IVANNA
Una vez que llegamos al lugar que los chicos se habían ofrecido a traernos, nos guiaron al interior del club. Pero lo que me dejo asombrada fue, cuando pasamos sin necesidad de mostrar nuestros carnets, no sé si fue por nuestra vestimenta de chicas adultas o porque ellos eran conocidos en este sitio.
Creo que la segunda, me pude dar cuenta cuando su amigo saludo a varios en el camino mientras nos incorporábamos en el ambiente fiestero.
―Ya era hora ―nos detuvimos frente a un chico rubio, o más bien hombre, se notaba que rondaba entre unos veinticinco o veintiséis años. Saludo a ambos chicos y después poso sus ojos en nosotras, pero se quedó más de la cuenta observando a Anto ―La pequeña rubia ―dijo sonriendo de un modo que me hizo erizar los vellos y no porque haya causado un buen efecto.
¿La pequeña rubia? No pregunte, aunque la curiosidad quedo ahí. Anto rápidamente lo ignoro.
―Tengo mucha sed ―comento de
IVANNANo me arriesgue a beber de la bebida que me habían ofrecido, después de la corazonada que tuve, no me dieron ganas de confiar en nadie. Ni siquiera en él.En cambio, Anto, se había bebido hasta eso y más. No logre conversarla para que no lo hiciera, la niña era demasiado necia.Lo peor del caso es que las bebidas habían tenido licor y no había como detenerla, había enloquecido una vez que el alcohol hizo efecto en su organismo.―Anto, baja de allí ―le dije mientras tiraba de su brazo y ella se tambaleaba sobre la mesa con movimientos dizque sensuales ofreciendo un gran espectáculo a los únicos tres hombres presentes.Los hombres solo sonreían y bebían sin ningún inconveniente, sus ojos fijos solo en ella, el único que tenía expresión distinta como molesta, era Demon, parecía como si la escena lo i
ADAMO/DEMON —Mierda, Demon —exclamo May —¿Por qué hiciste cambios en los planes sin consultármelo? Se cabreó en cuanto se enteró de que ya no iba a haber secuestro, sé que lo estaba esperando. Él creyó que lo estaba haciendo por joderle, pero en realidad lo hacía por otra razón que ni yo mismo sabía. No había sido necesario hacer cambios para conseguir lo que queríamos, de hecho sería más rápido si lo hubiéramos realizado como Rosso lo había ordenado. Me faltaba enfrentarlo, pero una vez que esté dentro en el territorio de Diablo, se le olvidará que lo desobedecí. Por lo general nunca desobedecía, siempre había sido un soldado leal y obediente, pero no sé que me estaba pasando con esa chiquilla que no podía conseguir ser cruel con ella y su amiga. —Ya da igual, de todas maneras está marchando a la perfección —le recordé, ya que habí
IVANNA Seguía temblando y Anto seguía inconsciente. La noche había terminado en un gran desastre, un acontecimiento que nunca deseé llegar a vivir en mi vida, o más bien un infierno. Eso solo causó que me arrepintiera más de haber salido de nuestra habitación, desde el principio presentí que nada de esto iba a hacer bueno. Al principio confíe en él por una extraña sensación que invadía mi cuerpo cada vez que lo tenía cerca, pero luego saque mi escudo de protección cuando creí que ellos terminarían dañándonos por como había terminado Anto luego de haber bebido demasiado, eso no había sido culpa de esos chicos, fue nuestra, nuestra irresponsabilidad, pues en ningún momento la obligaron hacer algo. Y después de lo que ocurrió... El gran aterrador momento... Al final me di cuenta de que la confianza que se había ganado al principio continuaba ahí, estuve segura en el instante que me salvó. Ahora se había convertido en mi héroe. Suspiró y c
IVANNA Horas largas de viaje hemos hecho y aún nos faltaban más. Hasta ahora habíamos descansado unas veces en unos cafés que nos quedaron de pasada, para así usar el servicio de higiene y para alimentarnos un poco. Más de un día era el viaje, no sabía exactamente por qué no habíamos tomado un avión, pero sospechaba que era relacionado con lo que sucedió la anterior noche en aquel club. Tenía la idea de que podrían estarnos siguiendo, el pánico seguía a flor de piel y no había nada que me tranquilizara hasta que no estuviéramos seguras en casa, lo único que quería era llegar a Miami. Varias veces intenté contactarme con mi hermano y con Ale, pero ninguno de los dos tenían sus móviles encendidos, me enviaban directamente al buzón y eso me tenía más preocupada, cosa que no quise comentárselo a Anto una vez que despertó. Sí que fue duro el golpe que se dio y por eso pasó m
IVANNA—Papi —dijo Anto mientras se acercaba a su papá —Deja te explico cómo fue que pasó todo y porque lo hicimos.Dante le señala con la mano para que no se acerque más, Anto se detiene en seco y él se voltea hacia la ventana y se queda fijamente viendo atreves de ella.—Cariño —mi madrina llama la atención de Anto y se le acerca —Dale tiempo, ahora está molesto. Aunque la calma haya llegó a nosotros luego de que ustedes aparecieron, eso no le quita que esté furioso, lo conoces.—No me gusta que esté enojado conmigo —dijo en un tono bajo; aun así, la alcanzamos a escuchar.—Eso debieron haber pensado antes y no actuar impulsivamente —contesto mi padre, quien también estaba muy molesto, sus ojos solo estaban sobre mí.Me sentía pequeña y vulnerable an
ADAMO/DEMON—¿Escuchaste lo que dijo la niñita esa? —cuestionó de nuevo Brian.Lleva rato repitiéndome lo mismo. Claro que lo escuché, pero no quise mostrarme afectado con lo que me había enterado hace momento.¿Cómo mierda es que me había equivocado de persona? Si Rosso se entrara de todo lo que he expuesto para llegar hasta aquí, no creo que vaya a estar contento aunque lo haya conseguido.Todavía no podía estar seguro de eso.Después de que ellas entrarán en esa casa, Brian y yo intentamos seguirlas, pero los malditos que resguardan esta zona se opusieron al instante, nos acorralaron y volvieron a cerrar la verja alta.—¡Mierda! —espeto Brian —Mi arma quedó en el auto —bajo el tono de su voz.Le eché una mirada juiciosa para que se callara y luego observé el s
IVANNA Me quedo petrificada cuando solo veo caer a mi madrina y como Demon se mueve rápido para tomarla en sus brazos. No reacciono, todo pasa tan rápido. ¿Qué pasó? Es hasta entonces cuando Anto grita llamando a su madre entre sollozos, salgo de aturdimiento y parpadeo varias veces. Luego de eso, corro junto a ellas, mi madre y Anto ya están a su lado hablándole, Demon todavía la está sujetando. —Madrina —reprimo un chillando que amenaza por asaltar —¿Qué pasa, por qué se desmayó? —le pregunto a mi madre. En ese momento llegué a pensar que tal vez ella sabía el porqué, pero mamá solamente negó con la cabeza, sus ojos reflejaban preocupación. —Llevémosla adentro —dijo mi madre. En el instante que Demon se endereza para alzarla por completo en sus brazos, Franco se acerca y le obstruye el paso. —Él no puede entrar, yo llevaré a la señora adentro —demanda con firmeza. Mamá lo mira de un modo mal y l
IVANNA También papá lo mira igual, sus cejas casi juntas por el gesto fruncido. ¿Qué de malo hay con estos hombres? La testosterona a toda intensidad, dijo mi madre. Papá se unió a nosotros en la habitación después de que mi madre volviera a insistirle a mi padrino para qué soltará a Demon, pero claro, no sé salvo de otra una amenaza por parte de él. Ahora mi padre estaba haciendo casi lo mismo que él, pero sin ejercer violencia, solo no le quitaba los ojos de encima. —No me gusta este tipo —gruñe bajo Ale a lado mío y de Santi. Otro más... ruedo los ojos como acostumbra a hacerlo todo el tiempo Anto. —Te lo dije, a mí tampoco —mi hermano se le une. Suspiró con frustración. —Harta me tienen con lo mismo —me quejo entre dientes. Ambos llevaban así desde que llegaron, cruzados de brazos mientras lo asechaban con sus miradas. —Basta, Santino —lo regaña mamá. No podía ser posible que todos los hombres de nuestra familia lo recibieran de un modo grosero, mientras nosotras lo pr