo…Mis palabras consiguen que se acerque con peligro y retrocedo solo dos pasos porque me toma nuevamente del brazo.—Deja de llevarme la contraria.Me suelto con rabia, estoy aburrida de esto, de que me diga que hacer y estar prisionera en su mansión.—Vete al diablo—me atrevo a decirle—no tienes derecho a tratarme como se te da la gana, si tanto me odias déjame ir, si tanto te desagrado no me volverás a ver nunca m