El sonido de algo golpeando contra metal hizo despertar a Edel, su ojo apenas logrando acostumbrarse a la oscuridad, poco a poco los recuerdos de lo que había ocurrido llegaron a él, si Ryoichi se los había llevado debían de estar en el edificio, seguramente habían sido aprisionados en el sótano, por la falta de luz o ruido podía llegar a suponer que era de esa forma, no existía otra posibilidad. Igualmente logro reconocer a Kion y Adalrik, Sakuma por su parte era quien intentaba, muy en vano, encargarse de los barrotes de la prisión en donde estaban. Y del otro lado, en una celda frente a ellos, se encontraba Kiyan, el cual, a diferencia de ellos, tenía los brazos sujetados en su espalda, y a su vez las cadenas estaban sujetadas a la pared, de la misma forma otra cadena iba de un collar en su cuello hacía sus manos atadas. Podía ver en su rostro que llevaba una mascara cubriendo su boca, o lo que debería llamar mas bien un bozal. Ryoichi lo había atado como si fuera un perro, nada má
Los lobos caminaban en silencio entre el laberinto que era aquel calabozo, había varias celdas a su alrededor, mismas que contenían en su interior a más lobos, algunos se mantenían en un rincón de la misma celda, asustados de ver al grupo de lobos acercarse, pensando que tal vez podrían ser miembros del grupo de Ryoichi. Otros lobos se acercaban y gritaban cosas que ninguno de los presentes podía entender completamente, las palabras que soltaban eran más balbuceos parecidos a los que Kiyan soltaba. Aunque para Sakuma y los demás en ese momento no era importante encontrar a aquellos lobos, ya se encargarían de liberarlos después, si era posible por supuesto, después de todo no sabían si podía ser posible regresarlos a su estado normal. Y eso por supuesto que incluía a Kiyan, el cual por el momento se mantenía lo mas tranquilo posible. Aunque debían admitir que en el estado en el que se encontraba Kiyan era mas aterrador que antes, a pesar de que su apariencia física no hubiera cambiado
El túnel era lo que los lobos podían considerar el peor lugar para encontrarse, por momentos era demasiado estrecho para poder andar por el con calma, obligándoles a tener que agacharse o incluso tener que caminar en cuatro para poder avanzar. Igualmente, por momentos se llenaba de agua, agua que no tenían la más mínima idea de donde podría provenir, pero era un verdadero problema para ellos. Lograban hacerse por momentos espacios con agua estrechos y con el nivel de la misma llegando por arriba de sus cinturas. Y por supuesto, lo oscuro que era resultaba otro problema, aunque menor que el agua o la forma en la que cambiaban de tamaño los túneles gracias a su capacidad de ver en la oscuridad, seguía siendo incómodo para Edel principalmente, el cual, con solo un ojo, tenía una mayor dificultad para poder andar por ese lugar. Esto llevaba a que se retrasaran un poco, viéndose obligados a detenerse para asegurarse que el chico siguiera junto a ellos o para ayudarle a cruzar donde fuera m
El camino frente a ellos era tan desalentador como todo lo demás que habían visto hasta ese momento, la muerte y destrucción no había llegado solamente a las personas, la poca naturaleza que se alcanzaba a ver en la zona también estaba destrozada, un pequeño camino de flores que se alcanzaba a ver en la zona estaba completamente destrozada por el paso de autos y pisadas. Podían verse las huellas fácilmente en la zona, y por supuesto, algunos cadáveres también se lograban ver en el paso. No era una vista agradable para nadie y tomando en cuenta la oscuridad que ya comenzaba con la llegada del anochecer todo era peor. Edel pudo darse cuenta también que incluso para Kiyan estaba resultando demasiado desagradable de ver pues su mirada intentaba enfocarse en cualquier lugar menos en ese lugar. Suponía que el era el responsable junto al resto de lobos del ejército de Ryoichi, y ahora que no parecía estar bajo su control completamente, el arrepentimiento de lo que había causado comenzaba a t
Sakuma despertó quejándose, la forma en la que había terminado durmiendo junto a los otros dos lobos no había sido la más cómoda, si era honesto, había sido una de las peores posiciones que alguna vez pudo haber encontrado para poder. Su espalda dolía, sus piernas se sentían entumecidas por haber dormido sentado, pero el descanso resultó agradable, despertó con una considerable cantidad de energía, al menos estaba listo para lo que tenía que hacer. Se levantó con calma y un poco de pesadez por la siesta que tuvieron. Fuera ya no había luz del sol así que suponía que ya debía ser de noche, observo la ropa que estaba junto al sofá, suponiendo que Kiyan y Edel la habían dejado ahí, o Edel para ser más específico. La observo un momento, no necesitaría cambiarse para lo que iba a hacer, y aunque la idea no le terminaba de gustar del todo, sabía que no tenía muchas opciones en ese momento. Los planes habían cambiado drásticamente, el rumbo de todo dio un giro inesperado y ahora tenía que t
En esta ocasión cuando los lobos abrieron sus ojos se encontraron en una pequeña habitación, y aunque sus manos estaban esposadas, estas estaban conectadas a una cadena larga que llegaba al suelo, permitiéndoles poder moverse con relativa libertad en la habitación. Edel fue el primero en abrir sus ojos, observando hacia la nada. Kion solo pudo verle en silencio, ninguno de los dos estaba seguro de que decir en ese momento, ninguno de los dos terminaba por entender la situación en la que se encontraban en realidad. Habían sido engañados de la forma más ridícula que alguna vez pudieron haberse imaginado. Ninguno esperaba que eso pudiera ocurrir, pero lo peor es que ninguno sabía que hacer a partir de ese momento.—¿Crees que vayan a matarnos? —La voz de Edel sacó al beta de sus pensamientos, dirigiendo su atención hacia él. Kion podía ver al chico que encontró en el bosque, asustado, rendido ante la situación en la que se encontraban, completamente perdido y sin saber que hacer. Era de
El lugar donde estaban era definitivamente algo que no se estaban esperando. El lugar era enorme, ninguno de los dos podía saber exactamente de donde salió, aunque para ese punto ninguno quería realmente hacerse ese tipo de preguntas, no quería descubrir ni averiguar más sobre la vida de ninguno de los dos lobos. Para ese punto Edel ya estaba aterrado de lo que podrían descubrir, y Kion por su parte no consideraba que fuera lo suficientemente importante como para querer arriesgarse y preguntar algo. Así que solo lo siguieron en silencio. Eso al menos hasta que Edel pudo sentir a Kiyan cerca, jalando un poco las cadenas para adelantarse, intentando encontrarlo.—Tranquilo, lo verás pronto. Necesitas un poco de autocontrol, no puedes estar todo el tiempo pegado a tu alfa, especialmente ahora que tiene cosas importantes que hacer —La voz de Sakuma demostraba lo divertido que le parecía la situación, jalando con calma al lobo para mantenerlo cerca de Kion.Ambos lobos se volvieron a mante
La noche cayó con calma en el lugar, Edel y Kion volvieron a la habitación que estaba funcionando como su celda, los soldados que les vigilaban no hablaron en ningún momento, todo lo que hicieron fue llevarlos de regreso a la habitación y esposarles, dejándolos completamente en silencio. Las luces se apagaron en algún momento, obligándolos a estar en completa oscuridad, aunque la luz realmente no era una necesidad al no poder hacer nada. Kion se dio cuenta que una cámara apuntaba hacia ellos desde una esquina del techo así que cualquier cosa que dijeran sería grabada con seguridad por lo que simplemente hablaron de cosas sin sentido, cosas que no eran importantes, al menos hasta que el cansancio y el encierro hizo lo suyo y los termino haciendo dormir.En un momento de la noche el sonido de la puerta y las cadenas sonando en el suelo despertaron a Edel, el cansancio y estar aun medio dormido impidiéndole ver con exactitud que ocurría, aunque no lo necesitaba, pudo sentir fácilmente el