Usé la mayor velocidad que tenía a mi alcance. Llegué hacia donde estaba el ataque casi de un modo imposible. Karly estaba siendo atacada por un lobo de color rojizo. Observé a mi alrededor, solo había uno de ellos.Apunté, con el arma, mirando fijamente por la mirilla. El lobo se movía demasiado rápido. Disparé tres veces, sin que pudiera darle, ni herirlo siquiera. Era tan veloz como una sombra, como si fuera un zorro escurridizo. Con su pelaje se asemejaba más a un zorro que a un lobo. Era un lobo extraño.Billy estaba allí, ensangrentado. Respiraba con dificultad. Estaba herido.—Nos está dando una paliza. Es un lobo nuevo. No lo conozco. —dijo él, reagrupándose junto a mí. Tenía el rostro compungido, estaba hablando en serio. Vi el miedo brillar en sus ojos.Teníamos que armar una posición de defensa para ayudar a Karly. Los disparos no lo habían asustado tampoco, ni siquiera despistado un poco. Era como si su mente estuviera clara, solo tenía que matarnos.Volví a disparar, pero
LysaHabía tratado de quitarme de la cabeza la imagen de ese hombre, de ese cazador misterioso que reinaba en mis pensamientos. Era como si pudiera verlo.De pronto, solté la taza que tenía entre las manos, que se estrelló en mil pedazos. El cristal se hizo añicos y ese sonido hizo que se me erizara la piel. Había tenido un presentimiento, una intuición. No podía siquiera mirar por la ventana, tenía un miedo clavado en el pecho que no controlaba. Como si sintiera que me acechara algo, algo que no comprendía.—Oh… —empecé a decir, sin saber porque había hecho eso.Me quedé en silencio, tratando de ordenar mis pensamientos. Pensé por un momento que quizás me había vuelto loca. Que había dejado que alucinaciones me hicieran perder la cabeza. Eso fue hasta que los vi entrar.Goth vino pálido como una hoja de papel. Me observaba con temor. Caminaba sin la seguridad que siempre lo había caracterizado.Entonces supe que algo había sucedido. Por eso había sentido ese escalofrío tan crudo.—¿Q
Seth—Permitiré que hables incluso en este momento, incluso cuando se perfectamente que escapaste. —dije, mirándola con recelo.No podía confiar en ella. La bruja se veía particularmente mal, con las ojeras más acrecentadas y demacrada al cien por ciento.—Querido. Te dije que esto ocurriría. Oh, te ves más guapo cuando estás tan afligido.—¡Cállate! —golpeé la madera de uno de los árboles.Joder, mi mejor amigo estaba muerto. Sentí una lágrima correr por mi mejilla. Karly estaba malherida, había recuperado recién un poco nada más de fuerza.—Hay que hacer que paguen. Haremos lo que sea. —le dijo ella a la bruja.Estaba mudo ante lo que pedía. Porque esa petición era drástica y los enemigos… eran mi familia. Tragué saliva, nervioso. La mezcla de la angustia, la ira y la impotencia me dejaban sin palabras, desnudo ante la incertidumbre.—Hay maneras de igualar las condiciones. Tengo un pequeño hechizo. Sabes querida, no me han pedido las cosas de buena manera. —guiñó un ojo.La bruja s
NarradorEl joven lobo era inexperto, al ser herido por primera vez, su reacción más espontanea fue huir para regresar con su manada de inmediato. Luvioc estaba empapado por el agua que caía, la lluvia era torrencial. Sin embargo, estaba eufórico, sentía el aplauso que lo rodeaba por su victoria. Aunque casi nadie lo hubiera visto ganar, el sabía que su triunfo había sido épico.Estaba orgulloso de si mismo, eso podía ser un sentimiento que aplastaba el miedo a ser herido. De igual manera, quería regresar. La sangre manchaba levemente su pelaje, había sido una herida poco profunda. Un rasguño para un lobo adulto, algo sin importancia.Divisó una presencia y sintió el olor de Goth adelante. Estaba esperándolo antes del edificio en el cual vivían. Lo primero que quería hacer Luvioc era contarles a sus hermanos todo lo que había ocurrido, con lujo de detalles. Eso los impresionaría, los dejaría sin palabras.—Está molesta. —dijo Goth, mirándolo con severidad. —Lo siento mucho.Luvioc no
LysaEstaba adormilada, pero eso no impidió que empezara arrastrarme por el suelo buscando la manera de poder salir de ese maldito cuarto. Las paredes comenzaron a cambiar de color conforme mi vista se cansaba. Pasaron de verdes intensos a celestes apagados. Luego, el naranja tomó el control, para pasar al rojo y luego, a un blanco inmaculado.Sentí los latidos de mi corazón. Era un sonido que iba acelerándose conforme iba recuperando la consciencia.Abrí los ojos de golpe luego de cerrarlos y que mi cabeza se azotara con el suelo. Fue un estruendo que hizo que me despertara de golpe.—Me preguntaba cuando dejaría de hacer efecto el somnífero. Parece que no dormiste bien en mucho tiempo.Traté de levantarme para salir corriendo. Caí al suelo, tenía los grilletes rodeando mis pies. Me impidieron ir muy lejos. A metros antes de la puerta ya estaba de rodillas en el suelo.Goth me observaba con sigilo, con una sonrisa engreída en su rostro. Estaba disfrutando de cada minuto que me tenía
SethAlejarme de aquel bosque fue como sacarme una parte del cuerpo, como si una parte de mi corazón fuera extraída. Cada vez que miraba alguno de mis elementos de caza, recordaba a Billy. Había decidido marcharme a pesar de que todos quisieron detenerme, a pesar de que supe que, si yo me iba, todos se irían.Porque no me importaba ya, estaba totalmente desahuciado en la guerra. Mi corazón se sentía helado, roto. Lysa, mis recuerdos se hacían borrosos.Estaba volviéndome una sombra perteneciente al bosque. Solo quería alejarme.Pero la maldita bruja seguía mis pasos y yo lo sabía bien. Estaba obsesionada conmigo.—¿Acaso no tienes nada mejor que hacer? —pregunté, con un fastidio creciente.Al menos, la ira tapaba un poco la profunda depresión.—No imaginé que fueras tan llorón. —dijo ella, con su tono de voz siniestro y despectivo.Se apareció ante mí, todavía como una figura encapuchada. Estaba cadavérica, la luz de la luna la hacía parecer incluso más delgada, más pálida. Su túnica
GothAl fin tenía todo lo que quería. Destapé un champagne nuevo para la ocasión, brindando solo por mi triunfo. Porque era tan satisfactorio que las cosas salieran como yo quiera. Era algo espectacular.—¿El no desconfiará? —preguntó mi hermano.—¿Quién? —pregunté, fastidiado porque entrara en este momento de celebración.Yo estaba tan contento que no dejaría que nada ni nadie arruinara este momento. Bebí de mi copa.—El niño.—Luvioc ya sintió lo que es matar a la primera persona. ¿No?—Sí, pero…—¿Recuerdas esa sensación? Como lobo, la sensación más emocionante es la de cazar a una presa. Todos sus hermanos serán así, estoy seguro. Porque yo me encargaré de criarlos para que sean lobos de verdad.—Y no te has puesto a pensar. ¿Si alguno de ellos no extrañará a su madre?—No lo harán. Porque ella está loca, siempre lo ha estado.—¿Por qué dices eso?—La gente cree en lo que tu le dices, en lo que yo digo. Pero creerán en lo que Luvioc les diga. Sus hermanos sabrán que Luvioc tuvo qu
SethDesperté en una caverna maloliente, de color verde, con musgo por todas partes. De inmediato pensé que era una guarida de bruja antigua. Porque había oído historias cuando era un niño, conocía bien de ellas y su origen. Aunque ahora las brujas se comportaran de una manera diferente, antes habían sido de una manera muy particular.Miré a mi alrededor, estaba solo allí, pero no podía moverme para marcharme. Estaba amarrado de pies y manos, con la boca tapada por un pañuelo que tenía un sabor y un olor demasiado desagradables. Sentí nauseas, que tuve que suprimir de inmediato para que no me ahogara con mi propio vomito. Allí había cajas de madera con varios tesoros, los pagos de la bruja por pociones y demás cosas. Ella siempre tenía un precio. Les gustaban las cosas brillantes, la joyería, la vajilla fina.Esa sería una terrible manera de morir, me dije a mi mismo. Aunque quizás me la merecía. Me sentía tan mal conmigo mismo, tan pequeño. Había dejado toda la pelea, todo en lo que