Sakuma despertó quejándose, la forma en la que había terminado durmiendo junto a los otros dos lobos no había sido la más cómoda, si era honesto, había sido una de las peores posiciones que alguna vez pudo haber encontrado para poder. Su espalda dolía, sus piernas se sentían entumecidas por haber dormido sentado, pero el descanso resultó agradable, despertó con una considerable cantidad de energía, al menos estaba listo para lo que tenía que hacer. Se levantó con calma y un poco de pesadez por la siesta que tuvieron. Fuera ya no había luz del sol así que suponía que ya debía ser de noche, observo la ropa que estaba junto al sofá, suponiendo que Kiyan y Edel la habían dejado ahí, o Edel para ser más específico. La observo un momento, no necesitaría cambiarse para lo que iba a hacer, y aunque la idea no le terminaba de gustar del todo, sabía que no tenía muchas opciones en ese momento. Los planes habían cambiado drásticamente, el rumbo de todo dio un giro inesperado y ahora tenía que t
En esta ocasión cuando los lobos abrieron sus ojos se encontraron en una pequeña habitación, y aunque sus manos estaban esposadas, estas estaban conectadas a una cadena larga que llegaba al suelo, permitiéndoles poder moverse con relativa libertad en la habitación. Edel fue el primero en abrir sus ojos, observando hacia la nada. Kion solo pudo verle en silencio, ninguno de los dos estaba seguro de que decir en ese momento, ninguno de los dos terminaba por entender la situación en la que se encontraban en realidad. Habían sido engañados de la forma más ridícula que alguna vez pudieron haberse imaginado. Ninguno esperaba que eso pudiera ocurrir, pero lo peor es que ninguno sabía que hacer a partir de ese momento.—¿Crees que vayan a matarnos? —La voz de Edel sacó al beta de sus pensamientos, dirigiendo su atención hacia él. Kion podía ver al chico que encontró en el bosque, asustado, rendido ante la situación en la que se encontraban, completamente perdido y sin saber que hacer. Era de
El lugar donde estaban era definitivamente algo que no se estaban esperando. El lugar era enorme, ninguno de los dos podía saber exactamente de donde salió, aunque para ese punto ninguno quería realmente hacerse ese tipo de preguntas, no quería descubrir ni averiguar más sobre la vida de ninguno de los dos lobos. Para ese punto Edel ya estaba aterrado de lo que podrían descubrir, y Kion por su parte no consideraba que fuera lo suficientemente importante como para querer arriesgarse y preguntar algo. Así que solo lo siguieron en silencio. Eso al menos hasta que Edel pudo sentir a Kiyan cerca, jalando un poco las cadenas para adelantarse, intentando encontrarlo.—Tranquilo, lo verás pronto. Necesitas un poco de autocontrol, no puedes estar todo el tiempo pegado a tu alfa, especialmente ahora que tiene cosas importantes que hacer —La voz de Sakuma demostraba lo divertido que le parecía la situación, jalando con calma al lobo para mantenerlo cerca de Kion.Ambos lobos se volvieron a mante
La noche cayó con calma en el lugar, Edel y Kion volvieron a la habitación que estaba funcionando como su celda, los soldados que les vigilaban no hablaron en ningún momento, todo lo que hicieron fue llevarlos de regreso a la habitación y esposarles, dejándolos completamente en silencio. Las luces se apagaron en algún momento, obligándolos a estar en completa oscuridad, aunque la luz realmente no era una necesidad al no poder hacer nada. Kion se dio cuenta que una cámara apuntaba hacia ellos desde una esquina del techo así que cualquier cosa que dijeran sería grabada con seguridad por lo que simplemente hablaron de cosas sin sentido, cosas que no eran importantes, al menos hasta que el cansancio y el encierro hizo lo suyo y los termino haciendo dormir.En un momento de la noche el sonido de la puerta y las cadenas sonando en el suelo despertaron a Edel, el cansancio y estar aun medio dormido impidiéndole ver con exactitud que ocurría, aunque no lo necesitaba, pudo sentir fácilmente el
Los lobos se mantuvieron juntos un poco más después de su conversación, decidieron primero que se quedarían solo unos minutos más, los cuales pasaron a convertirse en una hora, y después otra, y después hasta que el reducido espacio del armario fue lo bastante molesto como para seguir ignorándolo y teniendo que separarse. Fuera aun estaba tranquilo, los soldados no parecían haberle prestado atención a nada, y si lo habían hecho, parecían tener suficiente miedo a Kiyan como para desear decir algo al respecto, posiblemente teniendo mas miedo al alfa que al propio Ryoichi, después de todo, solo los soldados eran capaces de saber con certeza de lo que era capaz el lobo con el que habían compartido el campo de batalla días antes. Kiyan explico con calma como los soldados pensaban que seguía siendo solo el soldado de Ryoichi y que en cualquier momento podría perder el control y terminar matando a todos, y aunque parecía decir aquello con calma, Edel podía sentir que su alfa no estaba lejos
Los lobos entraron con calma en el edificio donde fueron citados, el plan de Ryoichi y Sakuma había funcionado a la perfección, todo lo que tenían que hacer ahora era confiar en que los humanos tomarían la decisión correcta. Y aunque para ninguno de los dos era una buena idea terminar trabajando con ellos, el plan para erradicarlos debía venir desde dentro, todo lo que tenían que hacer era ofrecerles una solución. Una simple solución y la promesa de ayudar en esa guerra, hacerles pensar que tenían a un poderoso aliado de su lado sin saber que en realidad tenían al enemigo en casa. No era un plan sencillo por supuesto, pero sabían que los humanos estarían desesperados por obtener una ayuda importante en ese momento.El lugar donde fueron citados era un pequeño bunker en la ciudad más cercana, donde uno de los lideres mas importantes del estado estaba siendo protegido. Un hombre regordete y de tamaño pequeño. Su rostro cansado y estresado les dejaba en claro que esa guerra era algo que
La tensión podía sentirse en el ambiente, ninguno de los presentes se atrevía a decir algo, posiblemente porque no sabían que serían capaces de hacer los lobos después de la petición que hicieron. Algunos de los presentes parecían aterrados con la idea, otros por otra parte, parecían estarlo considerado, y eso era lo que mas les aterraba, saber que en la situación en la que se encontraban sus únicas opciones eran morir o entregar el control a los lobos les tenía más que aterrados.Ryoichi y Sakuma no dijeron nada o hicieron un intento por presionar, sabían que era una situación que tomaría tiempo y que todos los presentes debían estar de acuerdo, o al menos la mayoría debían de estar de acuerdo si querían que las cosas funcionaran en realidad. No iba a ser un trabajo fácil por supuesto, eso les quedaba mas que claro, pero estaban seguros que iban a terminar tomando la mejor decisión, lo que les convendría más tanto a ellos como a los lobos. Así que ninguno hizo un intento por presiona
Para el momento en que los tres lobos se encontraban dentro de la oficina de Ryoichi, el corazón de Edel latía a una gran velocidad, mientras discutían el plan de buscar cualquier cosa que les pudiera servir dentro de la oficina, cualquier indicio del siguiente plan de Ryoichi, cualquier mínima cosa que pudiera servirles, la mente del Delta solo viajo hacia todos los efectos negativos que podría llevarles lo que estaban haciendo. Kiyan se había encargado de los guardias, diciendo que solo iba a sacar a los prisioneros a caminar por ordenes de Ryoichi antes de irse, y por supuesto, ninguno iba realmente a hacerle preguntas al lobo sabiendo que podría romper sus cráneos sin ningún tipo de esfuerzo si así se lo proponía. Además, por supuesto, Kiyan se había encargado de las cámaras de seguridad, así que no debían preocuparse por ser vistos. Y aun así, aun sabiendo que los guardias no harían ninguna pregunta porque temían a su probable muerte, Edel no podía quedarse tranquilo, no podía