SethTraté de dejar de mirar a la bruja mientras ella soltaba esa carcajada espeluznante. Me daba nauseas.—¿Por qué no me miras? —preguntó ella, cuando notó que esquivé la mirada. —¿Acaso quieres convencerte de que te doy asco y repulsión? Oh, mi aspecto quizás eso genera en los débiles. Pero tú, querido Seth, eres peor.—Ya silencio. —dije, tratando de hacer que se callara. Negué con la cabeza, sacudiéndome como si estuviera haciendo un berrinche.No quería admitir nada, ya me había rendido, tirado la toalla para no correr más. Porque sabía que no merecía ganar.—¿La matará? —pregunté, tragando saliva.Maldita sea, no quería preguntar eso. Pero no pude evitarlo. Porque no podía parar de visualizar a Lysa muerta a manos de Goth. Y el rostro de mi hijo viendo aquello. No, no quería visualizarlo más pero no podía dejar de hacerlo. Traté de rendirme de nuevo.—Sí, lo hará. Es el final de su plan. Si dejas que eso suceda, entonces todo terminará. Las brujas antiguas somos grotescas para
—¿Qué es lo que sientes, querido? —preguntó ella, con la voz agrietada, como la de una anciana.Ese tono era de burla, aunque quisiera sonar preocupada. Solté un grito desde lo profundo de mi pecho. El dolor me estaba invadiendo por completo. Como si me quemara y me incendiara por dentro.El fuego se multiplicaba dentro de mí.Un grito estrepitoso salió de lo profundo de mi vientre, como si estuviera por quedarme sin voz para siempre. Mi garganta me ardía, raspaba, como algo que la cortaba. Como tragar un millar de espinas a la vez. Tenía los ojos sangrándome, parecía que estaba a punto de destruirme por completo.El grito se transformó en un aullido sonoro y estrepitoso. Un aullido que comenzó a calar la piedra de la caverna, haciendo pequeñas fisuras que iban creciendo y esparciéndose. Sentí el aullido que salía de mi interior.—Estás transformándote lentamente. Siente el poder corriendo por tus venas. —Soltó ella, apretando mi mano para sostenerme. —¡Aguanta el dolor!El poder del
LysaUna presión en mi pecho me marcaba fuertemente el dolor físico que me hallaba sintiendo en este momento. Goth vendría, me había dejado gritando hasta que me quede sin nada de fuerza en la voz.El había colocado algo que me hacía sentir débil físicamente, pero mi mente seguía lucida. Yo confié en el como una maldita tonta, ingenua. No podía perdonármelo. Había traído a mis hijos aquí, los puse en peligro por mi mero egoísmo. Si no hubiera tenido ese arrebato de locura, nada de esto hubiera ocurrido jamás. Seguiría junto a Seth… No, el nunca iba a poder perdonarme. Yo había cometido error tras error, caí en todas las trampas posibles desde que me alejé aquel día en el bosque.—Hola hermana. —una voz maliciosa se hizo notar.Alguien entró por la puerta, sigilosamente, dejándome sin la soledad. Reconocí a mi otro falso hermano, éramos muchos antes. Era un trago tan amargo saber que él también había participado en todo el engaño de Goth. Pude reconocerlos a todos, a mi supuesta famili
No quería mirarlo, no quería hacerlo. Esto era una completa injusticia y estaba tan cansada de que fuera así.Cerré los ojos por unos segundos para tratar de buscar una pizca de fe, de esperanza. Algo que me hiciera pensar que todavía tenía una alternativa.—No lo haré. —dije, mirándolo desafiante. Sin temblar, me estabilicé. Aunque no pudiera pelear, no quería temblar como una hoja de papel. El no merecía verme asustada y temerosa, no merecía verme frágil.El no pudo creer que yo tomara esa decisión. Vi como su rostro se desfiguró en la totalidad, pasando de tener confianza a estar molesto e inseguro.—No voy a estar contigo, porque te desprecio. Eres la persona más despreciable después de Goth. —murmuré, mirándolo a los ojos, sin tener miedo.Sentí una punzada cerca del estómago, como si pudiera percibir que alguien se acercaba. No sentía olores de otro lobo en el territorio. Pero era diferente, era algo en mi corazón. Una sensación creciente de que… Algo que amaba estaba cerca.De
LysaÉl tenía una expresión tan iracunda en los ojos. Quería estrangularme con sus propias manos ahora mismo. Se contenía apenas, veía que deseaba el momento en el cual me asesinara y no molestara más.—Debería hacer que mueras lentamente, que sufras hasta el final por traicionera. Siempre fuiste débil.Matheus estaba furioso, su paciencia había llegado a un límite rotundo. Pronto vendría hacía mi para atacarme. Lo veía en su mirada, aunque trataba de controlarse para no desafiar a Goth. El mismo quería matarme por rechazarlo, porque no toleraba que lo mirara con ese asco y repulsión.Un sonido en la ventana me alertó. Entonces, el cristal del vidrio se rompió en mil pedazos y el estruendo fue impactante. Sentí un alivio enorme, por el contrario de lo que sería normal. Era como si sintiera que este desastre era una ventana hacia la libertad.—Seth. —miré hacia el cristal roto, con los ojos llenos de lágrimas por la emoción galopante.Mi pulso se aceleró de golpe, era él, en realidad e
SethVerla había sido para mí como volver a nacer. Era una sensación tan cálida, que sentí que había vivido toda una vida entera sumido en un invierno extenso, que recién ahora estaba llegando a su fin. Lysa traía el verano, era el amor de mi vida. Cuando volvimos a estar juntos, mi corazón volvió a latir. Luego de tanto esperar, de tanto soñar con este momento. Ningún sueño se comparaba a la realidad. El corazón me volvía a latir después de haber estado congelado en su totalidad.Al abrazarla, al sentir su aroma, todos mis sentidos se dispararon.“Está conmigo.” Pensé, ahora estaba conmigo para siempre.No volvería a dejarla ir, a dejar que se alejara de mi lado. Ese había sido uno de mis peores errores en la vida. Haber dejado que se marchara sin intentar convencerla de que no lo hiciera. No volvería a hacerlo.Ahora tenía que curar otra herida. Dejé a Lysa en el balcón. Ella estaba demasiado débil. Goth le habría suministrado alguna clase de sustancia que hizo que su cuerpo estuvi
NarradorEl sitio debía estar alejado, la nueva base de los cazadores tenía que estar lejos de la ciudad de Goth. La gran ciudad de Goth tenía demasiados soldados, el controlaba tanto hombres como lobos, su fuerza era innegable.El primer paso era aceptar que jamás les ganarían, no allí, no en su territorio. Huir era la única opción.Después de tres días de persecución, pudieron perder a las tropas de Goth que los perseguían incansablemente. Cada uno de los cazadores y omegas pensó que iba a morir en cada segundo de la persecución.Parecía que faltaba una eternidad para escapar de sus garras. No sería sencillo huir del lobo más poderoso, se había posicionado entre los alfas y entre la mafia de humanos. El poder que tenía era incalculable, en recursos y en fuerza de ataque.El bosque al cual llegaron era triste, sombrío, sin ninguna clase de vida.Goth llegó a la cornisa, observando como el rastro desaparecía en lo que parecía ser más un desierto que bosque.—Observa. —ordenó él, indic
LysaNo quería engañarme a mi misma. Era a la única persona en el mundo a la que no podía ocultarle nada, porque luego de que los días comenzaran a transcurrir, pude darme cuenta poco a poco de lo difícil que era sobrevivir en un sitio así de desértico.El aire estaba seco, me raspaba la garganta todo el tiempo. La tierra golpeaba mi rostro una y otra vez, cada vez que el viento soplaba. Y el viento soplaba incansablemente.—No hay rastros de agua, señora Lysa. —dijo uno de los cazadores que estaba allí.Lo miré con cierto recelo. No me acostumbraba aún a la presencia de los cazadores. En cierta manera, no quería fraternizar con ellos. Me costaba mucho confiar. Tampoco me agradaba que estuvieran cerca de mis cachorros. Solté un suspiro.—Eso pensé. Gracias por explorar. —contesté, desanimada, mirando el cielo soleado.Siempre brillaba el sol sobre nosotros. En este lugar, no parecía haber invierno ni lluvias jamás. El refugio, era el único lugar donde podíamos estar sin que nadie nos