El día tan esperado había llegado. El cumpleaños de las gemelas. Todos se preparaban para la enorme fiesta que daría.
-Papá, nos ha preparado la fiesta más grande que haya habido en Norusakistan, después de la mayoría de edad de Nael, eso es obvio.
-Es comprensible Zahiry, padre dice que somos sus princesitas. Creo que le importa muy poco que estemos cumpliendo la mayoría de edad- argumentó Zashirah- siempre seremos sus nenas.
-Eso es perfecto, por mi no hay ningún problema ser una princesa consentida.
-¿Cuándo es que madurarás, Zahiry?- le preguntó ceñuda, su hermana.
-Nunca, no tengo intensiones de madurar y mi papi no me lo exige- argumentó encogiéndose de hombros.
-Sin embargo algún día deberás hacerlo, no puedes ser tan ligera e irresponsable toda la vida.
-Claro, debo ser tan aburrida como tú- la acusó- no, muchas gracias Zashirah, me siento perfecta
SI TE HA GUSTADO ESTA HISTORIA Y QUIERRS SABER MÁS SOBRE LA FAMILIA REAL, NO PUEDES OERDERTE *ATRACCIÓN ORIENTAL* DÓNDE PODRAS DESCUBRIR OA CONMOVEDORA HIDTORIA DE NARL. ESPERO LA DISFRUTES.
Siempre experimento la misma sensación cuando termino una historia; felicidad y tristeza. Felicidad, por un nuevo logro, por un escalón más en mi camino. Tristeza, porque me despido de personajes que cree con un inmenso amor y que se hicieron parte de mi vida por mucho tiempo.Pero con estos libros las emociones se intensifican y es por el hecho de que estos dos libros representan tanto para mi. dos libros dedicado a dos de mis sobrinos, esos dos seres pequeños que hacen latir con fuerza mi corazón cada día, esos que alumbran hasta los días
Esta historia está dedicada con todo el amor que puede encerrar mi pecho a ZAHIR, mi pequeño, mi travieso, mi pequeño terremoto.Gracias mi tesoro por inspirarme tanto amor, porque no hay dicha más grande que tu sonrisa, no hay placer mayor que verte crecer y saber que serás un excelente hombre. Me divierten tus travesuras y río a montones con tu ocurrencia, eres parte de los mejor regalos que Dios me ha otorgado.Espero ver cómo te enamoras de alguien tan buena y dulce como Ivette Cooper, alguien que te quiera con toda su alma y a la que puedas retribuir con todo tu amor.Te amo con locura mi travieso
AMORES MIOS, SEAN BIENVENIDOS AL SEGUNDO LIBRO DE LA SERIE AMORES ORIENTALES. REALMENTE ESPERO QUE LO DISFRUTEN, SERÁ UN LIBRO QUE TENDRÁ UN POCO DE TODO. YA TIENES LISTAS TUS MALETAS? PORQUE NOS VAMOS A NORUSAKISTAN!!!Ivette. . . Salgo de la habitación que me asignaron, con la intención de ir a buscar a mi hermana, muero por algo de beber y es que jamás pensé que en Norusakistan hiciese tanto calor, no sé cómo pueden vivir aquí, yo siento que me derrito.Nada más cruzar el pasillo, me encuentro con aquellos profundos ojos grises.¿Son ideas mías o hace más calor todavía?¡Pero que tonta Ivette
Ivettte. . .Termino de cerrar la maleta que estaba llenando y me quedó mirándola sintiéndome turbada, confundida y agitada.Volver a Norusakistan . . .No sé si eso sea tan buena idea. Claro que ahora que Isabella y mi sobrino están allá, no puedo evitar ir, y menos saltarme el bautizo de ese pequeñito pero. . . ¡verlo de nuevo!Aunque sus hermosos ojos me han perseguido en sueños, la verdad es que no sé si estoy preparada para verlo nuevamente a la cara. Él me confunde, hace que me desestabilice y no quiero sentirme así, porque sé que no es el hombre adecuado para mí.Zahir Amir Mubarack Maramara, no es el hombre adecuado para ninguna mujer, al menos no para una que pretenda tomarlo en serio y yo la verdad no quiero ilusionarme con un tonto d
¡Vendría!Ivette, vendría al día siguiente. Aquellas palabras no salían de su cabeza, tendría que verla nuevamente. El Príncipe, no había dejado de pensar en aquella dulce chica, tan buena, pero que cuando la había hecho enojar, se había mostrado fría e indiferente. No sabía ni por qué razón no podía sacarla de sus pensamientos. Era solo una mujer más.Sí, una mujer dulce y de hermosos ojos, ojos que no podría olvidar y esa boca. . . Los recuerdos de esa boca le atormentaban.-¡Vamos Zahir, eres el Príncipe!- se dijo a sí mismo- puedes tener a la mujer que desees, ni siquiera esa rosa inglesa puede resistirse a ti. – se dio ánimos y trato de controlar su respiración agitada.Un llamado a la puerta de sus aposentos lo sobresaltó. Bien, su invitada había llegado, sonrió con picardía. Al abrir la puerta se encontró con Maishea, una hermosa joven que trabajaba en Palacio, muy bajo perfil, nunca era muy nombrada, ni solicitada, pero él si solicit
Ivette, pasó gran parte de la mañana en la habitación que le fue asignada. Intentaba calmar sus emociones y pensamientos, que para ese momento estaban hechos un torbellino. No entendía porqué aquellos ojos grises en apariencia tan fríos, lograban perturbarla tanto.Debía asumirlo. . . al menos para ella.-Te atrae, Ivette- se dijo con frustración- el sinvergüenza del Príncipe, te atrae.- bufó sintiéndose impotente por no poder controlar lo que sentía- ¡Por Dios, Ivette Cooper, ese hombre es un descarado!Los sentimientos deberían tener una especie de interruptor, uno debía decidir cuando accionarlo y cuando prescindir de ellos, de ese modo las personas se evitarían tanto dolor y sufrimiento.Llevaba tres meses saliendo con James, y era un chico realmente hermoso, la trataba como toda una dama, le hacia lindos presentes y era muy respetuoso, siempre haciendo gala de sus buenos modales y su gran educación.Teniendo un hombre así, ¿cómo era posible q
Aisha, se supone que tendría que tolerar la presencia de aquella mujer, cuando era obvio que no la soportaba, al menos era obvio para ella, pensó Ivette. Se prendía del brazo del Príncipe sin ninguna vergüenza, le hablaba con familiaridad, dejando claramente que existía entre ellos algo más que una simple amistad, ¿y ahora ella estaba allí?Según tenia entendido, ella era la hija de un importante Emir, del cual sus tierras colindaban con las fronteras de Norusakistan, lo cierto es que Aisha, no era su persona favorita en el mundo y es que se sentía arder en coraje cada vez que veía como ella lo miraba. . . con esa estúpida adoración, que se juró que sus propios ojos jamás reflejarían.Nazir, volvió acompañado de Aisha, quien llegaba con un escotado vestido negro, ¿no se supone que en sus tierras no deber
Ivette, despertó con un terrible dolor de cabeza, fue inevitable para ella que al volver a su habitación algunas lágrimas se deslizaran por sus mejillas, él quería lastimarla y lo había conseguido. Se sentía tan mal porque ella había intentado disculparse por la bofetada y había terminado ella con una bofetada mayor, una en la que ni la tocó, pero la lastimó profundamente.Se levantó dispuesta a darse un baño, con la intención de alejar aquellos pensamientos de ella. Necesitaba despejarse un poco. Después de ducharse, decidió llamar a James, seguramente tenerlo cerca le ayudaría a mejorar su estado de ánimo. Al tercer repique su sensual voz se hizo escuchar.-Hola, preciosa.-James- sonrió- me alegra saludarte.-Estuve por llamarte anoche, pero no quise interrumpir tu descanso, esperaba a que me llamaras tú.-Lo siento. . .-No te disculpes, mi reina de ojos