Seth había aceptado la crianza de esos pequeños, realmente estaba sorprendida. Mi felicidad era muy grande. Hasta el último minuto pensé que no lo haría, después de todo el era un cazador y adoptar cachorros de lobo no era lo más adecuado. Los días pasaban y él cada vez parecía más encariñado con los pequeños. Era un buen padre, yo lo sabía. Su sed de venganza nunca opacaría su amor por mí. Estábamos destinados a estar juntos.Pero algo dentro de mí hizo me decía que tenían que estar conmigo.Una visión llegó a mí, otra vez la voz de mi bella madre. Me decía que me extrañaba, que se hallaba esperándome.Dolor, el hecho de que su voz estuviera en el aire me hacía sentir una terrible nostalgia.Suspiré con tristeza, yo sabía que no volvería a verla. Era tan difícil tener que elegir entre mi madre y hermana, y el amor de mi vida. Caminé con mis cachorros por la mansión, buscando un poco de tranquilidad. No era bueno que me estresara de esa manera. Seth continuaba con su plan, fortalecie
La rama cayó sobre mi cuerpo, haciendo que mi transformación desapareciera. Me quedé en mi forma humana, lastimada y magullada. Me costaba mucho respirar, el tronco me aplastaba. Ella sonreía, la sangre manchaba su pelaje.—Tal parece que no eres muy lista que digamos. —dijo ella, riéndose. —Has caído en una trampa muy simple.—¿Vas a matarme? Porque no terminas rápido… —empecé a decir, me fastidiaba que se quisiera burlar de mí.Los omegas aprendían a aceptar la muerte incluso desde cachorros. Porque no tenían oportunidad si un alfa los enfrentaba o un beta, porque teníamos nulas capacidades para pelear. Busqué mi fuerza para no mostrarle temor, no iba a suplicarle que me dejara vivir.Otra persona comenzó a caminar hacia mí. Había estado oculta entre los árboles, no pude olfatear su aroma. Su presencia me hizo helar la sangre, me generaba un gran temor incomprensible. Intenté respirar nuevamente, pero volví a toser sangre a un costado. No podía quitarme la rama de encima, era tan pe
—Lo que me dices son puras mentiras. Se que las brujas son embusteras, siempre quieren su propio beneficio. —contesté, rechazando su ofrecimiento.—Por supuesto, es lo que deberían hacer todos. ¿De qué sirve la vida si la vives para otros? Dejar tu vida por una causa trae la infelicidad a futuro. —Sonrió, entrecerrando los ojos con suspicacia.—No tengo porqué escuchar tus tonterías. Mis cachorros le advertirán a Seth sobre mi situación y ahora que se ha roto el hechizo, vendrá a ayudarme.Tenía una fe ciega en que aquello ocurriría, Seth ahora no dudaría en buscarme. Después de todo, me había ausentado por mucho tiempo.—Escucharás, Omega. —ordenó ella. —Las brujas somos poderosas y el Omega siempre debe obedecer a quien posee más poder. —sonrió con malicia. —Te garantizo que obedeciendo te ahorrarás dolor.Por mucho que intenté hacer el esfuerzo por negarme, mis heridas aumentaban mi debilidad. Pero había mas que eso, la sensación de sumisión crecía conforme mis poderes de Omega ava
El aroma de Luvioc se hacía más fuerte, comenzaba a correr con mi mayor velocidad para lograr alcanzarlo. Tenía los sentidos más activados que nunca, el poder corría por mis venas. Aunque estuviera tan malherida, mi dolor disminuía por la fuerza creciente. Era mi hijo, lo sentía como si tuviéramos la misma sangre y nuestra conexión fuera demasiado fuerte.El camino se hizo corto porque me impulsaba el amor.Llegué y me arrojé hacia el barranco, pensando que mi cachorro estaría agarrado de alguna rama. Por el contrario, un montón de personas. estaban contemplando un punto en lo más alto. Me acerqué con sigilo, temía que fueran enemigos, no podía sentir más aromas que no fueran los de mi hijo.—Aquí estas, Lysa. ¿Qué te ha sucedido? —preguntó Seth, corriendo hacia mí.—¿Dónde está Luvioc? —pregunté, desesperada. No quise aceptar su abrazo.El aroma de mi hijo se hizo más fuerte. En el medio del amontonamiento, una luz se filtró y logré ver a mi pequeño allí, sentado, con los ojos claros
Karly se sentó a mi lado, acercándose tanto a mi que sentía su aliento en mi rostro. Era el aroma del azufre, mezclado con perfume de alta calidad. Sus ojos penetrantes me hacían sentir algo intimidada, pero no dejé que mi instinto de omega me hiciera someterme tan fácilmente.—Debe ser insoportable tener que verme en mi mejor momento. —dijo Karly, regodeándose. Estaba alegre, con una sonrisa de oreja a oreja.—No creí que ser rechazada podía ser el mejor momento de alguien. —rodé los ojos, tratando de no mirarla.Incluso en ese momento de rabia, no podía evitar sentir vergüenza ajena por aquella escena que vi en el espejo. Me acordaba de la piel desnuda, de su insinuación, como se iba entregando a Seth con la esperanza de que la tomara y su cruda decepción.Eso la molestó, apretó mi pierna con su mano, para hacerme daño. Yo estaba tan sedada por los calmantes que apenas sentí un pellizco leve.—Estuviste de chismosa entonces. —acotó ella, ladeando la cabeza y estirando los brazos, a
Cuando Karly se marchó, junté la sangre del suelo, tratando de aprovechar la mayor cantidad posible. La petición de la bruja había sido muy clara.Me desperté con una idea fija en mi mente. Estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para proteger a mis pequeños, parte de ello era descubrir su origen. Pero para llevar a cabo mi plan con la bruja, tendría que ocultarle a Seth ese secreto.De lo contrario, podía generar problemas. El estaba muy concentrado en su plan contra mi hermano y mi padre. Se corría el rumor de que los lobos atacarían muy pronto. Ya nada de eso me importaba, confiaba en que mi esposo se encargaría de todos los detalles. Después de todo, era un cazador nato. Su habilidad para enfrentarse a los lobos era incuestionable, no creía que necesitaría mi ayuda.Mis cachorros estaban a mi lado apenas abrí los ojos. Estaban cubiertos por las mantas, ya que por las noches soplaba un viento casi helado.Salí hacia el salón comedor para comer algo rápido y comenzar con mi plan. Bu
Estaba en mi cuarto, preparándome para ir a tomar un largo baño, cuando escuché que Seth ingresaba por la puerta. Me miró con preocupación.—Siento que hay algo que no me dices. —dijo él, mirándome fijamente.Luego, intentó tomar mi mano y besarme, pero yo comencé a recordar aquella imagen de Karly desnuda sobre él. Eso me generó un gran rechazo y lo aparté con brusquedad.—No quieres que me acerque a ti. —Seth se mostró apenado, ladeó la cabeza a un lado.Volvió a intentar acercarse a mi lado, tratando de acariciar mis hombros con suavidad. Pero esto me generó más rechazo. Sentía una pared enorme entre nosotros, que no sentía ni las más mínimas ganas de derribar.Tenía tanta ira acumulada. Karly jugaba conmigo, se burlaba de mí, porque tenía que ver como todos la adulaban e incluso mi propio esposo. Eso no podía disimularlo.—Estás confundido ahora, Seth, tu y yo nos conocimos hace muy poco tiempo. —dije, con un brutal ataque de sinceridad.El no pudo creer lo que le estaba diciendo.
Goth estaba allí, de pie enfrente de mí, con la mirada fuerte y su imponente presencia de Alfa. Es algo que no podía explicar, pero ahora no le tenía miedo, era mi igual. Antes, hubiera comenzado a temblar de miedo y probablemente me habría desmayado sin más.—Goth… —empecé a decir, pensando en que quizás fuera una alucinación provocada por la bruja.Solté los cubiertos y estos fueron a parar al suelo. La bruja se aproximó, recogiéndolos para que no tocaran tanto la tierra. Ella los atesoró en su bolsa y me miró con suspicacia. Entonces comprendí que había sido un plan todo ese tiempo. Ella quería que me reuniera con mi hermano lobo.—Sí, supongo que no hemos quedado en buenos términos. —dijo Goth, volviendo a su forma humana.Yo hice lo mismo, no sentía que fuera una amenaza, no había venido en son de guerra. Lo podía olfatear en sus intenciones. El extrajo de su bolsillo una sortija y me la tendió, con una sonrisa amable.—No temas, es una ofrenda de paz. Se que lo recordarás.Exami