22. Tenemos que fingir⤝MILA⤞Los pulmones me arden. Hasta entonces no soy consciente de que he retenido el aire y dejo escapar un profundo suspiro mientras nos alejamos del jardín, dirigiéndonos al auto.—Esto no parece tan sencillo —murmuro, deteniéndome junto al coche. Axel me ve con una disculpa tatuada en los ojos.—No va a darnos tiempo a nada —confirma, abriendo la puerta para que suba; sin embargo, no me muevo ni un solo milímetro. Estoy en shock. Daxton no solo espera una boda pronto, sino, además, quiere bisnietos.Un ligero temblor se adueña de mi cuerpo cuando mi columna es atravesada por un escalofrío.—¿Cómo saldremos de esta? —le cuestiono a Axel. No necesito explicarle a qué me refiero.Él se mete las manos en el bolsillo y se recarga contra el auto. Se pasa la punta de la lengua por los labios e inevitablemente recuerdo el beso que le he dado. Me muerdo el interior de la mejilla, obligándome a mantener la concentración.—No lo sé, Mila.—Esta idea no es tan perfecta c
23. Ella será mi esposa⤝MILA⤞Los ojos de Axel brillan con ira y peligro. Sus manos se aprietan en dos fuertes puños, hasta que sus nudillos empiezan a cambiar de color. Me pongo de pie y camino hasta detenerme a su lado.Mis ojos se encuentran con los suyos y niego con un movimiento de cabeza. Odio verlo así, tan perturbado por la presencia de su madre. Caroline le hizo mucho daño. Le causó heridas que dejaron cicatrices que difícilmente olvidará algún día.—No tenemos nada de qué hablar —espeta, conteniéndose para no decir nada fuera de lugar.Busco su mano y entrelazo nuestros dedos. Quiero que recuerde que no está solo, que no debe cegarse ni dejarse dominar por la ira o el resentimiento.Caroline nos observa como si fuera un halcón acechando a su presa.—Te equivocas, Axel, tenemos mucho de qué hablar —refuta con brusquedad—. Sobre todo, quiero que me aclares estos malditos rumores —añade, tirando al piso dos de las tres revistas que sacaron la nota esta mañana.El cuerpo de Axe
24. Mi única verdad⤝MILA⤞El alma se me escapa del cuerpo, y me quedo inmóvil, como una estatua de piedra, con la mirada clavada en el rostro de mis padres.—¿No llegaban por la noche?—Era la intención, Mila —responde mi padre con seriedad.Maldigo al darme cuenta de que no he pensado la pregunta, sino que la he hecho en voz alta. Además, el tono empleado por mi padre no deja dudas de lo enojado que se encuentra.—Sin embargo, hemos decidido venir directamente a tu apartamento. Hay cosas que no pueden esperar, y esta es una de ellas, ¿comprendes?Asiento con un movimiento de cabeza, como cuando era pequeña. Me hago a un lado y los dejo pasar. Es entonces cuando recuerdo que Axel está en la cocina.Cierro la puerta con prisa y voy detrás de mis padres.—Señores Ellington —saluda Axel, saliendo de la cocina con un delantal amarrado a su cintura.Si la situación fuera otra, me habría reído de él; pero la tensión me provoca un vacío en la boca del estómago y un nudo en la garganta que me
25. Creemos y confiamos en ti⤝MILA⤞Una vez que las explicaciones terminan y mis padres parecen estar satisfechos, me disculpo para volver a la cocina y preparar la cena. Las piernas aún me tiemblan, cortar las verduras es casi un suicidio, pero me las arreglo para conseguirlo.«La he admirado, no solo por su belleza, sino por su capacidad e inteligencia», las palabras de Axel de repente suenan en mi cabeza. Aquella es una conversación que debo expulsar, borrar de mi mente. No son más que verdades a medias.Mi corazón se estremece al darme cuenta de que será imposible conseguirlo. Sus palabras se repiten como un mantra en mi cabeza.—¿Mila?Sumida en mis pensamientos, no me doy cuenta de en qué momento Axel deja la cocina y mi madre ocupa su lugar.—Mamá, ¿qué haces aquí? —pregunto, atravesando una zanahoria con el filo del cuchillo.—Tu padre quiere hablar con Axel y yo me ofrecí para ayudarte.—¿Creí que no había dudas? —pregunto.—Y no hay motivos para que las haya, hija. Creemos y
26. La dueña de mis quincenas⤝AXEL⤞Apenas Mila me entrega las llaves de su auto, me apresuro a salir e ir por el cambio de ropa. Mila siempre sabe prever y sacarme de momentos comprometedores. Sus padres, la ropa. Sin duda, es una mujer que vale por mil.«¡Y es solamente mía!»Me sorprendo de mis propios pensamientos; sin embargo, hay mucha razón en ellos. Mila ha sido mi amiga por siete años y mi brazo derecho en la empresa por los últimos tres. Ahora, legalmente se convertirá en mi esposa. La dueña de mis quincenas.Sonrío como un idiota mientras salgo del ascensor y me apresuro a buscar el auto de Mila, tomo lo que necesito y vuelvo al apartamento. No quiero dejarla sola con sus padres, ni darles la oportunidad de hacerle cambiar su decisión.Entiendo el motivo de sus reservas; sin embargo, no es mi intención hacerle daño a Mila. Ella realmente es una mujer importante en mi vida. Livia y ella son las únicas mujeres por las que desataría una guerra para mantenerlas a salvo. Así qu
27. Fuego inesperado⤝Mila⤞Desde que hui de la habitación de invitados como si el mismo diablo me pisara los talones, no he podido apartar de mis pensamientos el cuerpo perfecto de Axel. Mis dedos hormiguean con solo recordar el calor y la textura dura de su piel.¡No debí tocarlo!Sin embargo, es tarde para los arrepentimientos. Ahora, solo deseo volver a sentir su calor bajo la yema de mis dedos, sentir como su cuerpo se tensa bajo mi toque.Sentarme en el comedor y fingir que nada ha sucedido se convierte en una lucha titánica que pierdo una y otra vez. Mis ojos siempre terminan encontrando a Axel; afortunadamente, sucede cuando él no me presta atención; aun así, he sentido la fuerza y el peso de su mirada.Todo mi cuerpo tiembla como una hoja sacudida por el bravo viento cuando mi madre pregunta por la fecha de la fiesta de compromiso, pero no es eso lo que me sacude de pies a cabeza. Son las palabras de Axel las que finalmente rompen mi autocontrol.—Si ustedes y Mila lo aceptan
28. Un beso tan natural y tan incorrecto⤝Mila⤞El fuego corre por las venas de mi cuerpo, provocando un incendio difícil de controlar. Los latidos de mi corazón se aceleran, pero no tengo la más mínima intención de apartarme de la boca de Axel, mucho menos cuando me sostiene de la manera en la que lo hace. Es como si algo más fuerte que nuestra voluntad nos empujara y el mundo entero desapareciera.Su boca es tan caliente y abrazadora como el fuego mismo. Sus manos acarician mi espalda con una mezcla de temor y urgencia.Cierro los ojos y me dejo llevar por la sensación de sus labios contra los míos, por la manera en que su respiración se entremezcla con la mía.Nos movemos al mismo ritmo, como si hubiéramos hecho esto mil veces, como si nuestros labios se entendieran y supieran un secreto que nosotros desconocemos.Un fuerte gemido queda atrapado en el fondo de mi garganta cuando, por la falta de aire, el beso termina. Mi corazón late acelerado, mis labios hormiguean y mi estómago s
29. Bienvenida a la familia⤝Mila⤞«Sedúcelo, Mila. Y si aún no está loco de amor, haz que lo esté.»No debería darle crédito a las palabras de Zaria ni permitir que mis esperanzas echen raíces, al menos si quiero mantener mi corazón intacto. Sin embargo, aquí estoy, un lunes por la mañana, subiendo al piso de presidencia con un atuendo distinto al habitual.Los tres primeros botones de mi blusa blanca están desabrochados, dejando entrever la hendidura de mis redondos pechos. Mi pantalón se amolda perfectamente a mis caderas, resaltando la curva de mis nalgas y ajustándose a mis piernas como una segunda piel, haciéndolas lucir más estilizadas.¿Qué diablos estoy haciendo?La pregunta retumba en mi cabeza desde que vi mi reflejo en el espejo al vestirme. Tal vez no solo debería reconsiderar mi atuendo, sino también mi cordura. Esto es una locura desde cualquier perspectiva.—Buenos días, señorita Ellington.Salgo de mis pensamientos en cuanto escucho la voz de Nina. Está parada frente