Freya Cranston

Ser pobre es un estado mental, punto; y quien diga lo contrario es un tonto.

Porque una cosa es venir al mundo en esas condiciones y otra muy distinta es no hacer nada para cambiarlo; y es ahí donde entra en juego nuestra mentalidad. Y es que el secreto que muchos aún no saben, es que para alcanzar el éxito en todos los ámbitos de la vida, se necesita usar sabiamente el cerebro.

Claro, existen excepciones muy excepcionales, como el caso de mi mejor amiga Blair; y no es que ella fuera pobre ni nada de eso, pero la muy suertuda tuvo la fortuna de enamorar al millonario de sus sueños con una sola noche de sexo en un crucero luego de haber sido plantada en el altar por el que creía era el amor de su vida.

De eso ya habían pasado casi dos años y aunque ahora era dueña de una cuenta de banco con muchos ceros, seguía siendo la misma loca que creció a mi lado en el orfanato.

—Déjame ver si entendí bien, ¿quieres que te preste un vestido para esta noche? —Enarca una de sus p