Salomé nos comentó que una vez llegara Jabir nos reuniríamos a desayunar y luego a poner las cartas sobre la mesa y me parecía bien. Después de todo los íbamos a utilizar para que nos protegiera de lo que decida la organización. Y poner la verdad de lo que se pueda decir siempre ayudaba. Yasar dormía, toda la noche la pasaron trabajando. Era extraño lo mucho que lo extrañé anoche para dormir. Solo ha pasado unos días en los que he caído rendida a ese cuerpo de chocolatina, a su deliciosa manera de cogerme, porque sí que lo hacía de manera delirante, me gustaba ver cómo se esmeraba en hacerme venir y gritar su nombre.Parecía excitarle mucho verme pidiendo por más. ¡Eso sí, ea Ave María! Sí que le hemos dado riendas sueltas al deseo, sin cohibiciones, ni de su parte ni de la mía. Entre más, más crece la necesidad de satisfacerlo. Y no quiero ilusionarme, pero siento que también le gusta verme desnuda.Debo mantener mis ilusiones a raya, siempre que ha sido estricta en eso. Darle a ca
Me encogí de hombros y darle a entender lo que ya, para muchos por mi tontería, era evidente—. Y no seré la culpable de separar a Amira de su chocolate candente donde solo tiene estas semanas para disfrutar. Y mucho menos de dañarle a Lía la ilusión de tener una relación bonita con Gamal. Además, Salomé es muy desconfiada, ella no permite en su núcleo cercano a personas con las que no se sienta cómoda y tú le das tranquilidad Yaro. No, llámale la atención como es debido por ser su superior, ante la irresponsabilidad de dejarme sin protección. Aunque sean socios.Eso me lo había dicho mientras caminábamos hacia el pueblo esta mañana.—Qué bien. Eso era todo.—Gracias, igual voy saliendo a desayunar para luego hablar.—Onely. Jabir se pone incómodo cuando se le ignora. Sé decente, pero que él sienta más de lo que ya siente por la embarrada que hizo. Si lo haces bien y con inteligencia te dirá los verdaderos motivos por los cuales salió huyendo.—¿Te dijo algo? —negó.—No habla de su vid
Todos esperábamos la respuesta de Salomé. Yaro se encontraba de pie mirándola, con sus brazos cruzados, su grupo se puso detrás y me pareció bonito, hasta un acto simbólico. Como danto a entender que eran un solo grupo. En ese momento dejé de pensar en el sentimiento de culpa que me embriagaba por leer el mensaje de la carta.Yo no era culpable de la muerte de mi hijo, ese ser era lo que más esperaba en la vida, lo amé desde el mismo instante que supe de su existencia. Me llené de ilusión, hasta el punto que aún en la casa permanecía su recámara arreglada bajo llave. Esa fue la única que no le mostré a Gamal cuando hizo inspección del predio.¿Cómo pudo decir eso? Tal fue el odio inculcado por su madre contra mí y ante el dolor de la pérdida, su escape fue odiarme. Era la única explicación que tenía.—No he podido abrirlo, pero si la tengo en mi poder. Lo había dicho. Lo que ni siquiera sabía la agencia, solo a nosotras nos lo confesó. Eso era una prueba de confianza demasiado grand
—Fui claro con mi jefe, de mi atracción hacia ti. —Ya que estábamos hablando y tenía el aval de Yaro le confesé—. Sabes a qué agencia pertenecíamos, —afirmó—. Yo fui quien mató a los hombres que te intentaron matar esa mañana que tu suegra acusó a tu madre de ladrona. —Sus ojos se abrieron—. Ya llevaba un par de días vigilándote desde entonces. Estamos hablando con la verdad, y de eso deben estar hablando el capitán con Salomé. Desde lejos me gustaste, no me preguntes por qué, pero la soledad que te vi en el sepelio de tu difunto esposo me llamó mucho la atención. Quiero cuidarte y voy a cuidarte Morena.Se lanzó a mis brazos y sentí sus senos pegados a mi pecho, volví a cargarla para besarla, con más ganas que antes.—Nos están esperando.—Sí, pero a mi regreso te quedas o me quedo en tu habitación. —Es una promesa.Mientras ella se terminaba de arreglar frente a mí, y después de acomodarme la erección salimos. Pasé por el morral que había arreglado, me despedí de Tabaco y le pedí
Por la expresión de Salomé supe que no se lo imaginaba. Intentó hablar, pero le costó. Me levanté, salí de la oficina y fui por un poco de agua a la cocina, al ingresar Jabir se encontraba amasado. Volví a mirar con detenimiento y me acerqué a él.—Solo ayudo a hacer el pan, luego ayudaré con el almuerzo.—¿Jabir?—No jodas.—Vine por un poco de agua.—Yaro, hay jugo de tamarindo en la nevera. —comentó Onely que hacía algo con una pechuga—. Haré pechuga rellena. Espero les guste.—Cocinas increíble, quedará deliciosa.Saqué el jugo y llené dos vasos, además metí en los bolsillos de la pantaloneta botellas con agua. Volví a mirar a Jabir. —Me acerqué de nuevo.—¿Así es tu remordimiento que estás cocinando? ¡Mierda!, entonces es más grave de lo que supuse.Me mostró el dedo del medio y sonriendo salí de la cocina. Regresé a la oficina, Salomé miraba la foto del teniente. Mientras miraba el tablero la detallé aún más. Esa mujer era un bocadito delicioso para degustar, pero ella era traba
—Es hora de servir el almuerzo. Mete la última tanda y la cena la tenemos listas.—Hoy no lavo los platos. Hice la cena.Sonrió negando. Almorzamos los cuatro, Onely cocinaba como los ángeles. Fue un departir ameno, en silencio. Al terminar Yaro me miró. Ahora venía el regaño.—Lavo los platos y llego a la oficina.Las damas se fueron a la playa con los perros, después de dejar la cocina como a todas ellas les gustaba, fui a poner la cara por mi irresponsabilidad de dejar a mi cliente sin protección. —Dime, Yaro.—Sabes que la cagastes, ¡ella es tu responsabilidad Jabir! No tienes que acostarte con ella, solo cuidarla.—¡Lo sé!—Pero le diste más importancia a una hora de placer.—No fue eso. Y si la metí hasta el fondo, pero no fue por eso. —Tampoco le diré que la vi bonita.—Es la primera vez que faltas a tu trabajo de esa manera. Pero una más y te cambio.—Si señor. —sonó su celular.—Dime Yasar… Entiendo… ¿Llevaste tus armas?... Evita que las cámaras los capten, compren gorras.
No sé cómo me controlé, y no debía reclamarle nada, hemos sido claros en cuanto a esta relación. Pero ver a ese hijo de puta ponerle la mano en la parte baja de la cintura. —Mis recuerdos de ella en la posición de cuatro y lo mucho que me gusta ver el contraste de mi piel sobre la suya al momento de penetrarla—. No, no hay la menor posibilidad de que permita que se vean. Ese acto me hizo arder las entrañas. Las acompañé a comprar ropa y aproveché para comprar un jean y así poder cargar el arma y dos cartuchos.Las acompañé a cada una en su habitación, la mirada de Amira me gritaba mil cosas. Pero necesitaba pensar.—Nos vemos para la cena.—¿Yasar? —incliné mi cabeza y me fui a la habitación de al lado. Mientras ellas se quedaban en sus recámaras regresé a la salida del hotel, miré el que estaba a un lado, fui y realicé una reserva para dos cuartos. Cenaremos en uno y dormiremos en otro. Eso sí, era partidario de usar los cuartos que daban a la entrada principal del hotel, así sabes
Me encontraba en la clínica de Daniela, la hermana de Yaro. Hace un par de horas llegué de Medellín. Mi vuelo fue Cartagena Medellín, mientras esperaba en el aeropuerto llamé a Gustavo, el hermano de Onely. Me presenté y le dije quién era; lo puse en contexto y le dije que iría a su ciudad para pasar por las muestras. También le envié el audio de su hermana.Lo agradable fue que me dijo que no llegara a la ciudad, que lo esperara en el aeropuerto de Río Negro, que él me llevaría las pruebas. Me sentí algo escamoso, pero esperé y en efecto a la hora pactada llegó con las muestras. Tres probetas marcadas de sangre.Saqué el celular, mientras esperaba a que llegara Daniela, que estaba en una cirugía. —eran las ocho de la noche—. Puse la grabación que hice sin que él se diera cuenta.—Buenas tardes, agente Gamal.—Hola, Gustavo.—Le traje lo que me pidió mi hermana.Pausé el audio. Sería bueno poner el audio en el sistema de detector de voz, ese que mide la ansiedad, y podemos detectar si